Joaquim-Andreu
Monzón Graupera
Profesor de Universidad
0.
UN COMENTARIO PARA SITUAR EL CONTEXTO
Estas
líneas constituyen la continuación (no prevista) de la entrada 115 (I) de este mismo blog, sobre la situación política en Catalunya.
De
momento me guardo en el bolsillo la segunda parte de la mencionada
entrada 115. que está a medio escribir. Por contra, he preferido
redactar el presente post, que en teoría debería desembocar en un
análisis de la situación política actual en Catalunya; pero no lo
hará, porque me han complicado la vida expresiva el Sr. Fernández
Diaz (y sus genialidades, que hemos conocido esta semana,
conjuntamente con las de su reverencioso Cabo-Furriel de adopción).
Tengo
ganas de publicar algo; pero el enfado que me provocan algunos
sujetos del llamado Procès, hacen que piense que no es el momento de
ponerlo blanco sobre negro. Ya habrá ocasión, o eso espero.
Los
que me conocen saben que tengo una inclinación especial por Twitter,
que uso como soporte de dos cuentas personales y de tres
cuentas más, asociadas a asignaturas de las que soy profesor.
El agitado panorama político que estamos viviendo me ha ido conduciendo a la posibilidad de efectuar
breves comentarios sobre candidatos, situaciones y partidos. Pero los
dichosos 140 caracteres casi siempre son un corsé mental notable
para poder expresar con precisión el pensamiento sobre hechos y
personas.
Por
eso me ha parecido que tocaba redactar una entrada al blog, antes de
las elecciones del 26 de junio.
Espero
que nadie se moleste, porque no estoy pensando en personas concretas,
sino en grandes agregados sociales. A veces cito y valoro a
determinados políticos, pero estar en boca de analistas aficionados
como yo, es algo que ellos se buscaron cuando "dieron un paso
adelante".
1. ESPAÑA, UN FIN DE ÉPOCA
Desde
un punto de vista político, España está llegando a una especie de
fin de época, en el que todas las miserias, contradicciones y
limitaciones están siendo más evidentes, semana tras semana.
El
proceso independentista catalán ha provocado que el peor perfil de
la clase política española galope sin control hacia el muro del
fracaso.
Es
difícil definir España en pocas líneas. En este país vive mucha
gente y de gran diversidad, pero hay determinados perfiles psicológicos y
de conducta que se empiezan a repetir demasiado y no precisamente
para bien.
Gente
buena -en sentido genérico- y gente mala hay en todos los países. Y
España no es una excepción. Y Catalunya, tampoco. Una vez constatada esta verdad evidente que algunos olvidan, vamos al fondo de la cuestión.
Independientemente
de la forma política (dictadura, democracia) o forma del Estado
(Monarquía, República), características que en este país han ido
sucediéndose de forma torturada durante los últimos cientos de
años, hay rasgos distintivos que no parecen haber cambiado.
Tenemos una
clase dominante mediocre y arrogante, que continúa teniendo como fin
último el mantenimiento bajo control del resto de la población. Como en todas partes, pero aquí con menor elegancia. Para sus fines de control la clase dominante se apoya en la actuación de una clase dirigente que -en general- se ha depurado a
partir de la promoción de los miembros más activos y -por qué no
decirlo- muchas veces más faltos de escrúpulos, de los grandes
cuerpos funcionariales civiles (Abogados del Estado, Economistas del
Estado, Técnicos Comerciales del estado, Registradores, Notarios,
Secretarios de Ayuntamientos y Diputaciones, Profesores de Universidad, etc.), e incluso cuerpos
militares.
Por
otra parte, los sindicatos y los propios partidos políticos han
actuado como canteras de provisión de candidatos a políticos que, por clase social o formación, no han podido pertenecer a los diversos
cuerpos civiles de funcionarios públicos; más, en función de su
agresividad, apego al terreno y conocimiento de sujetos-clave, han podido llegar a niveles políticos en los que han competido
con los primeros.
Los
criterios de selección y de encumbramiento son los típicos de
sociedades más bien agrarias, cerradas, autoritarias y profundamente
católicas -al menos en lo formal- y con prioridad total a los lazos
de sangre, de parentesco y de amiguismo. El proceso de selección es salvaje y se
parece a los que -en el ámbito privado- se realizan para efectuar
"buenos matrimonios", en los que el otro(a), para ser un
buen partido, ha de tener más dinero, más rango, más estudios y
más influencias que la contraparte que le/la busca afanosamente.
Para
demasiada gente "saber" y "ser" son elementos
secundarios que no tienen utilidad alguna, ante infinitivos verbales reputados como más
prácticos: "estar", "tener", "relacionarse
bien" y "figurar". Tal vez este es un problema
relativamente atenuado, por cuanto se correlaciona con un aumento de la
tendencia mundial, que también se orienta a más hedonismo y más materialismo. Lo cierto es que España debe estar ocupando uno
de los lugares de privilegio en estas prioridades. Y creo que sería mejor ser líderes en cuestiones positivas y no en éstas, que son bastante sórdidas.
No
parece que la sociedad española media, formada por la clase
dominante más la casta anterior; más una clase media cada vez más empobrecida y unas clases populares sin esperanzas (para ambas el
"desclasamiento hacia arriba" y el "ascensor social"
funcionaron algo en el pasado, pero ahora ya no); la sociedad española media, decíamos, no parece que sea capaz de
cambiar sus principios éticos y sus convicciones morales, que les permitan
modificar radicalmente las preferencias políticas y los ángulos de
visión de los temas políticos, económicos y sociales.
En
las sociedades nórdicas y las sociedades anglosajonas de tradición
protestante, las personas se exigen más a sí mismas; son más transparentes
y conceden una importancia mucho mayor al mérito personal, que lo
que es usual captar de la conducta media en la sociedad española, de
cultura latina y de formación mayoritariamente católica.
El
mérito en España tiende a asociarse a la obtención de un título
universitario. A veces los títulos son algo muy buscado, más por
las puertas que parecen abrir, que por los conocimientos y
habilidades que acreditan. En este torturado país no parece haber
ninguna actitud sincera en favor de la mejora del conocimiento por sí
mismo, porque nos hace más completos y con mayor capacidad de
analizar nuestro entorno. Lo "cool" es conseguir algo, con el menor esfuerzo posible.
Importa el título, lo demás tiene poca relevancia. Otra vez el problema de la contraposición entre el "ser" y el "aparentar ser"; entre actividades que proporcionen plenitud personal pero poco dinero y aquéllas posiblemente anodinas y que impiden mirarse al espejo con naturalidad, pero que facilitan mecanismos de obtención rápida de dinero y a través de éste, de reconocimiento social.
Importa el título, lo demás tiene poca relevancia. Otra vez el problema de la contraposición entre el "ser" y el "aparentar ser"; entre actividades que proporcionen plenitud personal pero poco dinero y aquéllas posiblemente anodinas y que impiden mirarse al espejo con naturalidad, pero que facilitan mecanismos de obtención rápida de dinero y a través de éste, de reconocimiento social.
En
una sociedad así el disimulo, la mentira, la hipocresía y el
arribismo chocarrero son características personales negativas que
tienen el campo abonado para desarrollarse. Quienes están motivados
por una rápida carrera se lanzan a conseguirla, porque abre las
puertas del prestigio, la consideración y el dinero. Y la pregunta
obsesiva de cuáles son los mejores atajos que permiten esquivar los
obstáculos y soslayar las dificultades, gravita continuamente sobre
algunas mentes inquietas y carentes de escrúpulos.
Cuando se carece de escrúpulos, los principios éticos se llevan al desván, porque molestan. Entonces tenemos aún otro problema añadido: parecer que nos regimos por depurados e intachables principios éticos, y conducirnos en la realidad por miserables principios no-éticos.
Cuando se carece de escrúpulos, los principios éticos se llevan al desván, porque molestan. Entonces tenemos aún otro problema añadido: parecer que nos regimos por depurados e intachables principios éticos, y conducirnos en la realidad por miserables principios no-éticos.
A
pesar de las lecciones aportadas por el conocimiento
de brillantes casos como los de Mario Conde, Javier
de la Rosa y otros epígonos, el empresario socialmente valorado en
España todavía es el especulador que consigue mucho dinero en poco
tiempo, o el defraudador fiscal que demuestra su conocimiento, privando a la colectividad de recursos; y encima buscando el aplauso público (que le dan quienes admiran su ingenio para minimizar los pagos fiscales, mientras posiblemente no encuentran plaza para su hijo en un colegio público, o para su madre en un hospital público); por contra, al empresario (innovador o no) que desarrolla su carrera
empresarial durante años y años, en la que aporta un denodado
esfuerzo para obtener -a veces- un pírrico beneficio, se le aprecia como poco listo pues si lo fuera -piensan algunos-
no tendría que derrochar tantos esfuerzos.
El
enriquecimiento rápido en España está muy valorado socialmente. En
general, la población media no tiene paciencia para adoptar perfiles
largoplacistas. Si el triunfo no les sale bien a ellos, al menos
admiran a quienes lo consiguen. Y mientras tanto, juegan a la Lotería,
a la Bonoloto o a la ONCE. O se dejan el sueldo en el bingo o en las
tragaperras. O en apuestas deportivas por Internet, un cáncer cada vez más
potente.
Mientras
tanto, en especial sujetos selectos de las clases bajas (pero también algunos miembros
de clases medias empobrecidas), buscan obsesivamente su camino fácil
hacia la fama y el dinero por medio del pivotaje sistemático sobre
los medios de comunicación audiovisuales. Muchos de
estos trepadores (que despectivamente algunos tildan de macarras o de poligoneras) saben que, por el lado del
conocimiento o el de las relaciones personales, no tienen nada que
hacer. Buscan su camino por la vía que creen más fácil ("no me gusta estudiar, y..."). El problema no radica en el número (unos cientos), sino en el mal ejemplo y la generación de tendencias admirativas e imitativas de muchos jóvenes del país.
A través de mecanismos de selección y evaluación conducentes a la
diversión del público, al estrambote, la extravagancia o el circo
mediático, tienen su oportunidad, a pesar de sufrir serios episodios de humillación personal. Son los bufones del siglo veinte y del veintiuno. De todos modos, en este apartado
España no es tan distinta de otros países de Europa, que también avanzan por estos sórdidos caminos.
