Universitat de Barcelona
En la presente entrada 478 * publico el caso práctico Road que redacté para detallar la aplicación de las diferentes variedades de Cash Flow que reuní al redactar la obra "Anàlisi d'Estats Comptables" para la U.O.C. en 1997.
Puede consultarse el enunciado, aquí:
478. a. http://bit.ly/2EMZ1gs
Y la solución puede consultarse mediante el siguiente enlace:
478. b. [en construcción]
COMENTARIO SOBRE LAS VARIANTES DE CÁLCULO Y PRESENTACIÓN DEL CASH FLOW
El "Cash Flow" como concepto de análisis financiero ha ido acumulando en los ámbitos de la academia y de la práctica, muchas variantes de presentación.
Los criterios abstractos para generar las variantes se resumen en dos:
a) Las variantes de cash flow generadas en función del método de elaboración: a partir de cifras económicas (o de devengo) o de cifras financieras (o de liquidez). De acuerdo con este ámbito, las variantes genéricas del Cash Flow son las que yo he llamado "europea" y "americana", respectivamente.
b) Las variante de cash-flow generadas en función de su contenido: aquí podemos distinguir, para cada una de las dos variantes a partir del método de elaboración que se acaban de reseñar: I) Cash-Flow de toda la empresa o solamente Cash-Flow de la explotación principal; II) Cash-Flow antes o después de intereses, III) Cash-Flow antes o después de impuestos, e incluso: IV) Cash-Flow antes o después del devengo; o bien del pago de dividendos.
Algunas de estas últimas variantes de contenido son de uso frecuente; otras son de uso más limitado o incluso alguna puede rozar el absurdo. A efectos del análisis académico, creo que es correcto generar todas las variantes y luego preguntarse por su posible utilidad respectiva. Y contrastar este ramillete de variantes con las que se utilizan en la práctica.
Ahora bien: a efectos conceptuales y no instrumentales, la gran clasificación del "cash-flow" es la a): el uso de cifras económicas o bien de cifras de liquidez para construirlo.
Los criterios abstractos para generar las variantes se resumen en dos:
a) Las variantes de cash flow generadas en función del método de elaboración: a partir de cifras económicas (o de devengo) o de cifras financieras (o de liquidez). De acuerdo con este ámbito, las variantes genéricas del Cash Flow son las que yo he llamado "europea" y "americana", respectivamente.
b) Las variante de cash-flow generadas en función de su contenido: aquí podemos distinguir, para cada una de las dos variantes a partir del método de elaboración que se acaban de reseñar: I) Cash-Flow de toda la empresa o solamente Cash-Flow de la explotación principal; II) Cash-Flow antes o después de intereses, III) Cash-Flow antes o después de impuestos, e incluso: IV) Cash-Flow antes o después del devengo; o bien del pago de dividendos.
Algunas de estas últimas variantes de contenido son de uso frecuente; otras son de uso más limitado o incluso alguna puede rozar el absurdo. A efectos del análisis académico, creo que es correcto generar todas las variantes y luego preguntarse por su posible utilidad respectiva. Y contrastar este ramillete de variantes con las que se utilizan en la práctica.
Ahora bien: a efectos conceptuales y no instrumentales, la gran clasificación del "cash-flow" es la a): el uso de cifras económicas o bien de cifras de liquidez para construirlo.
Profundizando en las variantes por el método de elaboración, la versión americana (basada en la comparación de cobros y pagos generados en un período, sea a nivel de la explotación o sea al nivel de la empresa) es la correcta, dado que es coherente con el significado semántico de "flujo de caja".
La versión europea de hecho es una estimación de los Recursos Generados por la Explotación (RGE) o los Recursos Generados por la Empresa en un período concreto. No es una medida financiera sino que es económica, pues se basa en datos de la cuenta de resultados, no en el cuadro de tesorería. ¿Por qué se ha usado tanto como aproximación, siendo que a veces genera graves fallos de apreciación de lo que dice medir? Tal vez la causa ha estado en la falta de instrumentos analíticos (hasta tiempos cercanos) para transformar cifras de devengo en sus correlativas cifras de liquidez.
Es importante comprender que en Estados Unidos se aplicó desde 1973 una norma FASB que aplicaba US-GAAP para determinar este nuevo estado financiero, Cash-Flow Statement o Statement of Cash-Flows (Estado de Flujos de Efectivo -EFE- o de Tesorería -EFT-); pero en Europa costó bastante más su implantación hasta que las NIC no lo popularizaron mediante la NIC-7 a partir de 1992, aplicado desde 1994 y en España por los grandes grupos cotizados en Bolsa a partir de 2005.
Puede consultarse la historia resumida de la aparición del Cash-Flow Statement y de un resumen breve de las diferencias entre el definido por FASB y por el IASC, aquí:
478. c. https://goo.gl/JFy3Nd
Puede consultarse la historia resumida de la aparición del Cash-Flow Statement y de un resumen breve de las diferencias entre el definido por FASB y por el IASC, aquí:
478. c. https://goo.gl/JFy3Nd
Por este retraso de prácticamente 20 años desde la aparición de la norma americana FASB y la norma IASC, sobre todo en Europa y otras zonas geográficas bajo la influencia de la NIC-7, durante mucho tiempo pudo considerarse comprensible arrastrar la anomalía de la estimación del flujo de caja verdadero (variante de tesorería) a partir de un ensayo meramente aproximativo, basado en la suma de beneficios más amortizaciones económicas, ello antes de la popularización del EFE.
En estos momentos no tiene ningún sentido (incluso entre analistas externos a la empresa, que gozan de mucho menor nivel de información que los analistas internos a ella) que se use la "variante europea" del flujo de caja para concretar el flujo de caja exacto de una empresa. Mediante el EFE se observa con detalle cada uno de los pasos de la transición entre el concepto incorrecto (europeo, basado en cifras de devengo, obtenibles al principio de los cálculos del EFE) y el concepto correcto de flujo de caja (basado en cifras de liquidez que pueden hallarse en la parte final del EFE, como consecuencia del cálculo).
Por último, debo decir que considero al EFE y sus precedentes anglosajones Cash Flow Statement o Statement of Cash Flows como un estado de análisis y no como un estado financiero. Prácticamente todos los datos son provistos por el Balance y la Cuenta de Pérdidas y Ganancias, por lo que es un estado financiero derivado de otros: o sea, se trata de un Estado que cae dentro del campo del análisis, no de las Cuentas Anuales. Otra cosa es que la profesión (contables, auditores) se resigne pragmáticamente a aceptar los cambios erráticos de terminología fijados por los organismos normalizadores internacionales.
Por cierto: sería bueno que las empresas auditadas que tienen la obligación, tomaran definitivamente bajo su responsabilidad la redacción del EFE y no intentaran delegar a su empresa auditora tal cometido (eso, a veces, pasa). Más que nada por una razón formal importante: la empresa auditora no puede ser juez y a la vez parte; y además, ya es hora que los departamentos financieros de las empresas (incluso las medianas) sepan confeccionarlo, pues es altamente informativo y formativo. Se aprende mucho más redactándolo -con las dificultades que comporta- que mirándolo con curiosidad cuando ya está hecho.
Por último, debo decir que considero al EFE y sus precedentes anglosajones Cash Flow Statement o Statement of Cash Flows como un estado de análisis y no como un estado financiero. Prácticamente todos los datos son provistos por el Balance y la Cuenta de Pérdidas y Ganancias, por lo que es un estado financiero derivado de otros: o sea, se trata de un Estado que cae dentro del campo del análisis, no de las Cuentas Anuales. Otra cosa es que la profesión (contables, auditores) se resigne pragmáticamente a aceptar los cambios erráticos de terminología fijados por los organismos normalizadores internacionales.
Por cierto: sería bueno que las empresas auditadas que tienen la obligación, tomaran definitivamente bajo su responsabilidad la redacción del EFE y no intentaran delegar a su empresa auditora tal cometido (eso, a veces, pasa). Más que nada por una razón formal importante: la empresa auditora no puede ser juez y a la vez parte; y además, ya es hora que los departamentos financieros de las empresas (incluso las medianas) sepan confeccionarlo, pues es altamente informativo y formativo. Se aprende mucho más redactándolo -con las dificultades que comporta- que mirándolo con curiosidad cuando ya está hecho.
UN APUNTE SOBRE EL EBITDA COMO ESTIMADOR DEL CASH FLOW BRUTO
En 1997 prácticamente no se conocía la métrica denominada EBITDA, (Beneficios antes de Intereses, Impuestos y Amortizaciones) nacida en Estados Unidos a finales del siglo XX y usada inmediatamente para valorizar títulos de empresas sin beneficios netos, incluso sin beneficios brutos, caso de las empresas tecnológicas cuya burbuja estalló en 2000-2001. El EBITDA es equivalente al denominado "Cash-Flow bruto de explotación" en su variante incorrecta, la asociada al devengo y no a la liquidez.
Como saben los conocedores del problema básico de control de la banca en Estados Unidos, su Banca de Inversión ha sido una fuerte causante de las últimas crisis financieras. Dejando aparte su papel decisivo en operaciones de Finance Corporate (OPA's, fusiones, absorciones, etc.) en principio la División Comercial de un banco de inversión (venta de bonos, acciones y derivados, por cuenta de terceros) y su División de Análisis (revisión y fijación de la calidad de los títulos que se intermedian, en función de parámetros fundamentales), deberían ser dos brazos organizativos estrictamente separados por "Murallas Chinas" informativas. Pero este comportamiento financiero sano (no dejar que se mezclen los análisis y los argumentos de venta, porque al final los segundos arrastran a la conveniencia de presentación de los primeros), prácticamente no se ha dado nunca.
No es extraño pues, que los análisis financieros basados en la cuenta de resultados, han ido centrando el interés en epígrafes cada vez más "elevados" de la cuenta de resultados en el sentido de que se leen más "arriba".
Eso significa que, si bien el análisis financiero tradicional recomienda fijarse en elementos tangibles e irrebatibles como la Tesorería (caso de que haya sido sometida a arqueos y auditorías), que el accionista puede comparar con los dividendos que su empresa declara y paga a efectos de valorar la calidad de la empresa, se ha pasado a resaltar progresivamente el BDIT, luego el BAIT y más tarde el EBITDA. Incluso se ha llegado a dar importancia fundamental a la cifra de ingresos como denotativa del futuro de una empresa. Obsérvese que estamos yendo "de abajo a arriba" (bottom-up) en la cuenta de resultados.
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