Mostrando entradas con la etiqueta William J. Baumol. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta William J. Baumol. Mostrar todas las entradas

lunes, 17 de agosto de 2015

224 * Monzón, J. Cinco #economistas eminentes a los que no les otorgaron el Premio #Nobel-de-Economía... o no se lo darán

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona



Premio Nobel de Economía 2017: Richard H. Thaler.
Fuente de la foto y noticia de la concesión del Premio, escrita por M. O'Sullivan: https://goo.gl/PGVnrz



Premio Nobel de Economía 2016. Ganadores: Oliver Hart y Bengt Holmström. Fuente de las fotos: http://bit.ly/2lNLc6E

Puede consultarse el documento de 15 páginas para esta entrada 224 (escrito en agosto de 2015), por medio del siguiente enlace:

224.     http://bit.ly/2mKrXfA
________________

Desde que se escribió esta entrada, se han otorgado ya dos premios Nobel, (2016 y 2017). Pienso que tanto Hart y Holmström como Thaler son autores importantes. Pero cualquiera de los dos economistas vivos que menciono en el documento (Baumol y Daly) ha realizado una aportación superior a ellos (según mi criterio). Y eso que no soy nada partidario de premiar a alguien "porque" es muy mayor y está a punto de morir.
_________________

Premio Nobel 2016

El comentario de "The Royal Swedish Academy of Sciences" respecto de los méritos de los académicos que lograron el Premio Nobel de Economía de 2016 (Hart y Holmström), se descarga aquí:

224. a.   http://bit.ly/2dDxt1U

Premio Nobel 2017

A la web del Premio Nobel de Economía 2017, profesor Richard H. Thaler (Chicago University), puede accederse desde aquí:

224. b.   https://goo.gl/cpheXt

El profesor Thaler ha publicado algunos trabajos sobre Psicología de la conducta económica con el psicólogo profesor Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía en 2002.

El judío Daniel Kahneman y el ruso Amos Tversky fueron responsables a finales de los '70 de una nueva teoría sobre la percepción del riesgo (prospect theory, teoría de la percepción de la pérdida, por la que la aversión a ésta en los sujetos es tan fuerte que prefieren "no perder" a "ganar" idéntica cantidad, lo que aleja la conducta del decisor de la conducta marcada por el homo economicus que se orienta a la racionalidad de las decisiones usando esperanzas matemáticas de ganancia o pérdida) teoría que intenta comprender conductas no racionales pero frecuentes, ligadas a la emocionalidad humana y que cada día gana adeptos. 

Pero el papel de un joven becario llamado Thaler (que se encontró en la Universidad de Stanford con Kahneman y Tversky como jefes) fue el de abrir el campo de la economía behaviorista con el artículo cuyo título en castellano fue: "Hacia una teoría positiva de la elección del consumidor" (1980), al que el propio Kahneman reconoce como la plataforma básica de la economía del comportamiento moderna.

Puede consultarse un trabajo básico sobre la "economía de la conducta" en el que aparecen profusamente citados Tversky, Kahneman y Thaler, escrito por Alain Samson, en el siguiente enlace:

224. c.   https://goo.gl/bqd9LX

Thaler también es conocido por el concepto de la "contabilidad mental" mediante el que ilustra qué hacen los sujetos particulares para racionalizar y poder tomar decisiones financieras complejas con esquemas mentales simplificados. Por ejemplo, Thaler dice que la gente intenta relativizar las cifras económicas, en lugar de valorarlas de acuerdo con un absoluto. La búsqueda de referentes de comparación es lo primero que hace un sujeto para comprender el problema financiero que enfrenta. Las cifras no son objetivas, sino que su valoración depende del origen del dinero y del momento de su obtención, entre otras variables.

Por otra parte, Thaler piensa que no es igual la percepción del gasto pagado al contado, que con tarjetas de crédito. En el primer caso la compra y el gasto son simultáneos y el problema consiste en saber si el importe asociado se podrá pagar inmediatamente, o no. En el segundo, la compra y el pago quedan distanciados y el importe queda ahogado dentro de una bolsa de pagos mensuales cargados en cuenta. Por tanto es más fácil comprar porque el peso del pago queda diluído, enajenado del sujeto y trasladado a un futuro.

Otro caso (dudo que lo haya expuesto Thaler, pero personalmente lo considero plenamente adscribible a la teoría de la contabilidad mental) es la racionalización que efectúa un particular o una familia cuando ha de comprar un bien importante a crédito. Tal vez debería(n) estar muy interesado(s) en conocer la TAE de la operación (que en compras a crédito acostumbra a ser abusiva), pero la frecuente ignorancia sobre los entresijos de su significado y cálculo, hacen que la atención de la persona o familia se traslade a "la cantidad que hemos de pagar al mes". Eso sí que les resulta familiar y permite al decisor tomar decisiones sin preguntar demasiadas cosas y, por tanto, facilita no aparecer como ignorante a los ojos del vendedor (aspecto al que muchos compradores le dan un gran valor).

¿Nadie recuerda episodios de firma de contratos de préstamos hipotecarios en el despacho de un Notario, en el que los compradores, con cara de suficiencia y profesionalidad, dicen que no hace falta que se lean en público las cláusulas financieras y no financieras, dado que están familiarizados con ellas (aunque no tengan ni idea de significados y consecuencias)?

__________

Debo mencionar que el profesor William Baumol (uno de los cinco economistas que aprecié merecían o hubiesen merecido el Premio Nobel, falleció el 4 de mayo de 2017.

En la entrada anterior 223 * he insertado el siguiente texto, que vale también para la presente entrada, y que debería modificar el enlace 224 en que se efectúa el análisis de la aportación global de 5 economistas (uno de ellos el profesor Baumol, que entonces todavía vivía):

"Redactando una entrada sobre aportaciones del profesor Cándido Pañeda Fernández de la Universidad de Oviedo (entrada 523 * de este blog, 2 de octubre de 2018) me entero con sorpresa que el profesor Baumol falleció solo dos meses después de que yo revisara la presente entrada (4 de mayo de 2017). Aporto a continuación una enlace a la entrada de blog en la que el profesor Pañeda efectuó un análisis de la obra del profesor Baumol":


223. b.    https://goo.gl/PXFgQx





sábado, 15 de agosto de 2015

223 * #Ed_res_cit Edición de W. J. #Baumol: "Entreprise et Societé". En: #Bloch-Lainé & #Perroux. "L'Entreprise et l'économie du XXe. siècle". P.U.F. París, 1966

Joaquim-Andreu Monzón Graupera
Universitat de Barcelona


Dr. William J. Baumol. Fuente de la foto: http://bit.ly/2mAQA1A

El texto estricto que vamos a usar en esta entrada 223. como pretexto retórico, es tan breve que no será necesario añadir un fichero adjunto para sacarle frutos. Constará en cursiva en el propio texto.

La nota del profesor Baumol (Entreprise et société) se publicó en: Bloch-Lainé, F. y Perroux, F. (1966): L'Entreprise et l'économie du XXe. siécle. Presses Universitaires de France. París. Tomo 1. "L'entreprise et son environnement". Pg. 53-64.



--------------

Este es el primer tomo de la mencionada edición original francesa. En español se publicó dicha obra recopilatoria de Bloch-Lainé y Perroux en tres tomos, por parte de la Editorial Deusto (Bilbao), en 1970.

A continuación se extraen y comentan unos breves párrafos de la aportación de William J. Baumol:

-----------

“La enseñanza es un producto social que responde netamente a los intereses de las empresas privadas".

"Las provee de un personal más eficiente, les puede proporcionar mejores clientes; puede incluso hacer posible un mejor Gobierno, lo que es muy favorable para la administración de las firmas privadas".

"Estas conclusiones fueron sometidas incluso a los Tribunales que examinaron la cuestión de saber si los dirigentes de una empresa privada tenían derecho a dar a una universidad, fondos que podían ser considerados como propiedad de los accionistas".

"Los jueces decidieron que estas contribuciones estaban justificadas porque servían a los intereses a largo plazo de los accionistas, es decir, porque la enseñanza es una variable social  que entra neta y directamente en las funciones de beneficio de la firma”.

------------


COMENTARIO ESPECÍFICO SOBRE LA LECTURA DE WILLIAM J. BAUMOL



Dr. William J. Baumol. Fuente de la foto: http://bit.ly/2m3i2lt

Dicha breve lectura es literal (solamente hemos convertido en dos puntos y aparte sendos punto y seguido).

En su día me chocó fuertemente pues no tenía nada que ver –ni tiene- con un referente claro: el discurso ofrecido por los representantes de la gran patronal, especialmente de la española.

Que la educación (Baumol dice enseñanza, pero se refiere al binomio educación-formación) no solo es una importantísima inversión macroeconómica lo sabemos desde hace mucho tiempo, como mínimo desde Keynes y aún más, desde las aportaciones más recientes de Mark Blaug sobre economía de la educación.

Los empresarios han tendido a ver la consignación presupuestaria pública en Universidades y educación como un despilfarro social, pues más o menos comentan: “de las aulas no salen alumnos que puedan trabajar sin más en los puestos de trabajo: se les debe formar intensivamente: la formación ofrecida por el Estado está desactualizada y no cualifica.”

Por ello, siguiendo su propio punto de vista, es preciso que las élites colaboren decisivamente al pago por duplicado del sistema educativo (¡vaya despilfarro!): de tal modo que: el sistema público, para clases medias y bajas (los futuros empleados del Sistema) mediante impuestos; y el privado, para sus propias generaciones futuras (los cachorros de la élite) con un claro objetivo: reforzar y perpetuar a las élites como conductoras del Sistema.

Que las élites estén pagando con sus impuestos la educación media y superior de carácter público, es una afirmación crecientemente cuestionable, sobre todo si entramos en el detalle de la contribución impositiva de las diferentes clases sociales, y los pesos de su evolución en el transcurso del tiempo.

Un comentario tan claro como el extraído aquí de William J. Baumol, raras veces lo había visto expuesto desde la Universidad. De tanto en tanto, debería ser leído -con solicitud de reflexión- por las diversas generaciones de empresarios, especialmente los más importantes.

Se nos dirá que una cosa es la Universidad norteamericana y otra la de aquí; de acuerdo. En Estados Unidos es frecuente que ricos empresarios creen fundaciones universitarias o realicen donaciones en vida o mortis causa para mantener y mejorar alguna Universidad, aquélla en la que estudiaron, o la que por alguna razón se sienten vinculados. Por tanto, parece que esta especie de débito moral del empresario hacia la Universidad, algunos intentan restituirlo con creces. Pero sólo algunos, y porque éticamente creen que deben hacerlo (y por las desgravaciones de impuestos, dicho sea de paso). 

He dicho "algunos". Y por eso las frases de Baumol fueron rompedoras. En España, posiblemente se calificaron como revolucionarias.

Con todas sus carencias y rigores presupuestarios, la Universidad pública española es una aceptable maquinaria de educación y formación básica para los alumnos que acceden a ella, lo reconozcan todos los empresarios o no.

La masificación y el abandono de la cultura del esfuerzo no debe dejarnos ciegos ante la posibilidad teórica de uso del ascensor social que ofrece la enseñanza media y superior (y de integración en un Sistema, en tanto en cuanto éste no vaya a rechazar a la juventud que intenta usar dicho ascensor social, mediante técnicas de desaliento como son: la marginación, mecanismos diversos de creación de actitudes, o bien, masivas emigraciones exteriores...).

De hecho la argumentación de Baumol "contribuciones a la Universidad por parte de los empresarios en su propio interés; y encima, conducta sancionada positivamente por los Tribunales", no deja de ser una variante más del principio de la "mano invisible" de Adam Smith, por el que la conducta egoísta a nivel individual, acaba significando un bien público en el ámbito colectivo.

Una de las señales que denotan que España todavía no ha pasado íntegramente por la Revolución Industrial (ya no digo por la segunda y la tercera; ni siquiera por la primera) en el plano ideológico (en el material sí: tenemos altos hornos, fábricas de automóviles, etc.) es la falta de sentido colectivo y de solidaridad de las élites con las clases sociales más desfavorecidas. El capitalismo extractivo de Acemoglu y Robinson, tiene en España un portaviones como campo de pruebas.

Podríamos continuar porque el tema es apasionante, pero lo dejaremos aquí. 

Releyendo estas fichas de investigación sobre el texto de Baumol, nos preguntábamos por qué a este autor no se le ha concedido el Premio Nobel. Hablamos de este premio como la máxima quintaesencia del reconocimiento científico y profesional hacia un autor -en este caso, economista- tras muchos años de fecundo trabajo.

Revisando esta entrada (3-3-2017) hemos hallado este artículo del periódico digital "La Información" fechado en octubre de 2014, en el que se denota el merecimiento de Baumol para recibir el premio Nobel:

223. a.    http://bit.ly/2mAQA1A

Es obvio que los criterios valorativos de cada experto son distintos; y mientras algunos autores son reconocidos unánimemente, otros generan "división de opiniones" aunque la mayoría les tilde de muy importantes.

Nuestra hipótesis es que la respuesta hemos de encontrarla en el tono de la aportación de Baumol (dentro del Sistema, pero iconoclasta) de la que el párrafo mencionado es una mera muestra, pero también en el hecho de que ha investigado y publicado sobre gran cantidad de centros distintos de interés; y esta tendencia renacentista no está nada bien vista actualmente entre los organismos evaluadores del premio Nobel de Economía que obviamente forman parte del stablishment.

Se trata del clásico problema del intelectual o del científico comprometidos o de vastos intereses: si ofrece música fuera de lo esperado y confortable, se arriesga a una cierta marginación (parcial o total, según), porque cae fuera del foco ideológico del establishment. Esta especial categoría económica y social o bien usa a otros o bien les ignora.

En la entrada siguiente aportaremos nuestra opinión sobre economistas que merecen o han merecido el Premio Nobel de Economía y no se lo han concedido. Creemos que ni mucho menos "están todos los que son", pero sí creemos que "son todos los que están".

--------------------
Redactando una entrada sobre aportaciones del profesor Cándido Pañeda Fernández de la Universidad de Oviedo (entrada 523 * de este blog, 2 de octubre de 2018) me entero con sorpresa que el profesor Baumol falleció solo dos meses después de que yo revisara la presente entrada (4 de mayo de 2017). Aporto a continuación una enlace a la entrada de blog en la que el profesor Pañeda efectuó un análisis de la obra del profesor Baumol:

223. b.    https://goo.gl/PXFgQx