Joaquim-Andreu
Monzón Graupera
Universitat
de Barcelona
No me había dado ni cuenta: han pasado más de 30 años....
En 1984 más de 9.000 profesores en toda España nos presentamos a las pruebas universitarias de idoneidad, convocadas por el Ministerio de Educación y Ciencia. Eran parecidas a las tradicionales oposiciones, pero sin la presencia de los concursantes ante el tribunal. Solamente se valoraba la documentación que cada aspirante había presentado: un currículum extenso, la memoria pedagógica, el programa de la materia escogida para cada cual ser evaluado y la correspondiente bibliografía por temas.
Muchos de los profesores de mi generación pudimos convertirnos en funcionarios de carrera bastante jóvenes. Aunque los profesores veteranos a veces hallamos defectos a los profesores jóvenes de hoy, debe reconocerse que actualmente personas muy capacitadas malviven años y años sin estabilizar su empleo, ni que sea por medio de contratos laborales; no digo ya mediante plazas de funcionarios.
Es un milagro diario que la maquinaria de la Universidad española funcione. Miles de profesores asociados asumen la parte menos lucida del proceso docente, con salarios de auténtica vergüenza.
La aplicación del Plan Bolonia al principio (2009) se intentó realizar a "coste cero", por más que la crisis de 2007-08 ya hacía prever que sería muy difícil su implantación correcta, dados los recortes en lontananza. Después se ha demostrado que se ha aplicado, pero, más difícil todavía, a coste muy negativo: se hace mucho más con bastante menos. Es un milagro mantener ciertos estándares de calidad. Si se logra es a costa del esfuerzo de muchos profesores, para los cuales se puede decir que prácticamente "no hay horarios".
Paradójicamente el mensaje de que la investigación es prácticamente la única tarea que cuenta en la evaluación del profesorado, resulta de fácil deducción a partir del haz de incentivos (bastante más simbólicos que reales) que se está aplicando a los profesores. En virtud de ellos, la función docente, que actualmente genera mucho más trabajo que nunca (asumiendo más créditos anuales, con la necesidad de exigir a los alumnos más tareas por cada crédito), es relativamente poco valorada. La investigación, a pesar de la precariedad de medios de muchos Departamentos universitarios, continúa siendo muy valorada por el sistema. Pero su calidad es muy desigual.
En esta entrada aporto la documentación del conjunto: memoria, programa y bibliografía, documentos presentados a las pruebas de Idoneidad de 1984 ya mencionadas.
Puede tener un cierto interés histórico. Contraindicado para los modernos que tengan alergia a las máquinas de escribir. Mi primer ordenador (un Amstrad 8256, PC-no-compatible) lo compré dos años más tarde, en 1986.
Programa de Economía de la Empresa (hasta tema 11 inclusive);
Programa de Economía de la Empresa (desde el tema 12, inclusive).
