lunes, 18 de mayo de 2015

176 * #CasoPráctico "Quasar" (programación: comparación de programas de producción y de existencias a corto plazo) #CasoPrácticoEEC

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona

En esta entrada 176. se publica el enunciado y la resolución del caso práctico Quasar. El enunciado, con alguna modificación se tomó de la obra clásica de Jean Meyer "Gestión presupuestaria", editada por Deusto. La resolución es del autor de este blog.

Como saben mis alumnos para estudiar taxonómicamente los hechos empresariales (es decir, describiéndolos y clasificándolos con criterio) distingo tres mundos empresariales, que son consecutivos:

1) Mundo físico.

2) mundo económico.

3) mundo financiero.

En las entradas 077, 139 y 141 de este blog (sobre todo en la primera de ellas) se utilizó esta separación de mundos como método central para explicar el avance del proceso de planificación y luego el proceso de control. Por tanto, no nos extenderemos más sobre esta cuestión.

El caso Quasar se ubica plenamente en el primero de los tres mundos (el mundo físico) tanto en flujos (compras, producción) como en stocks (cantidades almacenadas tras cada período).

Por tanto, podemos pensar que Quasar es un caso que está alejado de la realidad del economista y queda más cerca de la del ingeniero de organización.

Ya en la parte final de la solución del caso práctico se observa que no es así: las diversas opciones de ritmos de producción y de acumulación o de consumo de existencias, una vez que han superado las rigideces de la capacidad física, no tienen otra posible valoración que la de carácter económico (costes unitarios, costes totales, costes de marcha en vacío, etc.). 

Por lo tanto, la mejor opción ha de buscarse en el ámbito de la minimización de los costes conjuntos de producción y de gestión de stocks; es decir, en el ámbito de los costes logísticos unitarios y totales, combinando los análisis de costes de flujos y de stocks (es decir, a nivel económico: no físico).

Así pues, moverse en el mundo físico es necesario pero ni mucho menos resulta suficiente, porque luego hay que pasar al mundo económico. De las cantidades físicas hay que pasar a los costes.

Se puede concluir que el ingeniero y el economista, aunque proceden de mundos diferentes y les animan objetivos distintos, no tienen más remedio que entenderse. Pero el lenguaje en que al final ambos habrán de expresar los objetivos será el económico. Porque el ámbito físico ya está presente "a nivel de" las restricciones que plantea (capacidades máximas de los almacenes, producción mínima por hora, producción máxima por día, etc.).

El enunciado se puede consultar a partir del link que sigue:

176. a.   https://goo.gl/ngvp5h

La resolución que propuse puede leerse aquí:

176. b.   https://goo.gl/KzSqZP

En la página 4 de la solución aparece un gráfico, pero está incompleto. El gráfico real integrado, requería herramientas informáticas que no estaban a mi alcance.

Para la publicación en el blog he optado por escanear el gráfico (en colores) de la solución que en su día escribí a mano. Dicho gráfico manuscrito puede consultarse aquí:


176. c.   https://goo.gl/BfRLkY

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Epílogo: al lector joven, que usualmente tiene a su alcance programas informáticos de gestión de compras, producción y almacenes; y eso cuando no son sistemas integrados ERP como SAP (si trabaja en una empresa; y si no trabaja ya sabe que existen y que les esperan en su futuro puesto de trabajo), puede parecerle inútil y cansada la solución a mano de un caso de este tipo.

Al respecto si los acepta, le daré algunos consejos:

Incluso profesionales con carreras universitarias y masters, se dividen en dos grupos:

a) los que saben profundamente como funcionan los programas y sistemas automáticos, porque los han diseñado y/o los modifican periódicamente. Podríamos decir que son "la élite".

b) los que son simples usuarios de sistemas informáticos complejos con dos permisos: o consultar datos, o modificar algunos de ellos. Para dicho segundo grupo, las entrañas de los sistemas son una caja negra.

Saber cómo funcionan los sistemas por dentro (y aún mejor, crear otros nuevos y más eficientes) es el pasaporte a la supervivencia profesional.

El que aspira a ser -o es- simple usuario, sin cuestionarse cómo funciona un sistema por dentro, habría de saber que ésta es la mejor forma de ser prescindible a medio o largo plazo.

Resolver casos prácticos a mano o razonando procesos de solución ayudados por calculadora, es la mejor forma de mantener un espíritu inquisitivo e innovador. 

Sugiero a las nuevas generaciones de alumnos que nunca se dejen adormecer en la comodidad de ser meros usuarios de tecnologías sofisticadas, porque así no entrenarán demasiado la función propia del pensamiento y la proposición de innovaciones; y, por tanto, probablemente no conocerán nunca suficientemente bien los sistemas complejos empresariales.

