Joaquim-Andreu Monzón Graupera
Esta entrada se ha confeccionado a partir de
un texto sobre Historia de la Ciencia que formó parte de un capítulo, el
inicial, del proyecto docente e investigador que presenté para un
concurso-oposición de selección de profesorado numerario.
Puede decirse que, en general, la redacción
de un documento de este tipo consumía normalmente, de muchos meses a
un año del tiempo del profesor que se quería presentar al concurso; y
prácticamente a dedicación exclusiva.
En España desde hace unos 9 o 10 años estos proyectos
docentes y de investigación parece que no son tan necesarios, pues el sistema
de promoción universitaria ha cambiado los instrumentos de filtrado de los
profesores a la pocas plazas nuevas de profesorado numerario. Por tanto, los
profesores jóvenes actualmente se libran de conocer a fondo estas
cuestiones metodológicas y científicas. Y es lástima, porque creo que educan y
forman sobremanera.
El centro de interés es el "qué":
el "objeto material" del área científica en la que uno se desenvuelve
o quiere entrar. En mi caso, era y es: la Economía de la Empresa, la Economía
Financiera y la Contabilidad.
La filosofía, la historia y la metodología de
la Ciencia forman parte plenamente del "cómo": del "objeto
formal" de cualquier materia científica. En los proyectos docentes y de
investigación se incorporaban al primer apartado del mamotreto, mediante uno o
varios capítulos.
Los temas de historia y metodología de la
ciencia son apasionantes, pero quedan bastante lejos del centro de interés del
profesor típico de Universidad.
El problema básico de los conocimientos
radicados en esta área científica es la lejanía conceptual y de contenidos que
esta área presenta con respecto a los temas de interés técnico de la mayor
parte de los profesores; excepto, lógicamente, para aquéllos interesados en
primera instancia en la Lógica, la Filosofía y –especialmente- la Metodología
de la Ciencia.
Esta lejanía
intelectual a la que
aludimos, era capaz de provocar auténticos dolores de cabeza para aquéllos
-como el que esto escribe- que se tomaban en serio el trabajo de documentación,
lectura, comprensión, guionado y redacción del mensaje que se quería transmitir
en este campo; tan alejado –repetimos- del centro de interés de la mayoría de
los profesores.
A pesar de lo dicho, y reconociendo la
extrema dificultad que presenta no ya el dominio, sino el mero conocimiento de
este campo científico, un porcentaje de profesores -entre los que me conté y
cuento- llega a interesarse profundamente por este tipo de contenidos, al
reconocer que su mero conocimiento -es imposible su dominio sin dedicarse
largos años a estas materias- educa y forma al candidato en la arquitectura
básica del conocimiento humano.
Publicamos el documento cuyo link queda al
pie de esta entrada, tras releer y revisar su texto; de nuevo uno se emociona con la evocación del Mito de la Caverna de Platón y muchas otras
cuestiones importantes.
Se han remarcado en letra negrita los
párrafos que actualmente consideramos más relevantes. También hemos fragmentado
varias citas continuas, muy largas, usando la técnica del punto y aparte
(algunos autores parece que no la conocen demasiado); todo ello con el ánimo de
facilitar ahora su mejor lectura.
Seguramente es un texto muy mejorable. Los
especialistas en este campo, conocen lo que cuesta construir argumentos sólidos
y bien estructurados, con una proporción correcta entre citas literales y
argumentación propia: cuesta el sacrificio de un duro estudio durante años y
años. Una larga y persistente dedicación decanta saberes y proporciona de
manera natural un enfoque redaccional, del que carecemos los advenedizos
interesados en estos centros del conocimiento.
Por ley de vida el
advenedizo, aunque le interese este cuestión, habrá de reenfocar (luego de
haber estudiado metodología y filosofía de la ciencia para redactar un proyecto
docente) su mayor esfuerzo al objeto material de su propia área científica. Y poco
a poco se apartará del cultivo de los aspectos del objeto formal.
Del documento que presentamos puede tener un
cierto interés la selección de autores citados y de sus citas. Hay que
reconocer la paternidad intelectual de las ideas de los que primero y mejor han
transitado por este mismo camino, y eso se hace citando con toda honradez y
detalle a los autores leídos que se consideran importantes para la
argumentación. Eso sí: también se está más expuesto a la crítica de los
verdaderos expertos, pues lo que uno ha leído y seleccionado, tal vez no
coincida con una versión más madura, redonda y actualizada del problema.
Por supuesto, para conseguir la redacción de
un proyecto docente e investigador, había alternativas más cómodas y
expeditivas. En nuestro gremio son perfectamente conocidas. No hemos nacido
ayer; allá cada cual con su enfoque. Solo sé que cuando redacté la parte de
metodología de la ciencia en los proyectos docentes que tuve que presentar, el
esfuerzo realizado fue muy arduo, a pesar de que ya sabía que "el ratio
esfuerzo /resultado" sería muy alto y que los resultados obtenidos no
serían excelentes, por la vastedad y la dificultad de este campo.
Sugerencia: sería tal vez más adecuado leer en primer lugar el documento consignado en la entrada 120. de este blog.
Puede consultarse el documento de esta entrada 038. clicando el
siguiente link: