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miércoles, 14 de septiembre de 2016

366 * #Ed_res_cit Edición de algunos resúmenes y párrafos de la obra de A. #Quintart y R. #Zisswiller: "#Théorie de la #Finance". P.U.F. París. 1985

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona
EDICIÓN



Esta obra tuvo su primera edición en 1985, con 255 páginas. En 1990 y 1995 se volvió a editar, con sendas actualizaciones. La edición de 1990 creció hasta tener 352 páginas. Es una obra con muchos gráficos y de planteamiento cuantitativo.
Puede consultarse el documento anunciado (que recoge conceptos y comentarios extraídos de algunos capítulos) a partir del siguiente enlace:

El sumario sintético de la obra en su primera edición de 1985, fue el siguiente:
1. Rentabilidad, actualización y valoración.
2. Formación y estructura de las tasas de interés.
3. Riesgo, utilidad y estados de la naturaleza.
4. Valoración de activos financieros.
5. Coste y estructura de capital.
6. Teoría de las opciones.
7. Teoría de las señales y de la agencia.

AUTORES







Fuente de la Foto de Richard Zisswiller: goo.gl/jccU7Q
Richard Zisswiller, por su paso a actividades de relevancia pública más o menos emparentadas con la academia, se ha convertido en el más conocido de los dos firmantes de esta obra. Nació en Annecy, Rhône-Alpes, Francia, en 1942, por lo que tiene 74 años. Se graduó en L'Ècole d'Hauts Ètudes Comerciels (H.E.C.) en París, de 1963 a 1966 y en la Universidad de Harvard (H.B.S.), de 1968 a 1969, donde estudió I.T.P., finanzas y macroeconomía. No consta que obtuviera el doctorado.
Fue asistente de investigación y luego profesor de H.E.C. y director de esta Escuela de Negocios de 1971 a 1976; también en H.E.C.-Isa Group (1975-1984), y profesor visitante de las Universidades de Lovaina y Nueva York. 
Asimismo ejerció como Director del "Centre de Perfectionnement aux Affaires" de París (1984-92). Asimismo se desempeñó como Delegado general para los estudios (1993-2001) y Director General Adjunto (2001-2003) en la Cámara de Comercio e Industria de París. Asimismo fue presidente-fundador de la Asociation Française de Finance (A.F.F.I.) cuya página web puede conocerse a partir del siguiente enlace:
En 2003, Richard Zisswiller fue nombrado director del Instituto Francés de Administración; en 2007 fue miembro de su Comité de Dirección y en 2009 fue nombrado Presidente del Comité de Benchmarking de la "European Confédération of Directors Association" (E.C.D.A.).
Según podemos conocer a partir de su perfil en Linkedin, actualmente -y desde 2003- Zisswiller es Director delegado para Francia de The Conference Board Europe.
Desde 1995 es propietario en París de dos sociedades dedicadas al siguiente objeto social: "Creación artística relevante en artes plásticas".
Por último puede remarcarse la pertenencia de Zisswiller al Consejo de Administración del "Forum du Futur (Centre d'Analyse et Prospective)" una influyente organización que mantiene viva la llama de la Prospectiva, una materia de estudio y reflexión que parece ser solamente interesante en Francia pero que -entiendo- debería estar más presente en el corpus del pensamiento estratégico político y económico mundial. Pertenece también al mismo Consejo de Administración Jacques Lesourne, antiguo responsable del proyecto "Interfutures" de la OCDE (a quién reservamos en el presente blog una entrada futura).
A continuación se aporta un enlace que da acceso a una Newsletter fechada en 2007, de The Conference Board (Conference Board in Europe) donde puede corroborarse el ambiente en el que se ha movido Zisswiller en los últimos años: el de los grandes centros de influencia que organizan eventos de conspicuas conferencias con antiguos hombres de Estado, grandes empresarios, etc.
Por su parte, el profesor Aimable Quintart nació en Bélgica en 1950. En el momento de la publicación de la obra que editamos aquí (1985) era encargado de enseñanza e investigación en la Universidad Católica de Lovaina, concretamente en su Institut d'Administration et Gestion y en el Centre de Recherche en Administration Financière.
También era encargado de curso en HEC-ISA, y profesor en el Institut d'Economie Scientifique et de Gestion, IESEG, de Lille, Université de Lille-2).
Asimismo, posteriormente amplió su magisterio como profesor invitado en la Université de Valenciennes y también enseñó en la Universidad Diego Portales, de Chile.
Su tesis doctoral, leída en 1979 en la Universidad de Lovaina, tuvo el título: "La décision de desinvestir dans l'entreprise" (452 pág.). Fue publicada por la Facultad de Ciencias Económicas, Sociales y Políticas de su Universidad.
El Rector de la UCL, Universidad Católica de Lovaina (Bruno Delvaux) durante el acto de inauguración del curso 2010-11 (celebrado el 20-9-2010) tuvo un recuerdo para los profesores de su Universidad que habían fallecido el curso anterior. Así podemos enterarnos que Aimable Quintart, al fallecer, era profesor Honorario de la UCL.
OBRA
Zisswiller ha sido autor o coautor de obras como las siguientes: con Francis Girault en 1973, Finances modernes, théorie et pratiques (Dunod); en solitario: Micro-économie et analyse financière (Dalloz), y Gestion des établissements d’enseignement (Sirey, 1979). Y también -aparte de la que es objeto de la presente entrada- con Aimable Quintart, Investissements et désinvestissements de l’entreprise. Pratiques et mèthodes (Dalloz Gestion, 1982):
Según la web Unicat, Zisswiller fue autor o coautor de 12 obras, tal como puede consultarse (aunque no se recogen diversos artículos que recordamos que Zisswiller escribió), aquí:
366. d.  goo.gl/oMTPnW
Recogidas en la bibliografía de mi proyecto docente de 1993 aparecen referencias de los siguientes artículos del profesor Zisswiller:
ZISSWILLER, R.: (1.979) La prise en compte des éléments stratégiques dans l'analyse financière des projets. En: "Annales de Sciences Économiques Apliquées". Lovaina. Vol. 35. Nº 3. Pg. 77-89.
ZISSWILLER, R.: (1.982) L'analyse de l'entreprise par les tableaux de flux financiers. En: "Annales de Sciences Économiques Apliquées". Lovaina. Vol. 38. Nº 3. Pg. 53-73.
Por su parte, el Dr. Quintart publicó dos obras con Richard Zisswiller -como se ha visto- pero con posterioridad lo ha hecho con Michel Levasseur. Por ejemplo, "Finance", un completo manual de la materia, salió a la luz en 1990, y adquirió buena fama. Su tercera edición, aparecida en 1998, abarcó una extensión de 1.016 páginas. Una mejora con respecto a la primera edición, que contó con 1.110 páginas y respecto de la segunda, que se disparó hasta 1.185 páginas.


También deseo remarcar que Quintart escribió una obra sobre análisis financiero: "Méthodes d'analyse des états financers", Ed. CIACO-IAG, 1991 y 1993.

El profesor Quintart fue una persona muy discreta y con gran capacidad de trabajo. En la web Unicat aparece como autor, coautor o director de 216 ítems, según puede comprobarse mediante el siguiente enlace:

366. e.  goo.gl/EP8iWb

Recogidas en la bibliografía de mi proyecto docente de 1993 aparecen referencias de los siguientes artículos escritos o coescritos por el profesor Quintart:
FRÉMINEUR, C., y QUINTART, A.: (1.983) La finance d'entreprise et l'inflation: Considérations pratiques et reflexions théoriques. En: "Annales De Sciences Économiques Apliquées". Lovaina. Vol. 39. Nº 4. Pg. 5-39.
QUINTART, A.: (1.980) Pour une politique financière du desinvestissement. En: Annales de Sciences Économiques Apliquées". Lovaina. Vol. 36. Nº 1. Pg. 9-40.
QUINTART, A.: (1.982) Enjeux et approches de l'analyse financière. En: "Annales de Sciences Économiques Apliquées". Lovaina. Vol. 38. Nº 3. Pg. 7-33.
QUINTART, A.: (1.983) Les opportunités d'investissement et de desinvestissement: Logique financière et inflation. En: "Annales de Sciences Économiques Apliquées". Lovaina. Vol. 39. Nº 4. Pg. 73-111.  