Metáfora final: Son los arquitectos que calculan la resistencia de las estructuras de las construcciones antes de que se pongan las primeras piedras, los que conocen profundamente cuáles son los límites y las posibilidades de las construcciones que proyectan; por el contrario, los arquitectos que son meros y cómodos usuarios de programas de cálculo de resistencia de estructuras, probablemente no conocen profundamente ni las reglas, ni los algoritmos ni las ecuaciones en las que se basan.


jueves, 14 de mayo de 2015

175 * Sobre el grado de aliento crítico de los economistas: Schumpeter, Galbraith y otras fuentes de interés (rev. 3-2020)

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona

Al calor de los aspectos metodológicos aportados por Manuel Sacristán y recordados en la entrada anterior (174.) suscité brevemente en clase el problema de la objetividad de los economistas.

Mencioné que estos -como los demás cultivadores de las ciencias sociales- dependen de su ideología, que condiciona sus elaboraciones lógicas y las conclusiones de sus trabajos.



Prof. John Kenneth Galbraith. Fuente de la foto: https://bit.ly/3aqQsqJ

En espera de que le pueda dedicar una entrada específica en este blog, me parece interesante mencionar la breve pero sugerente página de Humberto Zambon cuyo enlace aparece a continuación:

175. a.    https://bit.ly/2UIuCbD

El concepto de "visión preanalítica" de Josep A. Schumpeter (o como él decía, de forma más precisa: "visión como paso pre-analítico") es el que le permitió mencionar la ideología como un poderoso elemento condicionante del trabajo investigador, sobre el que muchos economistas neoclásicos o de cualquier otra tendencia integrada en el sistema no han tenido ocasión de reflexionar pues está demasiado cerca de su mecánica mental.

De hecho he tratado el tema de la neutralidad de los economistas en la entrada 026. de este blog ("Optimismo, pesimismo y neutralidad de los científicos sociales"). A ella me remito, para complementar mi posición al respecto.

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El distinguido filósofo Dr. Manuel Sacristán, fue alma mater de la traducción al español (publicada en 1971) de dicha obra, "History of Economic Analysis", pástuma de Schumpeter, fallecido en 1951.

Para traducir "Historia del análisis económico" (Ed. Ariel) el Dr. Sacristán contó con el auxilio de competentes y jóvenes profesores de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.B. (dónde fue Catedrático), como Narcis Serra Serra y José Antonio García-Durán de Lara.(1)
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Para aportar una cierta utilidad adicional a esta entrada 175. a los ojos de lectores interesados, complementaré las mencionadas afirmaciones con unas argumentaciones adicionales y tres recomendaciones biblio-videográficas.

Creo que Joseph A. Schumpeter demuestra (pág. 78 y 79 de su "Historia del Análisis Económico") que ningún esfuerzo investigador está libre del marco ideológico aportado por el propio investigador y por su entorno intelectual, sea él consciente de ello... o no lo sea. 

Hay economistas que creen ser asépticos y neutrales al establecer concienzudos, metódicos y tal vez cuantitativos análisis, pero es muy probable que no lo sean, ya que están muy condicionados por sus apriorismos y su visión del mundo "previa al análisis", visión que han ido decantando a lo largo de los años.

Por el contrario los economistas críticos (sean marxistas, medioambientales, o de cualquier otra sub-rama) van contracorriente de los paradigmas científicos usuales. Saben que no pueden dejar de ser subjetivos y por tanto, son conscientes de su falta de neutralidad. Tal vez, más que "saber" buscan "convencer" con los datos y argumentaciones que manejan.

Los economistas integrados transmiten -con éxito- una potente sensación de objetividad. Simplemente están navegando por el centro de la corriente dominante, sean o no conscientes de ello. La cuestión básica radica en si la sociedad en su conjunto (y el hombre medio interesado en las vicisitudes económicas) pueden creerles sin reservas, o no.
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Al lector preocupado por el tema de la posición del economista típico ante fenómenos reales como la posibilidad de tocar poder o el acceso muy fácil al dinero -fenómenos que pienso pueden condicionar mucho la objetividad cuando un economista realiza investigación económica- recomiendo tres piezas de información, detalladas por orden de la más antigua a la más reciente:
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La primera pieza informativa es el discurso (titulado "El poder y el economista útil") que el distinguido economista crítico no marxista canadiense John Kenneth Galbraith (fallecido en 2006, a los 97 años) perpetró como alocución presidencial en la 85ª reunión anual de la American Economic Association celebrada en 1972 en Toronto (Canadá).
Me consta que la mayor parte de los asistentes, probos economistas integrados en la corriente ortodoxa central de la economía (la rama neoclásica, para abreviar) se subieron por las paredes al oírle.

