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domingo, 23 de agosto de 2015

230 * #Ed_res_cit Edición de resúmenes y citas de P. #Massé y P. Bernard: "Los #dividendos del progreso". Redondo Editor. Barcelona, 1969

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona



Puede consultarse aquí la edición de resúmenes y citas pertenecientes a esta pequeña obra, que es el objeto final de la presente entrada (aunque en este caso, me limité a extraer solamente algunos conceptos):

230. a.    https://goo.gl/m3tXLj
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La edición original de la obra se denominó "Les dividendes du progrès" y fue editada en 1959, por Editions du Seuil, París (143 pág.).
Portada

Esta obra se escribió para presentar algunos de los conceptos, criterios y técnicas desarrollables en la empresa, en el marco de la planificación económica. Redondo editor la publicó a su vez en español en el mismo año 1969. Fue traducida por la Dra. Maria Àngells Vallvé Ribera, la primera mujer que ganó la oposición de Agente de Cambio y Bolsa de España.


El índice de la obra puede leerse por medio de la siguiente foto. Como puede observarse, se trata de una obra de divulgación económica de empresa, que aspira a transmitir unos cuantos conceptos económicos:



Puede consultarse aquí una breve y autorizada recensión que realizó André Babeau sobre la obra de Massé y Bernard, recensión aparecida en "Revue Économique" nº 6, 1969:


PIERRE MASSÉ

Del segundo autor (Bernard) no hemos hallado datos en Internet. Para presentar al autor principal (Massé) nos hemos ayudado de algunas frases e ideas, tomadas de unos apuntes biográficos de Massé, escritos por Roger Aleph. 

Pierre Massé (1898-1987) cursó Ingeniería de Caminos Canales y Puertos en la Escuela Politécnica de París y logró el Doctorado en Ciencias. Fue autor de uno de los mejores manuales de análisis de inversiones que se han escrito (La choix d'investissements, Critères et methodes, Dunod, 1959) traducida al español en 1963: La elección de las inversiones. Criterios y métodos. Ed. Sagitario. Barcelona).


Los intereses principales de Massé en el ámbito económico -aparte del análisis de inversiones- fueron: la teoría de la amortización económica, la teoría de la productividad global de los factores y la teoría de la programación dinámica.

Su carrera profesional se desarrolló en altos puestos directivos de EDF (Electricité de France). Luego, el General De Gaulle le nombró Comisario del Plan Económico y Social Francés, cargo que desempeñó de 1959 a 1966. La justificación teórica y política de la realización de planes económicos puede encontrarse en otra obra: Le Plan ou l'Anti-hasard (1965), cuyo título en traducción española fue "El plan o el antiazar", editada por Ed. Labor en 1973.

Él definía el Plan como el "antiazar": un marco para facilitar previsibilidad, que sin ser demasiado constrictivo y rígido, se constituyó como un encuadre estricto para empresas públicas y un elemento de referencia para empresas privadas. 

Con el  Plan, Massé intentaba además iniciar una experiencia de prospectiva a largo plazo, que pudiera actuar como una guía para la toma de decisiones empresariales, pues creía que los empresarios franceses tendían a tomar decisiones con una orientación excesiva al corto plazo.


Francia copió creativamente -con diferencias claras de entorno político- el modelo general de planificación puesto en marcha en los años '20 y '30 del siglo XX en la U.R.S.S. El General De Gaulle confió a Pierre Massé la puesta en marcha del Plan francés, nombrándole Comisario del Plan.

La copia era lógicamente lejana. La planificación estalinista era de carácter quinquenal y coercitivo. La copia francesa, también quinquenal, no se refería a la filosofía de la planificación (porque en la U.R.S.S. aquélla no era meramente indicativa, sino compulsiva) sino porque el plan correspondiente se ponía en práctica en el período previsto; y cuando se agotaba el plazo se generaba otro Plan de Desarrollo "ex-novo" con poca relación de autores y de objetivos con respecto al anterior. Entonces los planes deslizantes no existían.

Ni la planificación soviética quinquenal, ni la planificación indicativa francesa a 5 años ni la española a 4 años, fueron de carácter "deslizante", con lo que no pudieron aprovechar casi las conclusiones sacadas de la aplicación del Plan respectivo que les precedió.

En la situación actual, con un entorno altamente cambiante y turbulento, sería imposible construir cualquier concepto prospectivo. Excepto China como país, las grandes planificadoras mundiales son las empresas multinacionales (y no todas; sólo las que tienen capacidad para definir las sucesivas transiciones tecnológicas y de preferencias de los consumidores).

Como es lógico, Massé no fue muy amigo de los pensadores liberales que creían que la economía francesa adolecía de demasiado dirigismo. Incluso en épocas posteriores (años '80) Massé pensaba que el Plan era válido, pues se trataba de una gran herramienta "para la reducción de incertidumbres". 

De todos modos, puede observarse que sus posiciones irían quedando superadas por los embates liberales que provenían de los principales países anglosajones (Reagan & Thatcher, etc.) y que también entraron -aunque con sordina- en la realidad francesa.

Francia es uno de los países de Europa (si no el que más) en que la reglamentación, la planificación, la presencia de lo público -y por qué no decirlo- la rigidez administrativa, hoy en día continúan estando más presentes. 

De la planificación económica indicativa parecen haber quedado los residuos más negativos: una cierta dificultad de adaptación a los cambios y una notable rigidez procedimental.



BREVE RECUERDO DE LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA INDICATIVA ESPAÑOLA

Recuérdese que en 1969 en España transitábamos por la etapa final de franquismo y la economía estaba controlada por el grupo de tecnócratas a los que Franco, diez años antes, había dado la orden de salvar la economía del país, dado que en las arcas del Instituto Español de Moneda Extranjera (I.E.M.E.) había más telarañas que divisas extranjeras; y por ello, el colapso de solvencia y liquidez estaba a tocar de la mano.

Para ello se puso en marcha un duro Plan de Estabilización, cuyo cerebro fue el catedrático catalán Juan Sardá Dexeus, apoyado políticamente por el entonces ministro de Comercio, Alberto Ullastres. 

Una medida contundente que comportó el Plan, fue la inevitable devaluación de la peseta, para eliminar la dualidad de mercado de divisas, es decir, la existencia de un mercado blanco y un mercado negro de dicha preciada divisa, con grave disparidad en sus respectivas cotizaciones.

La peseta era una moneda cuyo nombre -por cierto- tiene origen catalán, pues la creó Laureà Figuerola i Ballester, originario de la localidad de Calaf (Barcelona). Fue nombrado ministro de Hacienda español en el Gobierno de Serrano, por decisión del General Prim en 1868 (Pesseta = peceta = "piececita" en castellano. De ahí, "peseta"). Figuerola fue el primer Doctor en Derecho de una Universidad española.

Diez años después de 1959, ya estábamos en pleno II Plan de Desarrollo Económico y Social (de una duración de cuatro años, 1968-71); una mala copia de la planificación indicativa quinquenal que se realizaba en Francia. Sin ser una democracia, España había copiado esta idea francesa con el ánimo de forzar el crecimiento (ellos le llamaban desarrollo: hay mucha diferencia). 

Eso sí: el crecimiento de la época fue alto, en parte gracias a las remesas de los emigrantes que permitían pagar las importaciones imprescindibles; la política aplicada era "fabricar dentro del país -en lo posible- lo que hasta entonces se importaba" (política de sustitución de importaciones) y España se convirtió en un miniportaviones industrial para muchas Multinacionales, como por ejemplo, Ford, primero, y General Motors, después. 

El factótum de la Planificación económica española, fue Laureano López-Rodó (un Catedrático de Derecho Administrativo catalán) que ocupó el Ministerio de Planificación y Desarrollo desde 1967 a 1973. Pero el cerebro del Ministerio -como Subsecretario- fue el Catedrático de Política Económica de la U.B., Fabián Estapé Rodríguez. 

Difícilmente podía pensarse en una pareja de políticos más dispar en carácter, formación y tendencias ideológicas y políticas. La inteligencia poliédrica del Dr. Estapé le permitió sobrevivir varios años en Madrid, trabajando cerca del General Carrero Blanco y de su feudal entorno.

Aquí puede resultar de interés la lectura del artículo de la profesora Esther M. Sánchez Sánchez, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, donde explica con bastante detalle la reacción de las autoridades y empresarios franceses ante las primeras experiencias españolas con el Plan de Estabilización y los Planes de Desarrollo posteriores: