Universitat de Barcelona
EDICIÓN (1)
Puede
consultarse oprimiendo el enlace siguiente:
En inglés, el abstract de la obra rezaba así:
The role of decision analysis in the context of
business policy is explored with the aid of a case study of a reorganization
situation. This case study provides insights about the implementation of
decision analysis in the policy field and also indicates guidelines for
managers to follow in adapting the decision analysis approach to the resolution
of the policy formulation problem.
AUTORES Y OBRA
La aportación
de ambos autores parece tributaria de la experiencia adquirida en su práctica
profesional como directivos. Pero su práctica contenía complejidades abstractas,
puesto que trabajaron en cargos relevantes para grandes empresas durante años.
En concreto, en la contraportada del libro se expresa que "W. G. Byrnes realizó tareas de planeamiento y computación,
antes de incorporarse en 1963 al Departamento de Economía y Estadística de 'una
gran empresa'. Desde entonces ha trabajado en estrategia competitiva,
planeamiento y diversificación de empresas. B. K. Chesterton fue programador de
computadoras y analista de sistemas; luego se desempeñó en diversas tareas de
asesoramiento y dirección. Actualmente [1973-1978] es director de Servicios
Gerenciales de 'una empresa de rango internacional'".
La aportación de ambos directivos, con
tareas de alto nivel en las estructuras ejecutivas y de alto staff de grandes empresas, es bastante
orientada y específica. Son de los primeros autores en darse cuenta que el
análisis de inversiones y la fijación de estrategias según se desarrollaban en
las teorías generadas en la
Universidad , iban por caminos distintos y no acababan de
encontrarse.
Las aportaciones de Joel Dean y de H.
Igor Ansoff no parece que fueran demasiado valoradas en su momento por los
expertos en teoría de las finanzas corporativas, normalmente ocupados en cargos
superiores universitarios, pero con poca o nula experiencia en los problemas
empresariales reales.
Muchos autores relevantes en Finanzas
Corporativas preferían desarrollar hasta la extenuación modelos abstractos que
resolvieran sofisticaciones conceptuales (como -es un mero ejemplo, hay más-
las que planteaban los proyectos no-simples, los puros y sobre todo los mixtos,
en terminología de Teichroew, Robichek y Montalbano) que no enharinarse con los
problemas organizativos de la evaluación y aprobación de proyectos de
inversión.
Dichos procesos complejos habían -y han- de pasar por la "prueba del nueve" estratégica y significaban la realización de excursiones interdisciplinares hacia las áreas de autores expertos en teoría de la decisión como Herbert Simon, o hacia las abstracciones de una autoridad en estrategia como H. I. Ansoff. O aconsejaban hacer más caso de expertos como Joel Dean, un experto poco valorado por los microeconomistas de las finanzas porque prestaba más atención a los detalles organizativos y de proceso de decisión de los proyectos, que a los modelos matemáticos de ayuda a la decisión.
Dichos procesos complejos habían -y han- de pasar por la "prueba del nueve" estratégica y significaban la realización de excursiones interdisciplinares hacia las áreas de autores expertos en teoría de la decisión como Herbert Simon, o hacia las abstracciones de una autoridad en estrategia como H. I. Ansoff. O aconsejaban hacer más caso de expertos como Joel Dean, un experto poco valorado por los microeconomistas de las finanzas porque prestaba más atención a los detalles organizativos y de proceso de decisión de los proyectos, que a los modelos matemáticos de ayuda a la decisión.
Después de la aportación de Byrnes y
Chesterton, empezaron a publicarse diversas propuestas para entroncar finanzas
y estrategia; una de ellas, muy celebrada, consistió en valorar los
proyectos estratégicos de inversión como "opciones reales", con lo
que se podían entroncar las finanzas teóricas que habían desarrollado a fondo la
valoración de productos derivados (como el modelo de Black y Scholes) con los
problemas reales que representaban muchos proyectos importantes de inversión
para las grandes empresas ("una opción real es como una opción financiera:
es un billete para tener ventaja en futuros desarrollos que requerirán muchas
más inversiones, si el presente proyecto -relativo a la difusión de una nueva
tecnología, o a la combinación de varios campos técnicos, etc.- tiene
éxito" sería más o menos el razonamiento de tal fusión intelectual.
Lógicamente, Byrnes y Chesterton -como
conocedores desde dentro de la realidad de las grandes empresas- simplemente constataron en
1973 que los modelos financieros al uso no servían para tomar decisiones
complejas de inversión, que estuviesen interrelacionadas en el espacio y
ramificadas consecutivamente en el tiempo.
Investigando he llegado a la conclusión
que al menos uno de los dos autores (Byrnes, pero probablemente ambos) ostentó
cargos elevados en el grupo Unilever en Reino Unido.
La publicación de la presente entrada
me ha llevado a reflexionar sobre la indudable diferencia de libertad
intelectual entre los profesores e investigadores universitarios (cuya carrera
se beneficia altamente de la publicación de amplias y profundas investigaciones
en revistas científicas –“publicar o perecer”-) y la autonomía de que pueden
disponer los altos directivos, científicos y asesores que trabajan dentro de
las tecnoestructuras de las grandes empresas o corporaciones.
Es bastante delicado -por no
decir peligroso- que los miembros de la tecnoestructura -directivos intermedios, miembros de altos staff, etc.- publiquen libros que revelen procesos internos de
decisión específicos, pues las cúpulas de las empresas tienen un peculiar sentido de la
propiedad intelectual y exigen confidencialidad.
En
definitiva, si Byrnes y Chesterton trabajaron para Unilever y elaboraron todo
un pensamiento con relación a sus proyectos de inversión estratégicos, seguro
que a Unilever no le pareció demasiado oportuna la publicación de tales
elaboraciones intelectuales si se daban a conocer identificando a Unilever como
campo de pruebas, ya que "va en el sueldo" la garantía de
confidencialidad de los científicos y técnicos, aunque sus organizaciones no les hagan firmar contratos de reserva de información. De ahí el secretismo de la ocupación profesional de ambos, a
la hora de firmar el libro (es una suposición que creo resulta totalmente
razonable).
En tiempos
recientes los códigos éticos de las grandes empresas resuelven de raíz estos
posibles puntos de fricción.
He
deducido que William G. Byrnes fue alto directivo del Grupo Unilever, en
función del curioso memorándum firmado por él en 1989 y que puede hallarse en
Internet, como Managing Director de U.M.L. Limited, una Compañía del Grupo
Unilever en Inglaterra:
291. b. https://goo.gl/cjIY2R
291. b. https://goo.gl/cjIY2R
Por supuesto no hay fotos ni de Mr.
Byrnes ni de Mr. Chesterton. Tampoco me consta que publicaran posteriormente nada
más que fuera relevante.
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(1) Aparte de otros cambios para mejor
lectura, se han sustituido expresiones de la traducción española por otras con
las que estoy más familiarizado; por ejemplo:
Planeamiento
--> Planificación
Utilidades
--> Beneficios
Operacional
--> Operativa
Organizacional
--> Organizativa
Promisoria
--> Prometedora
Mejoramientos
--> Mejoras
Erogaciones
--> Gastos