Este discurso se publicó en español en la revista del Fondo de Cultura Económica "El Trimestre Económico" de México, en 1974. No he encontrado el Internet el escaneado del artículo de la revista mencionada, pero sí una reproducción publicada en la web Eumed.net:  


175. b.     https://bit.ly/2UBRmde
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La segunda pieza es bastante reciente y tiene 38 años más que la alocución demoledora de Galbraith; viene en soporte audiovisual, de acuerdo con el nuevo signo de los tiempos. 

Se trata de una película (de hecho, un largo documental) dirigida por Charles Ferguson y narrada por Matt Damon, denominada "Inside Job" filmada en 2010 al calor de la descomunal crisis financiera iniciada en Estados Unidos en 2008, cuyos brutales coletazos todavía sufrimos; dicho documental fue producido y distribuido por SONY. Tiene una duración de 108 minutos. Puede encontrarse fácilmente en Internet. Por ejemplo, en inglés, aquí:

175. c.   http://youtu.be/_bgA78OZmB0

Pienso que se trata de una película que requiere ser vista varias veces para captar todo su sentido, alcance y variados matices. No obstante, para deducir cuales son los economistas integrados que aparecen en la pantalla, con verla una sola vez... es suficiente. 

De los financieros que aparecen en este galardonado documental -y también, de los que no quisieron aparecer en él- sabemos que se hicieron multimillonarios gracias a la ruina de millones de personas. Por tanto, poco más hay que añadir. 

Pero, mezcladas con las entrevistas a financieros, hay entrevistas -o intentos de entrevista- muy incómodas/os con varios economistas respetados que formaban parte de la corriente científica central de la Economía como Ciencia, sujetos que legitimaron la lenta construcción de la posterior catástrofe.

Todo ello a golpe de informes pretendidamente científicos o bien autocalificados como de alta consultoría, desproporcionadamente bien pagados.

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Y la tercera pieza informativa es un documento mucho más breve que el primero: se trata de una nota de poco más de dos páginas escrita por Giorgios Kallis fechada en 2014 (traducida al español por el Catedrático de Economía de mi Facultad, Dr. Jordi Roca Jusmet) denominado "La batalla por Harvard o como la Economía se convirtió en la Economía", que tiene la virtud de situar en la actualidad la desigual batalla entre los economistas críticos y los integrados, más allá de los cenáculos intelectuales. 

Parece una respuesta demorada, un eco lejano con las consecuencias de la demoledora intervención de Galbraith de 1972. 

El escenario relatado actualmente, es el de la expulsión progresiva de los economistas críticos de cualquier centro de poder intelectual convencional. No vaya a ser, reflexionamos nosotros, que los herederos actuales de los representantes de la economía ortodoxa de 1972, tengan que oír en el futuro, en sus propios santuarios intelectuales, algún discurso parecido al de John Kenneth Galbraith. Para algunos la historia no se repite, o mejor... no debería repetirse.  

175. d.   http://bit.ly/1L3XHlS

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Epílogo: lo que no debería repetirse nunca más es el desastre asociado a la crisis financiera internacional de 2008.

Sin embargo, no parece que la sociedad haya aprendido demasiado a inmunizarse o a protegerse (aunque sea parcialmente) del egoísmo depredador de unos pocos que, en lugar de ser apartados definitivamente de los puestos que ocupaban cuando infligieron sus tropelías, en la actualidad incluso parecen ser buscados para que continúen detentando el poder de decisión "técnica", tal como lo controlaban en 2008.

Como en otro contexto hubiese dicho Einstein, si no se quieren repetir tan tristes resultados, habría que probar políticas distintas. Porque algunos sí que parecen dispuestos a que la Historia se repita. En este campo, si.

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(1) Sí que aparece en los créditos de la traducción mi respetado colega Dr. Jordi Pascual Escutia, profesor de Historia de las Doctrinas Económicas, ya jubilado de la Facultad de Economía y Empresa, a quién se le reconoce la edición de la bibliografía en lengua castellana que aparece en la traducción de esta monumental obra de Schumpeter. Conociendo a Jordi Pascual, estoy seguro que aportó también esfuerzos decisivos al trabajo final. En la "nota sobre la traducción" que aparece al principio de la obra, se dice que Manuel Sacristán tradujo íntegramente el texto y que Narcís Serra y García-Durán filtraron la traducción bajo el prisma técnico de la profesión de economista, mientras que el Dr. Sacristán "representó los derechos de la lengua castellana común".

174 * #Ed_res_cit Edición de algunos resúmenes y citas de la obra de Manuel #Sacristán: "Introducción a la lógica y al análisis formal". Ariel, 1969

Joaquim-Andreu Monzón Graupera
Universitat de Barcelona



Dr. Manuel Sacristán. Fuente de la foto: http://bit.ly/2eTX2um

Hace pocos días en clase sondeé el conocimiento de algunas cuestiones sobre metodología de la ciencia. 

El resultado me animó a rescatar algunos de los aspectos que tenía resumidos de una obra de metodología de la ciencia del Dr. Manuel Sacristán. 



Puede consultarse esta edición a partir del siguiente enlace, no sin antes recordar que lo que más vale es hacerse con la obra de Sacristán y leerla directamente:

174.    https://goo.gl/HVjxqc {debe descargarse al disco duro, antes de abrirlo}

Para situar mejor los intereses intelectuales del Dr. Sacristán, probablemente resulte de interés la conversación transcrita entre Salvador López Arnal y José Sarrión, publicada con el título: "La metodología de las Ciencias Sociales en Manuel Sacristán y Francisco Fernández Buey" aparecida en "Encrucijadas (revista crítica de las ciencias sociales)" , nº 4, 2012.

174. a.    http://bit.ly/2eM6nDN

Y por último, puede arrojar luz adicional sobre la aportación del Dr. Sacristán a la Lógica, la nota del profesor Vega Reñón titulada: "El lugar de Manuel Sacristan en los estudios de la lógica en España" (2004):

174. b.    http://bit.ly/2dSL9SV

173. #CasoPráctico "Multiplanta" (evaluación de diversos proyectos de inversión y elección del proyecto óptimo) #CasoPrácticoEEC

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona



Bauticé como "Multiplanta" este caso práctico. El original, creo que no tenía nombre, aunque no estoy muy seguro. 

Me enfrenté a este caso práctico dos veces: como alumno y como profesor. Desconozco su origen, pero sí puedo decir que lo propuso el profesor Enric Ribas Miràngels a los alumnos que éramos de la asignatura de tercer curso de Profesorado Mercantil "Organización y Administración de Empresas", en el curso 1970-71.

Mi impresión es que se trata de un buen caso práctico, pues combina elementos técnicos, de demanda y financieros bastante realistas (aunque una situación similar, en la práctica requiera bastante más información y un análisis mucho más amplio y profundo).

Como profesor lo volví a resolver y formó parte de la ilustración práctica del apartado de decisión sobre proyectos, de la asignatura "Economía de la Empresa: Introducción" en segundo curso de la Diplomatura en Ciencias Empresariales de Sabadell (U.A.B.) durante los años '80.

Puede consultarse, tanto el enunciado como la solución, en los dos links que siguen:



miércoles, 13 de mayo de 2015

172. #CasoPráctico "Frank Custer, S. en C." (estudio de alternativas para financiar un proyecto de inversión) #CasoPrácticoEEC

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona

Los veteranos que conozcan el repertorio musical del grupo "La Trinca" entenderán inmediatamente de donde salió el título de este caso práctico.

Con su diseño se buscó ilustrar el cálculo de la más conveniente alternativa financiera, para facilitar la realización de un proyecto de inversión. Y la solución de este problema se aderezó con la necesidad de obtener liquidez complementaria al objeto de facilitar la financiación global de la inversión. 

Para ello se eligió calcular los efectos de una fuente financiera indirecta: la aceleración del ciclo de explotación, al efecto de anticipar unos importes concretos de liquidez necesarios para complementar los obtenidos en cada una de las dos alternativas financieras disponibles, logrando así la perfección del proceso.

Puede consultarse el enunciado del caso, a partir del link que sigue:


Y la solución propuesta aparece clicando este enlace:

 

Una precisión: al principio de la página 2 de la solución, se indica que "faltan 5.000 pta." En realidad se quería decir: "Faltan 50.000 pta.". Afortunadamente el error parece que no se arrastró cuando después se realizaron los cálculos.

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Aprovechamos para pedir disculpas, dado que aparecen en algunos de los casos prácticos que publicamos en el blog unidades monetarias en "pesetas", y no en "u. m." o en "Euros". 

El motivo es sencillo: de los casos prácticos anteriores al año 2001, los ficheros informáticos, o se han perdido, o si no ha sido así, la apariencia de los documentos se desformatea cuando se intenta modificar cualquier parte del texto. 

Todo ello nos ha aconsejado no tocar nada, porque entendemos que aquí (como en otros órdenes de la vida) es mucho más importante la sustancia, que algún pequeño detalle formal.



martes, 12 de mayo de 2015

171 * #CasoPráctico "Losawe" (decisión de inversión con racionamiento de capital, hipótesis de certeza) #CasoPrácticoEEC

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona

El enunciado de este caso puede encontrarse aquí:

171. a.    http://bit.ly/2qnyLES


Y la resolución, en el enlace que sigue:

171. b.    http://bit.ly/2p3PwRB
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COMENTARIO:


En el análisis y valoración de proyectos de inversión, normalmente el interés radica en dilucidar, dado un criterio de decisión, cuál es el proyecto más adecuado si hay varios entre los que escoger (en el caso de que técnicamente sean incompatibles entre sí); y si hay un solo proyecto que deba valorarse, conviene saber si merece ser abordado o no.

El caso práctico que publico en esta entrada (Losawe) pertenece al ámbito de la evaluación de proyectos de inversión en contexto de certeza, y con hipótesis de restricción del capital disponible, lo que obliga a asumir la posibilidad de que uno o varios de los proyectos analizados, aunque técnicamente sean compatibles, financieramente no lo sean porque no se pueden abordar todos simultáneamente a causa de la falta de fondos suficientes, aunque se reconozca que todos ellos resultan convenientes (VAN > 0).

En este caso práctico no resulta necesaria la determinación del mejor entre varios proyectos de inversión (concretamente, cuatro); se observará que todos ellos pasarían la exigencia de la rentabilidad mínima anual. 

El problema real consiste en la necesidad de priorizar y -si es necesario- fraccionar las inversiones de uno o de varios proyectos, hasta lograr el consumo de todo el presupuesto de capital. 

Obviamente asumir la fraccionabilidad de los proyectos exige que sea técnicamente posible. Casi todas las inversiones financieras son fraccionables; pero pocas inversiones de carácter industrial o comercial lo son: muchas veces lo impiden problemas técnicos, problemas de costes asociados al tamaño (o escala) de la inversión o dificultades ligadas a la misma demanda del mercado.

Utilizando el algoritmo SIMPLEX de programación lineal, en estos casos el problema consiste en saber si en la solución óptima se puede aceptar la realización de un proyecto de inversión íntegramente o parcialmente (si posee el atributo de la fraccionabilidad); y/o si un proyecto -o más de uno- es (son) mucho mejor(es) que los demás (por lo que podría(n) gozar, de ser técnicamente posible, del atributo de la repetitividad).

Recuerdo que redacté el enunciado de este caso a partir de una situación práctica apuntada pero sin resolver, tomada del breve y didáctico opúsculo de Jean-Marie Agostini: "Le choix des investissements. Programation mathematique", editado por Dunod, París, en 1972.

El caso se titula Losawe como homenaje a los primeros autores norteamericanos (Lorie & Savage y Weintgarner) que desde finales de los años '50 hasta finales de los '70, empezaron a publicar artículos sobre programación matemática aplicable al análisis de inversiones en condiciones de restricción de capital y respetando a la vez la hipótesis ambiental de certeza.

Todos conocemos que dicha hipótesis no es realista; pero sabemos que asumir simultáneamente la aplicación de la programación matemática -entera o no- las restricciones de capital y además una hipótesis ambiental de riesgo o de incertidumbre, podría calificarse como un escenario investigador demasiado complicado.
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En la resolución de este caso hay poca gramática. Se solucionó integramente a mano, tabla a tabla del método simplex. La gramática que hay se reservó para explicar detalladamente, al final del caso, el significado económico de los conceptos que aparecían, como son: los rendimientos marginales; las variables de holgura de los recursos (slack variables) y las variables determinantes del nivel de realización de cada uno de los proyectos de inversión. 

Los profesores que en algún momento de su vida profesional han tenido la responsabilidad de explicar programación matemática aplicada a problemas de decisión económica, saben perfectamente que existen tres fases claramente diferenciadas, a la hora de abordar la resolución e interpretación correcta de los resultados de este tipo de modelos:

1) El planteo del problema, que tiene un evidente contenido económico, pero debe conocerse claramente el significado de las restricciones y para qué sirve el modelo (y también para qué no sirve). Quien no sabe plantear correctamente un problema de este tipo ya no puede continuar resolviéndolo.

2) La resolución matemática tras su correcto planteamiento. O bien se opta por una solución artesanal y muy absorbente en horas dedicadas, o se decide usar un programa informático (si se dispone de él); el inconveniente de la utilización de un programa (o de una aplicación informática completa) es que la comodidad que ofrece no facilita el dominio real de las claves de la solución (si es que la tiene). Por desgracia forman parte de la black-box del programa. 

Por contra, la ventaja que aporta el uso de un programa es que la resolución se obtiene de forma enormemente rápida.

3) Tras la resolución queda la etapa final, la de interpretación económica de los resultados. En esta fase, más que el mero dominio del instrumento matemático, es necesario tener conocimientos y criterios económicos amplios y suficientes, los que son exigibles a un licenciado o graduado en Economía o en Empresa.

Ni que decir tiene que estos titulados deben desempeñarse con éxito tanto en el nivel 1 (planteamiento del problema) como en el nivel 3 (interpretación económica de los resultados). En un esquema de división del trabajo, como mínimo deberían ser solventes en ambos campos.
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Este caso y su resolución, se usaron durante algunos cursos en el currículo de la asignatura “Economía de la Empresa: Organización y Administración”, situada en el tercer curso de la Diplomatura en Ciencias Empresariales (E.U.E.E. de Sabadell, Universidad Autónoma de Barcelona).

lunes, 11 de mayo de 2015

170. #CasoPráctico "Daigualsa" (decisión de inversiones en situación de riesgo, uso del E(VAN)) #CasoPrácticoEEC

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona


El caso que se presenta en esta entrada es notablemente más fácil que el asociado a la entrada anterior; es más de contenido metodológico que de contenido práctico.

Aquí se trata de reflexionar sobre el binomio rendimiento/riesgo, cuando el medidor que se usa (en este caso E(VAN)) solamente se enfoca al rendimiento.

Sin llegar al uso de la esperanza de Utilidad del VAN, sí que se reflexiona sobre los "trade-off" entre rendimiento y riesgo, cuando las alternativas de elección son muy parejas y "casi da igual" la elección entre una alternativa o la otra.

Lo cierto es que casi nunca da igual. Si el directivo es adverso al riesgo, entre dos VAN muy parecidos se escogerá la alternativa asociada a la dispersión más baja, medida por la desviación standard de VAN, que es tanto como decir que se escogerá según el coeficiente de variación de Pearson de la E(VAN).

Puede consultarse el enunciado y la solución -que para variar, son cortas- en los siguientes links:



sábado, 9 de mayo de 2015

169. #CasoPráctico "Dealbasa" (#decisión de #inversión en contexto de #riesgo, con E(VAN) y EU(VAN)) #CasoPrácticoEEC

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona



El caso práctico Dealbasa se basó -con modificaciones y adaptaciones- en un caso práctico tomado de la traducción castellana de la obra de J. C. T. Mao "Quantitative Analysis of Financial Decisions" ("Análisis Financiero"), editada por Ed. el Ateneo, de Buenos Aires. La solución es del autor de este blog.

Se usó en la parte final del módulo de Evaluación de Proyectos de Inversión de la asignatura de tercer curso de la Diplomatura en Ciencias Empresariales de la U.A.B., denominada "Economía de la Empresa II (Organización y Administración".

El caso Dealbasa corresponde a la ilustración del análisis de inversiones en contexto asumido de riesgo, utilizando como modelo-base el Valor Actual Neto. Y, dado que se trata de una decisión con planteo secuencial en contexto de riesgo, como modelo de soporte, se usó el árbol de decisión.

Los casos de decisión en contexto de riesgo usualmente requieren el modelo esperanza matemática / varianza. En el horizonte del corto plazo, el modelo que normalmente se usa es el de la Esperanza Matemática del Beneficio y, si se desea introducir el grado de dispersión de tal variable aleatoria, el correspondiente Coeficiente de Variación de Pearson.

Como se trata de un análisis de proyecto de inversión (decisión estructural a largo plazo) el modelo-base que se usó es el de la Esperanza Matemática del Valor Actual Neto.

Debido a que el uso normal del modelo de la E(VAN) es tanto como asumir que el decisor es indiferente al riesgo (asunción poco creíble) se introdujo como criterio de control y por medio de una ecuación -que en la práctica primero debería validarse en la integridad de sus tramos con el sujeto decisor- la Esperanza Matemática de la Utilidad del V.A.N. [EU(VAN)], al objeto de recoger las distintas actitudes ante el riesgo de dicho sujeto (buscador de riesgo, indiferente al riesgo, evitador de riesgo) como reacción ante las distintas cantidades monetarias planteadas.

Para consultar el enunciado, puede oprimirse el enlace siguiente:

169. a.  https://db.tt/lj05uhHM

Y para ver la solución, puede consultarse aquí:



168 * #Ed_res_cit Edición de resúm. y citas de: #Fernández-Pirla, #Pérez-Goróstegui y #Segura: "Los objetivos de la empresa y su control por el mercado" (1988). Corr.

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona

Dr. Michael C. Jensen. Fuente de la foto: http://bit.ly/2mpHHZ5

Como precedentes de este formato en el presente blog, dos publicaciones: una relativa a dos documentos de H. I. Ansoff (entrada 134.) y otra que se ocupó de sendos documentos de los profesores Serra-Ramoneda y E. Soldevilla (entrada 159.).

En ambas publicaciones se presentaron resúmenes y citas que pueden resultar de interés al lector concernido. 

En la presente entrada 168., damos a luz un documento parecido con respecto a un artículo de los profesores Fernández Pirla, Pérez Goróstegui y Segura: "Los objetivos de la empresa y su control por el mercado", publicado en la "Revista de Economía y Empresa" de enero-agosto de 1988.

Puede consultarse este documento de resumen a modo de reseña ampliada, clicando el siguiente enlace:


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COMENTARIO ADICIONAL:

Se recordará que las grandes corporaciones, según explicaron detalladamente entre otros E. Penrose (1962), R. Marris (1967) y J. K. Galbraith (1968) tenían un problema creciente de disociación de objetivos entre los que ostentaban los propietarios -los accionistas- (niveles de beneficios y/o niveles de dividendos) y los objetivos que realmente perseguían los ejecutivos de primer nivel (el crecimiento de las ventas y/o el crecimiento de los activos de su empresa)(1) 

Dichos objetivos directivos (orientación clara al crecimiento) indudablemente generaban beneficios y dividendos tal vez algo mayores pero de inferior nivel relativo, puesto que el grado de rentabilidad y el nivel de crecimiento tienden a ser magnitudes incompatibles cuando éste último empieza a ser trepidante.

En el marco de las reglas de juego del capitalismo maduro, el gran problema consistió pues, en lograr (como ahora se dice, mecánica y eufemísticamente) el alineamiento de los objetivos de los directivos, ajustándose a los de los accionistas.

El problema teórico comenzó a aclararse con la publicación de la "Teoría de la agencia" por Jensen y Meckling en 1976, teoría aludida por los autores del artículo que ahora se reseña. 

En el mundo de las grandes empresas hay principales (los propietarios); existen agentes (los directivos); hay una relación de agencia (entre ambos grupos); y un subsiguiente problema de agencia que debe ser resuelto mediante la fijación de los objetivos adecuados. Es un simple problema de señales y de motivación, pero de compleja resolución.

En abstracto la motivación podía ser represiva o creativa.

La motivación creativa pasaba por dejar que los directivos participaran del mismo marco de estímulos que los accionistas: participación en beneficios, entrega de acciones o entrega de opciones sobre acciones, para alinear a los directivos con el objetivo de la maximización del valor de mercado de las acciones de la empresa.

Como sucede en muchos órdenes de la vida, a esta solución no se llegó sin antes explorar la vía del conflicto hasta el límite.

Por tanto, la motivación represiva parece ser que es la que se usó mayoritariamente en primer lugar.

El fenómeno de la aparición de los tiburones en el mercado bursátil, ya empezó a finales de los '70 y a principios de los '80. Sujetos con amplia liquidez, una mentalidad de sheriff de frontera (por decirlo delicadamente) y con un alto sentido crítico sobre como debería ser gestionada determinada empresa cotizada, por ejemplo enfocando el problema sobre la diferencia entre los beneficios que lograba (y/o los dividendos que pagaba) en manos de sus directivos y lo que el tiburón interesado creyó que podría lograr, si se hiciera con su control.

Recuerdo perfectamente que un día de febrero de 1986 el precio del petróleo en el mercado de Rotterdam bajó a mínimos desde 1973 antes de la primera crisis del petróleo (algo más de 6 $ por barril) y después de haber ascendido a 40$ por barril, tras la crisis USA-Irán en 1978-79.

El valor de los activos de las compañías petroleras con gran posesión de reservas petrolíferas declaradas y/o potenciales, dependía especialmente de la cotización del barril de petróleo. Las reducciones del valor de los principales activos se trasladaban más que proporcionalmente a la reducción del valor de mercado de las acciones de las compañías petrolíferas con grandes reservas, ya que en un mundo real, por más que Modigliani & Miller pesaban como una losa en la ideología financiera dominante, los valoradores prácticos tendían -entonces y ahora- a restar el valor de las deudas al valor estimado de los activos, para poder hallar el valor de las acciones, que en esta circunstancia quedaba apalancado a la baja.

Por tanto, el valor de las acciones de muchas compañías petrolíferas en febrero-marzo de 1986 bajó a unos mínimos con pocos precedentes, dentro de una extraña manía cortoplacista que inunda muy frecuentemente los mercados financieros.

Ésta fue la gran ocasión que algunos tiburones esperaban (Goldsmidt, T. Boone Pickens -aún no jubilado-, etc.) que se lanzaron a controlar compañías petrolíferas de volumen medio como ARCO (Atlantic Richfield), por medio de un instrumento jurídico llamado O.P.A. (Oferta Pública de Adquisición de acciones).
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Con este instrumento se pacifica y ordena el proceso de compra masiva de acciones que habría de generar el tiburón para conseguir el poder, mediante un contrato, controlado y aireado por los reguladores bursátiles correspondientes, sustanciado en la promesa de compra de acciones; una oferta de compra a un precio bastante superior al de cotización (siendo la diferencia entre el precio de cotización y el precio ofrecido, el precio del poder).

Mediante la O.P.A. se pretende lograr, de forma condicional, el control sobre un número suficiente de acciones (tope mínimo que se declara a priori y que si no se logra, echa por tierra jurídicamente la operación) para defenestrar al equipo directivo y lograr el control efectivo de la compañía.

Si el tiburón logra su objetivo de compra de un mínimo de acciones que calcula le ofrecerá el control real y la posibilidad de echar a los directivos, y después de nombrar a un equipo gestor nuevo, pone en marcha su idea de maximización del valor, que puede pasar por una combinación del troceo y venta de filiales y/o activos (para monetizar grandes plusvalías), la cancelación de deudas o la asunción de otras nuevas y, en general, la orientación del negocio de otra manera; aquélla que le permita conseguir sus objetivos.

De ahí surgen, tras plantearse públicamente la O.P.A., inmediatas maniobras defensivas de los directivos (píldoras venenosas, caballeros blancos, etc.) para lograr su supervivencia al frente de la compañía. Y también los lamentos clásicos y los cantos de sirena del equipo rector, para que los accionistas "no sean traidores" si venden sus acciones al tiburón de turno, pues, según argumentan enfáticamente, la continuación del statu-quo les favorecerá mucho más. 

Ofertas directivas inesperadas de cambio de criterio de estrategia remunerativa a las acciones (que luego se cumplirían, o no) están en el argumento más clásico de estos momentos de zozobra en el duelo triangular de poder a poder, con entes pasivos (los accionistas) presenciando una brutal lucha entre el tiburón y los directivos. Normalmente detrás de la operación, está un banco de inversión asesorando al tiburón y otro banco de inversión para asesorar a los angustiados directivos.

Por tanto en las OPA's tenemos en danza a seis sujetos arquetípicos: 1) El regulador bursátil; 2) los accionistas; 3) el tiburón financiero; 4) el banco de inversión que asesora a éste; 5) los directivos; 6) el banco de inversión que asesora a éstos.

La conducta de tiburones profesionales fue luego copiada por las propias grandes corporaciones que vieron en el mecanismo de las O.P.A.'s un instrumento magnífico para hacerse con el control de otras compañías y ponerlas al servicio de su propia estrategia.
 
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Generalizando: como categoría teórica, podemos deducir que si una compañía tiene en Bolsa un valor bastante inferior al que podría tener, caso de ser aplicados criterios directivos al gusto de inversores más dinámicos y arriesgados, la probabilidad de recibir una O.P.A. es elevada. 

Si esto es así, los directivos saben que si se produce la OPA y triunfa, ellos irán a la calle. Por ello, la motivación represiva que padecen es clara: han de cambiar sus criterios y suavizar la brecha entre los resultados reales y los esperados, a causa de esta faceta implacable aportada por el nuevo mercado de empresas o, si se quiere, del nuevo mercado de la adquisición de poder efectivo sobre empresas.

A causa de tal motivación represiva, se han realineado los objetivos de los directivos, con respecto a los objetivos que persiguen los accionistas, en una variante expresiva más del quién paga, manda. Porque solo con presentaciones optimistas a los inversores y con relaciones públicas financieras, no se convence a los interesados financieros en la empresa, normalmente muy experimentados. Hay que ofrecer algo más: por ejemplo, realidades tangibles.

Pero no siempre son suficientes los mecanismos de motivación represiva. Por ello a la par han tenido que ponerse en práctica también mecanismos motivadores de tipo positivo o creativo, esencialmente basados en la participación en beneficios por parte de los directivos y/o la entrega a éstos de acciones, o de opciones sobre acciones (stock options), éste último un mecanismo brutal de motivación que ha ocasionado desmedidas ambiciones y actuaciones directivas muy arriesgadas, a veces con muy mal final.

Por último: téngase presente que la atmósfera en la que se ponen en práctica todas estas medidas no es de aire normal. La atmósfera es bastante irrespirable. Especialmente a causa de las asimetrías informativas que, desde siempre, son un gran juez de paz en el devenir directivo de muchas empresas; y más concretamente, en las que hay algún problema sustancial de agencia.

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(1) Una buena lectura para refrescar ideas, puede ser: Lozano, Belén: "Las fusiones de empresas: un enfoque contractual". Ediciones Universidad de Salamanca, 1999. pg. 30 y ss. Puede consultarse en Google Books.

martes, 5 de mayo de 2015

167. #CasoPráctico "ADR" ("Análisis de desviaciones de la rentabilidad") (análisis económico-financiero) #CasoPrácticoEEC #AEC

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona

En la presente entrada 167. se aporta un documento que recoge el enunciado y la solución del caso mencionado en el título.

Corresponde a un método sencillo de análisis de desviaciones de la rentabilidad, que se aparta algo del Método de Dupont de Nemours en el que, como se recordará se escinde la rentabilidad en margen y rotación.

En este método, propuesto por el Dr. José María Fernández Pirla en una de sus obras clásicas, se efectúa el análisis de la desviación entre planificación y realidad de la rentabilidad anual, partiendo de dos factores: desviación por beneficios (desviación económica) y desviación por volumen de inversión (desviación técnica).

Dicho método es complementario del utilizado desde hace justamente un siglo por Dupont de Nemours, ya que enfocan aspectos distintos y puede colaborar a enriquecer el análisis de la rentabilidad.

Para consultar el documento mencionado, debe presionarse el enlace siguiente: