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jueves, 30 de julio de 2015

212 * #CasoPrácticoEEC "Schneider" (#valoración de #inversiones, #valor-criterio de #Schneider).

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona

El enunciado de este caso práctico puede descargarse aquí:


Y su solución, aquí:

212. b.   https://goo.gl/VU43QC

COMENTARIO

Este caso práctico se redactó para poder mostrar el uso de la metodología de valoración de inversiones de Erich Schneider, un reputado profesor alemán al que el nazismo obligó a emigrar a Dinamarca y allí publicó "Contabilidad Industrial" (un clásico absoluto en contabilidad de costes) y también la obra que en versiones posteriores se denominaría "Teoría de la Inversión. Cálculo económico" obra menos conocida pero muy seria, en la que se usó una buena ración tanto de aparato matemático de optimización, como de matemática financiera. 

La versión original de dicha obra en danés, se publicó en 1944 [Investering og rente, Nyt Nordisk Forlag, Arnold Busch, Copenhague]. 

La edición de esta obra fue bastante azarosa. Como indica el Catedrático de Finanzas Dr. Fernando Gómez-Bezares de la Universidad de Deusto, en su artículo "Panorama de la teoría financiera" publicado por el Boletín de Estudios Económicos en 1995, [Schneider] "realizó una versión en alemán en 1951 con el título: Wirtschaftlichkeitsrechnung, traducida al castellano en 1956 como: "Teoría de la inversión". La séptima edición alemana (1968) está traducida también al castellano: "Teoría de la inversión” El Ateneo, Buenos Aires, 1970.(1)

Esta última es la versión que usamos nosotros.

Teoria de la inversion - calculo economico de  Erich Schneider

Como escribe el Dr. Luis Ferruz Agudo, Catedrático de Finanzas de la Universidad de Zaragoza (2) en la obra citada de Schneider "se elabora la metodología para el Análisis de las Inversiones y se establecen los criterios de Decisión Financiera que den lugar a la maximización del valor de la empresa. En su trabajo, el profesor [Schneider] pone de manifiesto una idea en la actualidad vigente: una inversión viene definida por su corriente de cobros y pagos".

DOS MECANISMOS ECONÓMICOS DE EQUILIBRIO

Schneider proporciona (que nosotros recordemos) al menos dos mecanismos de equilibrio económico en el mundo de las inversiones. El primer equilibrio se refiere a los proyectos de inversión que se están contemplando; y se concreta en un tipo de interés. 

La tasa de interés-criterio de Schneider es el tipo de descuento que logra que dos proyectos de inversión simples igualen sus respectivos VAN y por tanto les convierte en indiferentes, si es que se desea adoptar el VAN como único criterio de elección. El tipo de interés-criterio equivale a la Tasa de Rendimiento Interno de la Inversión-Diferencia, abstracción obtenida por la comparación "flujo-a-flujo" tanto de inversión como de explotación, de ambos proyectos.

El segundo mecanismo de equilibrio es el que permite proporcionar el valor económico de una inversión existente (valor-criterio de Schneider) por comparación de sus costes y prestaciones con el precio, las prestaciones y la eficiencia de un proyecto de inversión más moderno que en su caso podría sustituirla. 

Si el proyecto nuevo y la inversión vieja se comparan en base a las cifras económicas previstas futuras, se supone que el primero es más eficiente que la segunda. Y si no lo es en el presente período, lo será en el siguiente. Esta forma de efectuar estudios año-a-año es típica del mundo de la renovación de equipos.

En la economía el progreso técnico no se daría si los vendedores de las nuevas soluciones tecnológicas pretendieran cobrar un precio por la nueva inversión, que la hiciera indiferente al compararla con la solución vieja por parte de la empresa inversora.

Como en la economía existe el progreso técnico, ha de darse un incentivo para que la empresa que está contemplando la renovación de sus equipos, se decida a efectuarla. 

Factores de los bienes de equipo modernos con respecto a los que están en funcionamiento, son, por ejemplo: mayor cantidad anual producida y más calidad del producto. Ambos conjuntamente generan un aumento sustancial de los ingresos anuales sobre la situación actual.

Pero también influye económicamente el hecho de que el nuevo proyecto pueda generar menos costes unitarios corrientes y una duración mucho más dilatada. Todas estas cuestiones habrían de compensar de sobra la gran cantidad de dinero que cuesta la nueva inversión.

Por tanto, lo más probable es que las cifras económicas manejadas en un mundo con progreso técnico, estimulen la renovación. El único freno puede ser el hecho de contar con la financiación necesaria, pero esta ya es otra historia.

La cuestión que nos interesa aquí para justificar la publicación del caso práctico objeto de esta entrada 212 es la siguiente:

Económicamente existe una situación de equilibrio entre la solución técnica vieja y la nueva, que viene dada por la determinación del valor-criterio o del valor de equilibrio que puede asignarse al equipo viejo, teniendo en cuenta las diferentes prestaciones de ambos. Probablemente el "Valor-Criterio" oscila entre cero y el valor contable neto del bien viejo, en el momento de la decisión.

La ecuación de Schneider, igualando matemáticamente los cálculos de Valor Actual Neto de ambas soluciones (la vieja real y la nueva potencial) busca hallar un punto de equilibrio en el valor asignable por equilibrio económico, al bien de equipo viejo, que se deja operar como incógnita que resuelva la ecuación de indiferencia de ambos VAN’s.. 

Por tanto, Schneider aporta aquí un importante criterio económico en el ámbito estructural (asociado conceptualmente al coste de oportunidad en el ámbito del corto plazo) para poder asignar valores a equipos productivos existentes: el del equilibrio coste/beneficio con las prestaciones y el precio de cualquier solución nueva alternativa.

Como decimos en la solución del caso, si los bienes de activo fijo material o los activos intangibles no gozan de un valor contrastado de mercado como bienes usados, podrían ser valorados mediante el "valor-criterio" de Schneider, si se permitiera la aplicación generalizada del criterio del valor razonable a la valoración contable de estos activos. 

De momento, como sabemos, el criterio que se usa es el del coste histórico corregido por los deméritos acumulados, contabilizados adecuadamente.
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