Joaquim-Andreu Monzón Graupera
Puede consultarse la edición objeto de esta entrada, clicando el siguiente enlace:
221. a. http://bit.ly/2nTQ7Eh
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COMENTARIO SOBRE LA TRAYECTORIA DE JAIME BALMES
La obra
más conocida de Jaime Balmes está rodeada de prejuicios, en especial entre los
estudiosos que no conocen en forma especializada el campo de la Filosofía
(entre los que obviamente me incluyo); y entre aquéllos que descartan la calidad en toda
obra que puedan considerar como escrita dentro de un campo ideológico que
suponen como “no propio”, por decirlo delicadamente.
Es obvio que un marxista difícilmente puede esperar gran sintonía con la obra de Balmes.
Personalmente debo decir que me sorprendió muy gratamente mi tardía lectura, previa a
la redacción de un proyecto docente e investigador, pues no me esperaba que una
obra de la que en aquél año (1993) se cumplía su 150º aniversario, resultase
tan actual y reveladora, al menos en la parte que me interesaba.
Una de
las cosas que aprendí con la lectura de “El criterio” de Balmes –y que aún
recuerdo vívamente- es que los prejuicios son siempre malos consejeros. Hay que conocer para opinar y enjuiciar.
Balmes es el filósofo más importante del siglo XIX en el ámbito de Estado
español. Su orientación era escolástica “modernizada”, tal como indica su
pequeña biografía en la Enciclopedia Larousse.
No puede considerarse un adalid
de la progresía, ciertamente, pero leo muchos pasajes de su obra y, o bien me
identifico con ellos, o bien admiro la claridad de la exposición de su
pensamiento, difícilmente superada. Y eso que su castellano es ya ostensiblemente antiguo.
Lo que creo que no se puede discutir es que los hagiógrafos y los discípulos de Balmes fueron bastante más reaccionarios y conservadores que él. Por ejemplo, el ínclito José María Pemán (uno de los intelectuales señeros de la dictadura franquista) se permitió escribir el articulo: "Balmes casamentero de reyes y de ideas". Centenario de Balmes, 16 (1948), p. 272-274, aludiendo a una poco afortunada actuación de Balmes, en el ámbito del alta política monárquica de la época en la Corte de Madrid.
Es de suponer que el tiempo ha hecho y hará envejecer mucho más la aportación puramente ideológica de Balmes (religión e ideas políticas) que la conceptuable como estrictamente técnica (metodología, filosofía); aunque lógicamente esta última se base en unos fundamentos ideológicos que eran los que eran.
Jaime Balmes y Urpiá nació y murió en Vic (Barcelona). Fue ordenado sacerdote en 1834. Solamente
vivió 38 años (de 1810 a 1848) pero intelectualmente fueron muy intensos. Creo que Balmes poseía una mente privilegiada que trabajó en condiciones
bastante precarias y limitativas.
Aparte de
“El criterio”, su primer tratado de filosofía (remarco que fue escrito a la temprana edad de 33 años) redactó un vademécum de las diversas tendencias filosóficas en su obra
“Filosofía fundamental” en 1846 y una especie de resumen simplificado de ésta,
denominado “Filosofía elemental”, en 1847. Sus viajes a París y a Lovaina
fueron frecuentes. Por tanto, debió ser uno de los pocos intelectuales
cosmopolitas (variante célibe) en la cerradísima España del siglo XIX.
Como se
expone en la correspondiente entrada de la Enciclopedia Larousse, Balmes fue
influido por la “filosofía del sentido común” enseñada por la escuela escocesa
y “centró sus especulaciones en el tema de la certeza. Considera que las
fuentes de la certeza son tres, primarias e inseparables: la conciencia, la
evidencia y el instinto intelectual. Cada una de ellas fundamenta unas verdades
básicas y es la justificación última de una zona del saber humano.”
En sus
últimos meses de vida (1847) escribió una obra sobre el Papa Pío IX, pidiendo
tiempo para que pudiera juzgarse la nueva vía impulsada por este Pontífice.
Supongo que Balmes adoptaba un enfoque progresista para la época, porque un
sector político ultraconservador le acusó -o poco menos- de las revoluciones de 1848.
Desengañado, Balmes se recluyó en Vic, donde murió de una grave enfermedad en aquél mismo año.
En 2010 se cumpló el 200º
aniversario del nacimiento de Balmes. A tal efecto, en el Ateneo de Madrid se
realizó una presentación por parte de José Luis Suárez Rodríguez de una
"bibliografía básica balmesiana", que puede consultarse mediante el siguiente
enlace:
221. b. https://goo.gl/arFBUz
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COMENTARIO SOBRE LA PRESENTE EDICIÓN
En la
edición que presentamos de la obra ”El criterio”, recordamos, como siempre, que
no se trata de una recensión ni de un resumen. Se trata de una mera selección de
párrafos y algunos resúmenes de determinados pasajes de este libro de Balmes
que nos interesaron al leerlo, con el objetivo de que estas fichas sirvieran de ayuda previa
a la redacción del proyecto docente e investigador que aguardaba a la vuelta de la esquina.
Por lo tanto se trata de
una edición subjetiva, que debería abrir al interesado en esta entrada, las ganas de leer la obra de Balmes por
su cuenta, al objeto de que pudiera beneficiarse íntegramente de su aportación.
Por otra
parte, dados los casi 175 años transcurridos, hemos procurado suavizar
la redacción en algunos aspectos, dándole una pátina más actual, suavizando los
giros y los subjuntivos, y usando menos “comas” (Balmes utilizaba muchas, sus
frases eran largas) y más “puntos y coma” y “puntos y aparte”.
Por
cierto: la tendencia que sigo en estas ediciones (la penúltima, efectuada sobre
la obra de Simard en la entrada 220 del blog) consiste en intentar la
“apertura” y la “amigabilidad” del escrito, introduciendo “puntos y aparte”
donde los autores correspondientes no los previeron, e instalaron “comas” y
–especialmente- “punto y seguido”.
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UNA RECOMENDACIÓN ADICIONAL
Una vez finalizada la redacción de esta entrada 221., he revisado la edición alternativa que poseo de "El criterio" de Jaime Balmes (Editorial Juventud, Colección Libros de Bolsillo Z, nº 117, Barcelona, 1969). La obra de Balmes es la misma, obviamente; pero la que ahora cito tiene un muy buen prólogo (pg. 5 a 21) del Catedrático de Metafísica de la Universidad Complutense de Madrid, Dr. Juan Zaragüeta Bengoechea (1883-1974); documento que opera a modo de un autorizado resumen de las ideas residentes en esta obra de Balmes. Recomiendo su lectura, pues me parece que aporta mucho valor adicional.
Como indica la entrada de Wikipedia que difunde la obra del Dr. Zaragüeta,
este profesor "Se caracteriza por sus agudos análisis y por su
precisión terminológica, a la que concede gran importancia... Es el más
filósofo de los pedagogos y el más pedagogo de los filósofos españoles
modernos. Desde su cátedra ha ejercido influencia en Zubiri y otros
filósofos españoles". Fue discípulo del Cardenal Mercier en la Universidad
de Lovaina y -por ejemplo- dirigió la tesis doctoral de Raimundo Pannikar Alemany,
leída en Madrid en 1946.
Puede complementarse la información sobre Juan Zaragüeta,
aquí: