jueves, 14 de mayo de 2015

175 * Sobre el grado de aliento crítico de los economistas: Schumpeter, Galbraith y otras fuentes de interés (rev. 3-2020)

Joaquim-Andreu Monzón Graupera

Universitat de Barcelona

Al calor de los aspectos metodológicos aportados por Manuel Sacristán y recordados en la entrada anterior (174.) suscité brevemente en clase el problema de la objetividad de los economistas.

Mencioné que estos -como los demás cultivadores de las ciencias sociales- dependen de su ideología, que condiciona sus elaboraciones lógicas y las conclusiones de sus trabajos.



Prof. John Kenneth Galbraith. Fuente de la foto: https://bit.ly/3aqQsqJ

En espera de que le pueda dedicar una entrada específica en este blog, me parece interesante mencionar la breve pero sugerente página de Humberto Zambon cuyo enlace aparece a continuación:

175. a.    https://bit.ly/2UIuCbD

El concepto de "visión preanalítica" de Josep A. Schumpeter (o como él decía, de forma más precisa: "visión como paso pre-analítico") es el que le permitió mencionar la ideología como un poderoso elemento condicionante del trabajo investigador, sobre el que muchos economistas neoclásicos o de cualquier otra tendencia integrada en el sistema no han tenido ocasión de reflexionar pues está demasiado cerca de su mecánica mental.

De hecho he tratado el tema de la neutralidad de los economistas en la entrada 026. de este blog ("Optimismo, pesimismo y neutralidad de los científicos sociales"). A ella me remito, para complementar mi posición al respecto.

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El distinguido filósofo Dr. Manuel Sacristán, fue alma mater de la traducción al español (publicada en 1971) de dicha obra, "History of Economic Analysis", pástuma de Schumpeter, fallecido en 1951.

Para traducir "Historia del análisis económico" (Ed. Ariel) el Dr. Sacristán contó con el auxilio de competentes y jóvenes profesores de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.B. (dónde fue Catedrático), como Narcis Serra Serra y José Antonio García-Durán de Lara.(1)
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Para aportar una cierta utilidad adicional a esta entrada 175. a los ojos de lectores interesados, complementaré las mencionadas afirmaciones con unas argumentaciones adicionales y tres recomendaciones biblio-videográficas.

Creo que Joseph A. Schumpeter demuestra (pág. 78 y 79 de su "Historia del Análisis Económico") que ningún esfuerzo investigador está libre del marco ideológico aportado por el propio investigador y por su entorno intelectual, sea él consciente de ello... o no lo sea. 

Hay economistas que creen ser asépticos y neutrales al establecer concienzudos, metódicos y tal vez cuantitativos análisis, pero es muy probable que no lo sean, ya que están muy condicionados por sus apriorismos y su visión del mundo "previa al análisis", visión que han ido decantando a lo largo de los años.

Por el contrario los economistas críticos (sean marxistas, medioambientales, o de cualquier otra sub-rama) van contracorriente de los paradigmas científicos usuales. Saben que no pueden dejar de ser subjetivos y por tanto, son conscientes de su falta de neutralidad. Tal vez, más que "saber" buscan "convencer" con los datos y argumentaciones que manejan.

Los economistas integrados transmiten -con éxito- una potente sensación de objetividad. Simplemente están navegando por el centro de la corriente dominante, sean o no conscientes de ello. La cuestión básica radica en si la sociedad en su conjunto (y el hombre medio interesado en las vicisitudes económicas) pueden creerles sin reservas, o no.
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Al lector preocupado por el tema de la posición del economista típico ante fenómenos reales como la posibilidad de tocar poder o el acceso muy fácil al dinero -fenómenos que pienso pueden condicionar mucho la objetividad cuando un economista realiza investigación económica- recomiendo tres piezas de información, detalladas por orden de la más antigua a la más reciente:
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La primera pieza informativa es el discurso (titulado "El poder y el economista útil") que el distinguido economista crítico no marxista canadiense John Kenneth Galbraith (fallecido en 2006, a los 97 años) perpetró como alocución presidencial en la 85ª reunión anual de la American Economic Association celebrada en 1972 en Toronto (Canadá).
Me consta que la mayor parte de los asistentes, probos economistas integrados en la corriente ortodoxa central de la economía (la rama neoclásica, para abreviar) se subieron por las paredes al oírle.

Este discurso se publicó en español en la revista del Fondo de Cultura Económica "El Trimestre Económico" de México, en 1974. No he encontrado el Internet el escaneado del artículo de la revista mencionada, pero sí una reproducción publicada en la web Eumed.net:  


175. b.     https://bit.ly/2UBRmde
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La segunda pieza es bastante reciente y tiene 38 años más que la alocución demoledora de Galbraith; viene en soporte audiovisual, de acuerdo con el nuevo signo de los tiempos. 

Se trata de una película (de hecho, un largo documental) dirigida por Charles Ferguson y narrada por Matt Damon, denominada "Inside Job" filmada en 2010 al calor de la descomunal crisis financiera iniciada en Estados Unidos en 2008, cuyos brutales coletazos todavía sufrimos; dicho documental fue producido y distribuido por SONY. Tiene una duración de 108 minutos. Puede encontrarse fácilmente en Internet. Por ejemplo, en inglés, aquí:

175. c.   http://youtu.be/_bgA78OZmB0

Pienso que se trata de una película que requiere ser vista varias veces para captar todo su sentido, alcance y variados matices. No obstante, para deducir cuales son los economistas integrados que aparecen en la pantalla, con verla una sola vez... es suficiente. 

De los financieros que aparecen en este galardonado documental -y también, de los que no quisieron aparecer en él- sabemos que se hicieron multimillonarios gracias a la ruina de millones de personas. Por tanto, poco más hay que añadir. 

Pero, mezcladas con las entrevistas a financieros, hay entrevistas -o intentos de entrevista- muy incómodas/os con varios economistas respetados que formaban parte de la corriente científica central de la Economía como Ciencia, sujetos que legitimaron la lenta construcción de la posterior catástrofe.

Todo ello a golpe de informes pretendidamente científicos o bien autocalificados como de alta consultoría, desproporcionadamente bien pagados.

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Y la tercera pieza informativa es un documento mucho más breve que el primero: se trata de una nota de poco más de dos páginas escrita por Giorgios Kallis fechada en 2014 (traducida al español por el Catedrático de Economía de mi Facultad, Dr. Jordi Roca Jusmet) denominado "La batalla por Harvard o como la Economía se convirtió en la Economía", que tiene la virtud de situar en la actualidad la desigual batalla entre los economistas críticos y los integrados, más allá de los cenáculos intelectuales. 

Parece una respuesta demorada, un eco lejano con las consecuencias de la demoledora intervención de Galbraith de 1972. 

El escenario relatado actualmente, es el de la expulsión progresiva de los economistas críticos de cualquier centro de poder intelectual convencional. No vaya a ser, reflexionamos nosotros, que los herederos actuales de los representantes de la economía ortodoxa de 1972, tengan que oír en el futuro, en sus propios santuarios intelectuales, algún discurso parecido al de John Kenneth Galbraith. Para algunos la historia no se repite, o mejor... no debería repetirse.  

175. d.   http://bit.ly/1L3XHlS

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Epílogo: lo que no debería repetirse nunca más es el desastre asociado a la crisis financiera internacional de 2008.

Sin embargo, no parece que la sociedad haya aprendido demasiado a inmunizarse o a protegerse (aunque sea parcialmente) del egoísmo depredador de unos pocos que, en lugar de ser apartados definitivamente de los puestos que ocupaban cuando infligieron sus tropelías, en la actualidad incluso parecen ser buscados para que continúen detentando el poder de decisión "técnica", tal como lo controlaban en 2008.

Como en otro contexto hubiese dicho Einstein, si no se quieren repetir tan tristes resultados, habría que probar políticas distintas. Porque algunos sí que parecen dispuestos a que la Historia se repita. En este campo, si.

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(1) Sí que aparece en los créditos de la traducción mi respetado colega Dr. Jordi Pascual Escutia, profesor de Historia de las Doctrinas Económicas, ya jubilado de la Facultad de Economía y Empresa, a quién se le reconoce la edición de la bibliografía en lengua castellana que aparece en la traducción de esta monumental obra de Schumpeter. Conociendo a Jordi Pascual, estoy seguro que aportó también esfuerzos decisivos al trabajo final. En la "nota sobre la traducción" que aparece al principio de la obra, se dice que Manuel Sacristán tradujo íntegramente el texto y que Narcís Serra y García-Durán filtraron la traducción bajo el prisma técnico de la profesión de economista, mientras que el Dr. Sacristán "representó los derechos de la lengua castellana común".

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