Obsérvese que los seis artículos mencionados expresamente aquí de Zisswiller y Quintart, se publicaron en la revista "Annales des Sciences Economiques Apliquèes", de la Universidad Católica de Lovaina, lo que no deja de ser significativo.

Por último, pienso que la responsabilidad principal de la escritura de la obra que sirve de base a esta entrada, fue de Aimable Quintart. Para ello me baso en las evidencias de los documentos que este autor publicó individualmente alrededor de 1985. Por ejemplo, el articulo de Quintart, aparecido en la revista “Gestion 2000” en 1985:
"La théorie financière néoclassique: application de la théorie des signaux et de la théorie de l'agence au problème de la structure financière de l'entreprise".





sábado, 9 de mayo de 2015

168 * #Ed_res_cit Edición de resúm. y citas de: #Fernández-Pirla, #Pérez-Goróstegui y #Segura: "Los objetivos de la empresa y su control por el mercado" (1988). Corr.

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona

Dr. Michael C. Jensen. Fuente de la foto: http://bit.ly/2mpHHZ5

Como precedentes de este formato en el presente blog, dos publicaciones: una relativa a dos documentos de H. I. Ansoff (entrada 134.) y otra que se ocupó de sendos documentos de los profesores Serra-Ramoneda y E. Soldevilla (entrada 159.).

En ambas publicaciones se presentaron resúmenes y citas que pueden resultar de interés al lector concernido. 

En la presente entrada 168., damos a luz un documento parecido con respecto a un artículo de los profesores Fernández Pirla, Pérez Goróstegui y Segura: "Los objetivos de la empresa y su control por el mercado", publicado en la "Revista de Economía y Empresa" de enero-agosto de 1988.

Puede consultarse este documento de resumen a modo de reseña ampliada, clicando el siguiente enlace:


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COMENTARIO ADICIONAL:

Se recordará que las grandes corporaciones, según explicaron detalladamente entre otros E. Penrose (1962), R. Marris (1967) y J. K. Galbraith (1968) tenían un problema creciente de disociación de objetivos entre los que ostentaban los propietarios -los accionistas- (niveles de beneficios y/o niveles de dividendos) y los objetivos que realmente perseguían los ejecutivos de primer nivel (el crecimiento de las ventas y/o el crecimiento de los activos de su empresa)(1) 

Dichos objetivos directivos (orientación clara al crecimiento) indudablemente generaban beneficios y dividendos tal vez algo mayores pero de inferior nivel relativo, puesto que el grado de rentabilidad y el nivel de crecimiento tienden a ser magnitudes incompatibles cuando éste último empieza a ser trepidante.

En el marco de las reglas de juego del capitalismo maduro, el gran problema consistió pues, en lograr (como ahora se dice, mecánica y eufemísticamente) el alineamiento de los objetivos de los directivos, ajustándose a los de los accionistas.

El problema teórico comenzó a aclararse con la publicación de la "Teoría de la agencia" por Jensen y Meckling en 1976, teoría aludida por los autores del artículo que ahora se reseña. 

En el mundo de las grandes empresas hay principales (los propietarios); existen agentes (los directivos); hay una relación de agencia (entre ambos grupos); y un subsiguiente problema de agencia que debe ser resuelto mediante la fijación de los objetivos adecuados. Es un simple problema de señales y de motivación, pero de compleja resolución.

En abstracto la motivación podía ser represiva o creativa.

La motivación creativa pasaba por dejar que los directivos participaran del mismo marco de estímulos que los accionistas: participación en beneficios, entrega de acciones o entrega de opciones sobre acciones, para alinear a los directivos con el objetivo de la maximización del valor de mercado de las acciones de la empresa.

Como sucede en muchos órdenes de la vida, a esta solución no se llegó sin antes explorar la vía del conflicto hasta el límite.

Por tanto, la motivación represiva parece ser que es la que se usó mayoritariamente en primer lugar.

El fenómeno de la aparición de los tiburones en el mercado bursátil, ya empezó a finales de los '70 y a principios de los '80. Sujetos con amplia liquidez, una mentalidad de sheriff de frontera (por decirlo delicadamente) y con un alto sentido crítico sobre como debería ser gestionada determinada empresa cotizada, por ejemplo enfocando el problema sobre la diferencia entre los beneficios que lograba (y/o los dividendos que pagaba) en manos de sus directivos y lo que el tiburón interesado creyó que podría lograr, si se hiciera con su control.

Recuerdo perfectamente que un día de febrero de 1986 el precio del petróleo en el mercado de Rotterdam bajó a mínimos desde 1973 antes de la primera crisis del petróleo (algo más de 6 $ por barril) y después de haber ascendido a 40$ por barril, tras la crisis USA-Irán en 1978-79.

El valor de los activos de las compañías petroleras con gran posesión de reservas petrolíferas declaradas y/o potenciales, dependía especialmente de la cotización del barril de petróleo. Las reducciones del valor de los principales activos se trasladaban más que proporcionalmente a la reducción del valor de mercado de las acciones de las compañías petrolíferas con grandes reservas, ya que en un mundo real, por más que Modigliani & Miller pesaban como una losa en la ideología financiera dominante, los valoradores prácticos tendían -entonces y ahora- a restar el valor de las deudas al valor estimado de los activos, para poder hallar el valor de las acciones, que en esta circunstancia quedaba apalancado a la baja.

Por tanto, el valor de las acciones de muchas compañías petrolíferas en febrero-marzo de 1986 bajó a unos mínimos con pocos precedentes, dentro de una extraña manía cortoplacista que inunda muy frecuentemente los mercados financieros.

Ésta fue la gran ocasión que algunos tiburones esperaban (Goldsmidt, T. Boone Pickens -aún no jubilado-, etc.) que se lanzaron a controlar compañías petrolíferas de volumen medio como ARCO (Atlantic Richfield), por medio de un instrumento jurídico llamado O.P.A. (Oferta Pública de Adquisición de acciones).
...............

Con este instrumento se pacifica y ordena el proceso de compra masiva de acciones que habría de generar el tiburón para conseguir el poder, mediante un contrato, controlado y aireado por los reguladores bursátiles correspondientes, sustanciado en la promesa de compra de acciones; una oferta de compra a un precio bastante superior al de cotización (siendo la diferencia entre el precio de cotización y el precio ofrecido, el precio del poder).

Mediante la O.P.A. se pretende lograr, de forma condicional, el control sobre un número suficiente de acciones (tope mínimo que se declara a priori y que si no se logra, echa por tierra jurídicamente la operación) para defenestrar al equipo directivo y lograr el control efectivo de la compañía.

Si el tiburón logra su objetivo de compra de un mínimo de acciones que calcula le ofrecerá el control real y la posibilidad de echar a los directivos, y después de nombrar a un equipo gestor nuevo, pone en marcha su idea de maximización del valor, que puede pasar por una combinación del troceo y venta de filiales y/o activos (para monetizar grandes plusvalías), la cancelación de deudas o la asunción de otras nuevas y, en general, la orientación del negocio de otra manera; aquélla que le permita conseguir sus objetivos.

De ahí surgen, tras plantearse públicamente la O.P.A., inmediatas maniobras defensivas de los directivos (píldoras venenosas, caballeros blancos, etc.) para lograr su supervivencia al frente de la compañía. Y también los lamentos clásicos y los cantos de sirena del equipo rector, para que los accionistas "no sean traidores" si venden sus acciones al tiburón de turno, pues, según argumentan enfáticamente, la continuación del statu-quo les favorecerá mucho más. 

Ofertas directivas inesperadas de cambio de criterio de estrategia remunerativa a las acciones (que luego se cumplirían, o no) están en el argumento más clásico de estos momentos de zozobra en el duelo triangular de poder a poder, con entes pasivos (los accionistas) presenciando una brutal lucha entre el tiburón y los directivos. Normalmente detrás de la operación, está un banco de inversión asesorando al tiburón y otro banco de inversión para asesorar a los angustiados directivos.

Por tanto en las OPA's tenemos en danza a seis sujetos arquetípicos: 1) El regulador bursátil; 2) los accionistas; 3) el tiburón financiero; 4) el banco de inversión que asesora a éste; 5) los directivos; 6) el banco de inversión que asesora a éstos.

La conducta de tiburones profesionales fue luego copiada por las propias grandes corporaciones que vieron en el mecanismo de las O.P.A.'s un instrumento magnífico para hacerse con el control de otras compañías y ponerlas al servicio de su propia estrategia.
 
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Generalizando: como categoría teórica, podemos deducir que si una compañía tiene en Bolsa un valor bastante inferior al que podría tener, caso de ser aplicados criterios directivos al gusto de inversores más dinámicos y arriesgados, la probabilidad de recibir una O.P.A. es elevada. 

Si esto es así, los directivos saben que si se produce la OPA y triunfa, ellos irán a la calle. Por ello, la motivación represiva que padecen es clara: han de cambiar sus criterios y suavizar la brecha entre los resultados reales y los esperados, a causa de esta faceta implacable aportada por el nuevo mercado de empresas o, si se quiere, del nuevo mercado de la adquisición de poder efectivo sobre empresas.

A causa de tal motivación represiva, se han realineado los objetivos de los directivos, con respecto a los objetivos que persiguen los accionistas, en una variante expresiva más del quién paga, manda. Porque solo con presentaciones optimistas a los inversores y con relaciones públicas financieras, no se convence a los interesados financieros en la empresa, normalmente muy experimentados. Hay que ofrecer algo más: por ejemplo, realidades tangibles.

Pero no siempre son suficientes los mecanismos de motivación represiva. Por ello a la par han tenido que ponerse en práctica también mecanismos motivadores de tipo positivo o creativo, esencialmente basados en la participación en beneficios por parte de los directivos y/o la entrega a éstos de acciones, o de opciones sobre acciones (stock options), éste último un mecanismo brutal de motivación que ha ocasionado desmedidas ambiciones y actuaciones directivas muy arriesgadas, a veces con muy mal final.

Por último: téngase presente que la atmósfera en la que se ponen en práctica todas estas medidas no es de aire normal. La atmósfera es bastante irrespirable. Especialmente a causa de las asimetrías informativas que, desde siempre, son un gran juez de paz en el devenir directivo de muchas empresas; y más concretamente, en las que hay algún problema sustancial de agencia.

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(1) Una buena lectura para refrescar ideas, puede ser: Lozano, Belén: "Las fusiones de empresas: un enfoque contractual". Ediciones Universidad de Salamanca, 1999. pg. 30 y ss. Puede consultarse en Google Books.

martes, 9 de diciembre de 2014

079. Una breve referencia a la teoría de la agencia en relación a la teoría de la estructura financiera de la empresa. 1996

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona


En la presente entrada se aporta un documento redactado para ilustrar un tema de la asignatura "Dirección Financiera II" (estructura financiera de la empresa), concretamente el que se refiere a los factores institucionales que influyen sobre las decisiones de endeudamiento.

Puede consultarse mediante el siguiente enlace: