Mostrando entradas con la etiqueta C.P. Quasar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta C.P. Quasar. Mostrar todas las entradas

lunes, 18 de mayo de 2015

176 * #CasoPráctico "Quasar" (programación: comparación de programas de producción y de existencias a corto plazo) #CasoPrácticoEEC

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona

En esta entrada 176. se publica el enunciado y la resolución del caso práctico Quasar. El enunciado, con alguna modificación se tomó de la obra clásica de Jean Meyer "Gestión presupuestaria", editada por Deusto. La resolución es del autor de este blog.

Como saben mis alumnos para estudiar taxonómicamente los hechos empresariales (es decir, describiéndolos y clasificándolos con criterio) distingo tres mundos empresariales, que son consecutivos:

1) Mundo físico.

2) mundo económico.

3) mundo financiero.

En las entradas 077, 139 y 141 de este blog (sobre todo en la primera de ellas) se utilizó esta separación de mundos como método central para explicar el avance del proceso de planificación y luego el proceso de control. Por tanto, no nos extenderemos más sobre esta cuestión.

El caso Quasar se ubica plenamente en el primero de los tres mundos (el mundo físico) tanto en flujos (compras, producción) como en stocks (cantidades almacenadas tras cada período).

Por tanto, podemos pensar que Quasar es un caso que está alejado de la realidad del economista y queda más cerca de la del ingeniero de organización.

Ya en la parte final de la solución del caso práctico se observa que no es así: las diversas opciones de ritmos de producción y de acumulación o de consumo de existencias, una vez que han superado las rigideces de la capacidad física, no tienen otra posible valoración que la de carácter económico (costes unitarios, costes totales, costes de marcha en vacío, etc.). 

Por lo tanto, la mejor opción ha de buscarse en el ámbito de la minimización de los costes conjuntos de producción y de gestión de stocks; es decir, en el ámbito de los costes logísticos unitarios y totales, combinando los análisis de costes de flujos y de stocks (es decir, a nivel económico: no físico).

Así pues, moverse en el mundo físico es necesario pero ni mucho menos resulta suficiente, porque luego hay que pasar al mundo económico. De las cantidades físicas hay que pasar a los costes.

Se puede concluir que el ingeniero y el economista, aunque proceden de mundos diferentes y les animan objetivos distintos, no tienen más remedio que entenderse. Pero el lenguaje en que al final ambos habrán de expresar los objetivos será el económico. Porque el ámbito físico ya está presente "a nivel de" las restricciones que plantea (capacidades máximas de los almacenes, producción mínima por hora, producción máxima por día, etc.).

El enunciado se puede consultar a partir del link que sigue:

176. a.   https://goo.gl/ngvp5h

La resolución que propuse puede leerse aquí:

176. b.   https://goo.gl/KzSqZP

En la página 4 de la solución aparece un gráfico, pero está incompleto. El gráfico real integrado, requería herramientas informáticas que no estaban a mi alcance.

Para la publicación en el blog he optado por escanear el gráfico (en colores) de la solución que en su día escribí a mano. Dicho gráfico manuscrito puede consultarse aquí:


176. c.   https://goo.gl/BfRLkY

............................

Epílogo: al lector joven, que usualmente tiene a su alcance programas informáticos de gestión de compras, producción y almacenes; y eso cuando no son sistemas integrados ERP como SAP (si trabaja en una empresa; y si no trabaja ya sabe que existen y que les esperan en su futuro puesto de trabajo), puede parecerle inútil y cansada la solución a mano de un caso de este tipo.

Al respecto si los acepta, le daré algunos consejos:

Incluso profesionales con carreras universitarias y masters, se dividen en dos grupos:

a) los que saben profundamente como funcionan los programas y sistemas automáticos, porque los han diseñado y/o los modifican periódicamente. Podríamos decir que son "la élite".

b) los que son simples usuarios de sistemas informáticos complejos con dos permisos: o consultar datos, o modificar algunos de ellos. Para dicho segundo grupo, las entrañas de los sistemas son una caja negra.

Saber cómo funcionan los sistemas por dentro (y aún mejor, crear otros nuevos y más eficientes) es el pasaporte a la supervivencia profesional.

El que aspira a ser -o es- simple usuario, sin cuestionarse cómo funciona un sistema por dentro, habría de saber que ésta es la mejor forma de ser prescindible a medio o largo plazo.

Resolver casos prácticos a mano o razonando procesos de solución ayudados por calculadora, es la mejor forma de mantener un espíritu inquisitivo e innovador. 

Sugiero a las nuevas generaciones de alumnos que nunca se dejen adormecer en la comodidad de ser meros usuarios de tecnologías sofisticadas, porque así no entrenarán demasiado la función propia del pensamiento y la proposición de innovaciones; y, por tanto, probablemente no conocerán nunca suficientemente bien los sistemas complejos empresariales.

Metáfora final: Son los arquitectos que calculan la resistencia de las estructuras de las construcciones antes de que se pongan las primeras piedras, los que conocen profundamente cuáles son los límites y las posibilidades de las construcciones que proyectan; por el contrario, los arquitectos que son meros y cómodos usuarios de programas de cálculo de resistencia de estructuras, probablemente no conocen profundamente ni las reglas, ni los algoritmos ni las ecuaciones en las que se basan.