La
sociedad española media es profundamente ignorante. Lo digo
descriptivamente, no como un insulto. Quien ignora es quien no sabe.
A veces no es culpa suya, a veces, sí. Y además, hay minorías
honradas, excelentes e inquietas.
Dicha
sociedad española media sabe pocas cosas e ignora hasta qué punto
no sabe. Es cierto que esta característica aqueja cada vez a más
países en el mundo. Pero me preocupo por lo que veo y capto de forma
cercana, que me hace lamentar la diferencia entre lo que podría ser
y lo que desgraciadamente, es. Y eso provoca que me pregunte sobre
las causas de esta ignorancia social.
Además,
hay mecanismos de defensa ante ello. En lugar de intentar corregir
algo esta inmensa brecha entre lo que se sabe y lo que se podría y/o
debería saber, algunos "vacilan" y adoptan una actitud de
autosatisfacción chulesca ante su propia ignorancia. Obsérvese que
el hecho de saber muchas cosas no está valorado socialmente; tal virtud califica como rarito al sujeto tildado de "sabio"
y en seguida se tiende a comparar el nivel de su aparente sapiencia
con su nivel de ingresos.
Si
los dos niveles no concuerdan demasiado, se toma como una
corroboración adicional de que esforzarse para la adquisición de conocimientos es una pérdida de
tiempo; y por lo tanto no vale la pena invertir en este esfuerzo, pues
muy pocos saben transformarlo en dinero. Y eso tranquiliza al
ignorante medio, como es obvio.
Por
otra parte, resulta tan espectacular la diferencia entre el nivel máximo
de conocimientos que están solamente al alcance de contados miembros
de la clase científica e investigadora de élite, y el nivel de los
conocimientos que atesora un ciudadano medio sobre cuestiones del
mismo campo, que de inmediato surge la interrogación sobre la causa
de esta brecha cada vez mayor.
Una
posible explicación es el crecimiento exponencial del conocimiento
ante el que incluso científicos de prestigio reaccionan
especializando y fragmentando cada vez más sus centros de interés.
De tener una visión comprensiva y holística del mundo, hasta caer en una visión miope y
especializada, hay un corto trayecto.
En
este sentido el pragmatismo anglosajón ligado a la
ultraespecialización y a la pérdida de la visión global del
mundo no nos ha hecho demasiado bien, especialmente entre los países
que no valoran el conocimiento por sí mismo. Si esto le ha sucedido
al científico medio, figúrense lo que le pasa al hombre de la calle.
Puedo
ser injusto, porque hay honrosas excepciones. Pero la
persona standard estudia para obtener un título que
le permita acceder a un buen trabajo. Y cuando lo tiene, pierde
rápidamente el interés en el conocimiento y en cambio se centra en
el estudio de mecanismos de adhesión al grupo y de logro de la mera
supervivencia. Es más importante enterarse de cuestiones que le
gustan al jefe para hilar conversaciones con él, que convertirse en
mejor persona sobre la base de cultivar el conocimiento de algún
centro de interés preferido, por razones de satisfacción personal; y
no a causa de la cobertura de intereses crematísticos o de búsqueda
de un mejor acomodo laboral.
Después
de cuarenta años de supuesta democracia, el español medio está
extremadamente desnortado y quemado; no ve ideas atractivas que le
motiven. Una vez lograda una estabilización, tiende más a intentar la
conservación de lo adquirido, que a la mejora multifacética. Por
eso, muchos miembros de la clase obrera especializada y de la parte
empobrecida de las clases medias, configuran un conjunto profundamente
conservador incluso en lo económico, que es la antesala del
conservadurismo político.
La
clase dirigente (los políticos) está cada vez más entrelazada con
la clase dominante (los que de verdad mandan). Ambos selectos grupos
tienen una interrelación cada vez más potente, pues las
sinergias presentes o futuras son muy altas. Eso sí, siempre que los
primeros permanezcan en un lugar discreto y subordinado, como el
personal de servicio de una mansión principesca.
La diferenciación entre clase dirigente y clase dominante que debemos a la faceta de sociólogo de Karl Marx, es un concepto muy potente que escasa gente conoce y reconoce. Los políticos tiene un poder muy escaso, unos límites muy estrechos de funcionamiento; por contra, en una democracia la gente al votar cree que escogiendo a uno o a otro las cosas evolucionarán de forma radicalmente distinta. Pueden cambiar para aspectos que no toquen al núcleo de poder central de la clase dominante. Pero, ¿cambios estructurales? Ni hablar.
La diferenciación entre clase dirigente y clase dominante que debemos a la faceta de sociólogo de Karl Marx, es un concepto muy potente que escasa gente conoce y reconoce. Los políticos tiene un poder muy escaso, unos límites muy estrechos de funcionamiento; por contra, en una democracia la gente al votar cree que escogiendo a uno o a otro las cosas evolucionarán de forma radicalmente distinta. Pueden cambiar para aspectos que no toquen al núcleo de poder central de la clase dominante. Pero, ¿cambios estructurales? Ni hablar.
En España el
conjunto de ambas clases selectas (reunidas, pero difíciles de
mezclar) no ha abandonado los tics de comportamiento franquista.
Tenemos una democracia formal (que actúa como carcasa-Potemkin),
pero las claves de conducta y funcionamiento que rigen, incluso tras
cuarenta años de democracia formal, son totalmente franquistas.
Hace
unas tres semanas leí un artículo de Ramón Folch en "El
Periódico de Catalunya". Decía algo parecido y
pienso que tiene toda la razón. La gente ha aprendido a sobrevivir
con unas reglas que se parecen demasiado a las de la dictadura,
sistema político que España formalmente abandonó cuando se votó
la Constitución, después de tres años de Transición política que los interesados exhiben como ejemplo modélico, pero como están empezando a demostrar los historiadores, fue un período bastante miserable.
El
derecho a la vivienda digna y los derechos de reunión, opinión y
manifestación consagrados en la Constitución española han quedado en meras
expresiones formales o retóricas sin contenido real (como era de temer) cuando bajamos al terreno
de los casos concretos.
A
primera vista las tendencias no son tan evidentes, porque entre el
Gobierno y los electores opera una serie de instituciones intermedias
que actúan como potentes maquinarias de adoctrinamiento y persuasión. La
mayor parte de los medios de comunicación social importantes -los
que cuentan- son de una descarada vocación "pro status-quo".
Todos
conocemos la capacidad manipuladora de los principales periódicos,
revistas y cadenas de radio y televisión, que de forma progresiva
transmiten a la gente lo que "deben considerar importante"
y por defecto "lo que no lo es".
La
elección de los contenidos (fondo) y las maneras de transmisión
(forma, que para McLuhan también es fondo o mensaje) son potentes
elementos manipulatorios sobre mentes que no son capaces de detectar
las aviesas intenciones de los transmisores de las informaciones. No
tienen formación suficiente para "verlos venir". Cual
cuchillo entrando en mantequilla, vamos. Y estas mentes pueden
encontrarse en la mayor parte de la población. Si no se reconoce en
esta descripción, estupendo: me alegro por Usted.
El
calado profundo en los cerebros se produce a base de sistemáticas
lluvias finas de manipulación informativa que quebrantan la visión
equilibrada de las cosas en la gente con poca educación y formación real, que es la
mayoría. Se trata de que no adquiera capacidad de razonar y de
seleccionar por su cuenta; y bien que la mayor parte de los
"mass-media" lo consigue. Por eso, ser empresario del sector de la comunicación tiene mucha más importancia política y social que
serlo en el campo de las conservas de caballa. Y eso aunque la cifra de
ingresos y de beneficios pueda ser parecida en ambos casos. Algo de eso
saben también los Presidentes de Clubs de Fútbol, la mayor parte de las veces empresarios arribistas que quieren redondear su reconocimiento social y la apertura de grandes y nuevas oportunidades económicas para sus negocios.
Los
cuerpos agredidos y heridos acaban generando mecanismos de resistencia; y más tarde de inmunización. Según mi parecer, el acceso a tales mecanismos en buena parte han venido
por medio de la difusión exponencial de nuevas tecnologías de
información, comunicación y conexión, en especial a través de las
redes sociales. Su descubrimiento por parte de las capas más jóvenes
e informadas de la población, ha provocado la posibilidad de
enjuiciar las informaciones y efectuar feed-backs que
a veces son rebotes demoledores.
El
Poder no está preparado para que la fracción más dinámica de la
población le conteste y a veces le ridiculice. Ambas son sanas e inteligentes expresiones de la impotencia personal.
No se entiende el éxito de movimientos como el 15-M en España y las primaveras árabes, y tampoco el surgimiento de un movimiento político anárquico -pero con gran rapidez de crecimiento- como ha sido Podemos, o aún menos -en el Madrid político todavía no entienden nada, les cuesta mucho digerirlo- el movimiento independentista catalán.
No se entiende el éxito de movimientos como el 15-M en España y las primaveras árabes, y tampoco el surgimiento de un movimiento político anárquico -pero con gran rapidez de crecimiento- como ha sido Podemos, o aún menos -en el Madrid político todavía no entienden nada, les cuesta mucho digerirlo- el movimiento independentista catalán.
Éste
ha ido avanzando a trompicones con sus disfunciones y dificultades,
pero ha tenido una inestimable suerte con la extrema torpeza con la que
se ha conducido el Gobierno español, de actitudes imperiales y
estúpidas que han agravado mucho las cosas. Este Gobierno, formado por altos funcionarios del Estado que creen que, por pertenecer a un Cuerpo de altos funcionarios ya tienen el monopolio de la razón (que les permite erigirse en una especie de "Deus et Machina") no tiene ni idea de un
principio básico empresarial: el uso de la negociación como forma de
implantación de la estrategia. Han preferido la única forma de relación que el
Madrid político conoce (el dominio ejercido como aplastamiento) sin darse ni
cuenta que a un junco es mucho más difícil romperlo que a un árbol.
Y una segunda metáfora: en el judo, el pequeño a veces usa la fuerza del
grande en su propio beneficio y en contra de la confiada mole.
Al
Madrid político de los "nobles" y de los "hidalgos" ("hijos de algo")
no han llegado todavía los efluvios del pragmatismo anglosajón. Es un problema de
soberbia, que España lleva pagando caro desde hace muchos años. Un repaso atento de la historia de "La Conquista de América" y de los sucesivos intentos de independencia de los diversos países centro y sudamericanos con relación a España (todos rápidamente cumplidos) debería hacer reflexionar a las élites de Madrid sobre si su conducta de relación con los territorios periféricos es la más inteligente. No es inteligente quien no aprende jamás, a pesar de haber tenido experiencias previas de las que debería sacar conclusiones.
Retomando el impacto de la irrupción de las nuevas tecnologías y de las
redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, Youtube, Periscope,
etc.): durante los últimos cinco años en España éstas han crecido
fulminantemente, tanto en millones de usuarios como en intensidad y
versatilidad en su uso, especialmente por parte de los más jóvenes.
Así,
la ampliación y la estructuración de redes sociales y -añadimos-
la capacidad comunicativa exponencial asociada a herramientas
digitales como Skype o WhatsApp, han generado una tupida red de
gestión descentralizada muy difícil de controlar por el Poder
-excepto mediante el apagado global de la capacidad digital; cosa que
algún día de esos (si al Poder le interesa) pasará, aunque sea solamente por un ratito largo.
De
momento con conductas comunicativas descentralizadas tan masivas,
instantáneas y multidireccionales, cualquiera puede observar que
estos nuevos instrumentos están provocando cambios acelerados de
conducta y -tal vez en menor medida, pero también- de pensamiento.
Con
un ciudadano español medio que es extremadamente reverencioso con el
poder, sin una cultura sólida porque se le ha olvidado leer -o bien
comprender realmente lo que lee- y escribir (tal vez su formación
básica no incluía entender lo que leía, si era un poquito
complicado), bastante ignorante de los hechos y problemas políticos,
cotidianos, manipulado por los mass-media hasta
niveles indignos y atosigado por una necesidad de supervivencia
familiar y económica cada vez más perentoria, tras la gigantesca
deflación salarial padecida en España en los últimos ocho años,
la capacidad crítica ante los desmanes políticos se ha diluido.
El
cuerpo social español está extremadamente debilitado; ello le hace
muy vulnerable a la manipulación, la mentira, la falta de matices y
la demagogia más grosera. Eso es de ver claramente en amplias zonas
de la piel de toro donde no existe una trama intermedia de
organizaciones civiles que vertebre y haga de tampón entre el poder
y los -en la práctica- súbditos (iba a decir ciudadanos, pero me he corregido a
tiempo). :-((
2.
ANÁLISIS SOMERO DE LOS PARTIDOS DE LA VIEJA POLÍTICA. (I) EL PP
Si
efectuamos un breve análisis político del sistema de partidos,
observaremos que el Partido Popular es una maquinaria de presión, de
obtención de fondos, de tráfico de influencias y de simple y llana
corrupción, como no se había visto nunca en este país.
Sus
criterios políticos de fijación de liderazgos son extremadamente
autoritarios y excluyentes. Tiene acceso a los cargos directivos y de
representación bastante gente de escaso nivel intelectual y moral
que medra descaradamente en las organizaciones territoriales, controladas con criterios mafiosos en razón de privilegios asociados a la herencia política y/o
familiar o mediante criterios meritocráticos de pertenencia a los Cuerpos de funcionarios públicos del Estado. También hay puestos de privilegio entre los que demuestran
que pueden aportar fondos al partido, que permitan
reproducir ad-infinitum tan terrible sistema de
medro personal.
Ideológicamente
el PP se ha amalgamado alrededor de la defensa de la Constitución
(paradójicamente en 1978 varios diputados de Alianza Popular votaron en contra;
siempre pasa igual: la derecha condena los avances sociales y cuando
la izquierda desea nuevas conquistas, la derecha se parapeta en
aquellos logros que desganadamente aceptó en último extremo, una
generación o dos antes).
Otros
banderines de enganche del PP son: la Unidad de España (definida de
forma mineral, como si la evolución social y política
no permitiera tocar las fronteras territoriales nunca más) y los
himnos y símbolos como elementos de separación entre adictos y
traidores.
En
general, parece que se puede establecer un principio básico: contra
más zafios y chocarreros son los objetivos ocultos (mantenimiento
del poder, enriquecimiento de los sujetos más vivos entre
los que pululan en la organización), entonces más simbólicos y
depurados son los objetivos aparentes. Es muy sencillo pedir
la adhesión incondicional a una Constitución (que
el 99% de sus votantes ni siquiera ha leído) a una idea de España,
a un himno o a una bandera; y en todo caso es más agradecido y fácil
este conjunto de adhesiones inquebrantables -ni me molesto en cambiar
la jerga franquista- que estudiar, reflexionar y decantar un ideario
ético, político, económico y social propio de carácter complejo que
invite a pensar, a debatir y a escoger.
La
superestructura de identificación es de tipo ideológico; pero como
buen partido de derechas, el cemento, la grava y el agua no hay que
buscarlos en las ideologías (de hecho es un partido construido con
muy pocas ideas). Si que son materias primas constructivas: el dinero, el poder y el entrecruce
incesante de favores que permite llevar una "contabilidad no
financiera" que debe perfeccionarse en el futuro a base de su
puntual devolución, siempre que el poder se mantenga, claro. Si éste se
pierde, todas las adhesiones incondicionales y la amalgama
organizativa se vienen abajo con estrépito, como espero que tengamos
ocasión de comprobar en las próximas semanas. Aunque sólo sea para
que se ventilen con ozono las trincheras políticas.
Hablemos
brevemente de los liderazgos consecutivos del PP. Manuel Fraga, tras una
intentona fracasada (la construcción de Alianza Popular, con sus
funestos "Siete Magníficos", otras tantas vacas sagradas del franquismo al frente) construyó el PP
sobre los detritus ideológicos del franquismo. Parece que obtuvo algunas ideas mientras era Embajador de España en Londres en 1974. Aún pueden verse en
el PP las costuras de las familias: a) falangista, b)
demócrata-cristiana (no la de Joaquín Ruiz-Giménez, sino la de
Federico Silva Muñoz, mucho más reaccionaria) y c) la ligada al
Opus-Dei, mucho más presente en los partidos políticos -varios- de
lo que la gente cree.
Por otra parte muchos militantes de base del PP, amantes de ideas sencillas y fáciles de digerir, dirán que "no son de derechas ni de izquierdas", que es lo que ya decían durante el franquismo o ellos o sus padres y abuelos hace setenta años. En la práctica son profundamente de derechas y reaccionarios, aunque no pertenezcan a las familias anteriormente descritas.
Por otra parte muchos militantes de base del PP, amantes de ideas sencillas y fáciles de digerir, dirán que "no son de derechas ni de izquierdas", que es lo que ya decían durante el franquismo o ellos o sus padres y abuelos hace setenta años. En la práctica son profundamente de derechas y reaccionarios, aunque no pertenezcan a las familias anteriormente descritas.
Solo
en un entorno carismático-autoritario-torrencial como el de Manuel Fraga,
podían surgir experimentos de sucesión mediocre como el de
Hernández-Mancha, sustituido en seguida por José María Aznar (del que no diré
demasiado, pues la opinión que tengo de él no puede ser publicada.
Simplemente comento que no recuerdo a nadie que presente una mayor
diferencia entre las cualidades personales que él cree poseer y las
que realmente tiene) como ha sido -y es- José María Aznar, quién
se obsesionó en ser Presidente del Gobierno durante sólo dos
mandatos, evitando el tercero, pues su secreto deseo parece ser que
era preparar el terreno para "llegar a Presidente de la Tercera
República". Pero la matanza del 11-M-2004 (solo imputable a sus
responsables, obviamente, pero que sin el patético intento de
liderazgo bélico barato del ensoberbecido Aznar en el Trío de las Azores,
probablemente no hubiese sucedido) se cargó todos sus augustos
planes.
Los
Borbones han tenido relaciones mucho más fluidas y cordiales con los Secretarios Generales del PSOE que con los Presidentes del PP, por razones que ahora quedan
más claras. El dedazo de Aznar escogió al sujeto
más mediocre (con distancia) entre la terna considerada en su
Cuaderno Azul: Mayor Oreja-Rato-Rajoy. Lo único que puedo
agradecerle a Aznar es que, para sucederle, no escogiera a Jaime
Mayor Oreja, de hecho un fanático peligroso que hubiese generado un
estropicio muy serio en Euskadi con un largo período renovado de
guerra civil posterior.
A
Rajoy, Josemari le escogió porque aparentaba ser un sumiso chico de
los recados, un sujeto sin ideas propias, manipulable a placer. Obviamente el gallego le estuvo
engañando durante muchos años con una pose mediocre y obediente;
pero luego ha resultado ser un sujeto altamente manipulador y cazurro
que ha ido viendo pasar por delante uno tras otro los cadáveres de
sus enemigos políticos (los de dentro del PP; los de fuera son meros
adversarios). Que se lo pregunten si no a Esperanza Aguirre o a
Alberto Ruiz-Gallardón.
Mariano
Rajoy, psicológica y políticamente, ha resultado ser (si vamos a la
Zoología como ciencia proveedora de tipos con los que se pueden
buscar analogías) una especie de armadillo (pequeño animal con un
duro caparazón que impide que se le pueda aplastar); o bien una variante del dromedario político, que ha ennoblecido hasta el extremo esta máxima: "el que resiste, gana". Aunque sea sin agua, sin comida y sin ideas, semanas y semanas, meses y meses, años y años.
La
mediocridad intelectual de Mariano Rajoy y su vagancia a la hora de
abordar el trabajo (que me recuerda a la actitud del Presidente americano Ronald Reagan) son características que caen simpáticas a los ojos de muchos
españoles a los que les gustaría -como a Rajoy- leer el "Marca",
firmar cuatro cositas cada día, tener secretarios que les libraran
de la necesidad de profundizar en los temas y dedicarse a sestear
viendo por el Plasma el Tour de Francia, mientras ganan mucho más dinero del que
son capaces de gastar.
El intento de cambiar su imagen indolente y perezosa con recientes alardes publicitarios ("El Hombre que Camina Rápido") ante un pueblo español inteligente, serían considerados como intentos de engaño chapucero y por tanto, totalmente rechazables. Pero no tengo fe alguna.
El intento de cambiar su imagen indolente y perezosa con recientes alardes publicitarios ("El Hombre que Camina Rápido") ante un pueblo español inteligente, serían considerados como intentos de engaño chapucero y por tanto, totalmente rechazables. Pero no tengo fe alguna.
Se
nota, se ve, que Rajoy es una máquina perfecta de mentir. Sería
conveniente que la Iglesia Católica aboliera la confesión como
mecanismo de puesta a cero, para que gente como Rajoy quedara fuera
de juego con un stock de mentiras cada vez más elevado, que actuaría
como losa psicológica. Estar en Pecado Mortal Permanente, no debe de ser agradable.
Pero
la perpetración sistemática de mentiras de Rajoy no parece
importarle demasiado a este suelo de siete millones
de electores en España que le garantizan 115-120 diputados. Es
imposible llevar una peor gestión de los asuntos públicos, teniendo
a la vez la sensación de que es invulnerable a los designios
democráticos.
El tendón
de Aquiles del PP es que sus votantes ya tienen una edad más
que respetable; y los que han de sucederles cuando los respetables
pasen a mejor vida, se los está quedando Ciudadanos. Como siempre,
el gran fallo de los estrategas políticos es la creencia de que una situación
política dada se quedará suspendida en el aire e inmóvil en el tiempo.
A un cortoplacista oportunista como Rajoy esta ley demográfica no parece importarle demasiado. Le importa, a partir de las elecciones del 26-J, que el PP -solo o en compañía- pueda formar Gobierno, siempre que él sea Presidente y pueda gobernar su entrada en la Historia. Si sucediera otra cosa, seguramente se pondría un triste fin a su carrera política, ya que es un deshonor ser presidente de Gobierno, presentarse de nuevo y perder. Este escenario-Hitchcock le obligaría a observar horrorizado como sus más afines (un Bruto colectivo) se lanzarían a su cuello para despedazarle políticamente.
A un cortoplacista oportunista como Rajoy esta ley demográfica no parece importarle demasiado. Le importa, a partir de las elecciones del 26-J, que el PP -solo o en compañía- pueda formar Gobierno, siempre que él sea Presidente y pueda gobernar su entrada en la Historia. Si sucediera otra cosa, seguramente se pondría un triste fin a su carrera política, ya que es un deshonor ser presidente de Gobierno, presentarse de nuevo y perder. Este escenario-Hitchcock le obligaría a observar horrorizado como sus más afines (un Bruto colectivo) se lanzarían a su cuello para despedazarle políticamente.
Un
sujeto así, que tal vez ganó la oposición a Registrador de la
Propiedad gracias a que su padre fue Juez de la causa abierta por el
gigantesco desfalco del aceite de Redondela en los años '60 (quien
quiera entender lo que digo, que se dirija a Google) solamente puede
sobrevivir en un entorno mediocre que le adule y le proteja; y con el
añadido de un entorno meritocrático que le efectúe el trabajo
(Soraya, Moragas, Fernández Díaz, García-Margallo y demás).
En
este último entorno hallaríamos al actualmente deteriorado tándem
de dos animales políticos femeninos que mutuamente no se tragan: la mencionada Soraya Sáenz de
Santamaría y Dolores de Cospedal. Ese odio mutuo (que en el fondo es
consecuencia de la disputa por el poder y por la sucesión) le encanta a Rajoy, que
sabe que las luchas por el poder debilitan a las guerreras y él
conserva el poder real y la información global.
Soraya
y Dolores. Dos expresiones primigenias de casta pura, sendas
ganadoras de la oposición a Abogado del Estado a edades en las que
dudo que se enterasen de algo entre lo que memorizaron. Soraya más
fina y lista, ha sabido crearse un sub-entorno (el clan de los
Sorayos), que acrecienta su poder y lo ramifica hasta lugares insospechados. De Cospedal, extremadamente
agresiva e intimidatoria, se sabe perdedora. Tuvo la desgracia de tener que poner la
proa al Tesorero Luis Bárcenas y al entorno corrupto que pululaba a
la vera del PP, en unos momentos en que el Rey Pasmado hacía
ver que no se enteraba; este trabajo sucio le ha ganado caer en
desgracia, pues desde hace unos meses su cargo está rodeado de
varios secantes (los Vice-Secretarios Generales). Así pues: Soraya y De
Cospedal, dos fabricantes de soluciones en el
Gobierno y en el Partido, respectivamente.
No
me refiero a los casos de corrupción que parecen asociados a la
responsabilidad del PP. Parece se va demostrando que muchos sujetos entraron
en sus estructuras "para forrarse". Como es altamente
agotador explicar las andanzas de los casos Gürtel, Púnica y otros
muchos del entorno PP, remito al lector a los Blogs de Ernesto
Ekaizer, Ramón García Cotarelo y "Los Genoveses"
(www.losgenoveses.net), que es el más veterano, con una ingente
cantidad de información personal y política de decenas de cargos
del PP; una joya, vamos).
¿España puede prescindir de un partido conservador que sea exigente, correcto y honrado, dentro de su ideología?. En absoluto. Pero al PP le conviene estar al menos ocho años en la oposición y tener mucha paciencia. Lo digo porque en España la derecha se considera a sí misma como la facción legitimada naturalmente para gobernar, como consecuencia directa del franquismo.
Su conducta en la oposición es nefasta. En el gobierno, es prepotente y arbitraria. Le toca exudar los malos humores que lleva encima, dejar atrás el aznarismo y cualquier protectorado ideológico del estilo FAES; renovando totalmente el cartel de figuras. Los cargos jóvenes del PP actuales no tienen talla y siguen obedientemente la estela de sus mayores, no demuestran tener pensamiento propio. Fuera también.
Desde luego por muchas razones no considero a Ciudadanos un partido que pueda adoptar el papel de partido conservador principal. No tiene ni cuadros formados ni autoridad moral. Pero esa ya es otra historia.
¿España puede prescindir de un partido conservador que sea exigente, correcto y honrado, dentro de su ideología?. En absoluto. Pero al PP le conviene estar al menos ocho años en la oposición y tener mucha paciencia. Lo digo porque en España la derecha se considera a sí misma como la facción legitimada naturalmente para gobernar, como consecuencia directa del franquismo.
Su conducta en la oposición es nefasta. En el gobierno, es prepotente y arbitraria. Le toca exudar los malos humores que lleva encima, dejar atrás el aznarismo y cualquier protectorado ideológico del estilo FAES; renovando totalmente el cartel de figuras. Los cargos jóvenes del PP actuales no tienen talla y siguen obedientemente la estela de sus mayores, no demuestran tener pensamiento propio. Fuera también.
Desde luego por muchas razones no considero a Ciudadanos un partido que pueda adoptar el papel de partido conservador principal. No tiene ni cuadros formados ni autoridad moral. Pero esa ya es otra historia.
3. ANÁLISIS SOMERO DE LOS PARTIDOS DE LA VIEJA POLÍTICA. (II) EL PSOE
Por
lo que se refiere al PSOE, en la actualidad perfectamente podría
reconvertir sus siglas a PE (Partido Español) y no pasaría nada. Pienso que ya
no es: ni Socialista ni Obrero. Sus dirigentes y cuadros medios, tras
treinta y ocho años de gobierno o de oposición, son casta
pura.
Haré
licencia al lector de las andanzas de los sevillanos Felipe González y Alfonso Guerra,
absolutamente complementarios en carácter y forma de operar. Las
podas salvajes de ideología en el PSOE las tuvieron que aplicar, incluso antes
de mandar en el Gobierno de España formado por el PSOE en octubre de 1982. Tuvo que asumirlas Felipe González, pues se las
ordenaban desde Washington (primero, abandono del marxismo; luego,
entrada de España en la OTAN); y lo que no consiguieron del PSOE con hiel, lo obtuvieron con la miel del dinero de las fundaciones
del SPD alemán, que acabaron de dulcificar el carácter del PSOE y
convirtieron a este partido en un gato de angora político, algo
díscolo pero controlable.
Excepto
en la puesta en práctica de algunas políticas progresistas de tipo
social -la única salida a efectos de imagen, perseverada por un mentalmente liviano Zapatero- el núcleo dirigente que tiene el PSOE podría haber caído
del lado del PP y no se hubiese extrañado nadie. Ni José Bono ni
otros dirigentes territoriales; ni Boyer, ni Solchaga hubiesen hecho
un mal papel en la derecha política (estos dos últimos por ser unos liberales económicos químicamente puros). A todos les ha unido su jacobinismo
centralista, los tics autoritarios y una visión reaccionaria de la
domeñación de los territorios regionales españoles rebeldes.
Por
supuesto, las características explicadas antes respecto del PP
(ardor simbólico extremo: bandera, patria, himno, Constitución e
Imposibilidad de Romper España, IRE) las asume la mayor parte de los
dirigentes del PSOE, en parte porque no quieren dejar la exclusiva
del patriotismo a la derecha vieja (PP) o a la nueva (Ciudadanos); y
en parte porque posiblemente todos los jerarcas del PP y del PSOE de
una determinada edad, recibieron una Joseantoniana "Formación del Espíritu
Nacional" en academias parecidas. De eso podrían hablar algo, si les apeteciera, tanto Felipe González como José Bono.
El
PSOE, además, tenía una utilidad de la que carecían los jerarcas
del PP: el control de facto de una organización sindical, como la
UGT, especialmente tras la jubilación de Nicolás Redondo, con el
que no se atrevían demasiado mientras mandó.
UGT
y Comisiones siempre del brazo en los últimos 25
años (no fuera a ser que se perdieran en la calle por la noche, :)-)
han conformado un sistema sindical débil (eso sí: peor hubiese sido
sin su concurso) cuyo peso no tiene nada que ver con el de los
sindicatos de confrontación franceses y con el de los sindicatos
reformistas alemanes. Cuando el Sindicato del Metal alemán DGB
estornuda, Europa tiembla. Claro, con una democracia tierna y con una
falta evidente de cultura política de carácter democrático en
España, era difícil pedir mucho más a la actuación de los dos llamados Sindicatos Representativos.
El
panorama quedaría incompleto si no me refiriera a una afición
corruptiva en el PSOE, más selectiva que la del PP, pero también
con fuerte productividad monetaria, para decirlo
delicadamente. Desde la lejana FILESA y las recientes y diversas
tramas de corrupción municipal orquestadas por un Conseguidor en
Catalunya, hasta los macroexpedientes de los ERE's y de los cursos de formación, que se ha llevado
por delante a un Presidente del PSOE (Chaves) y a un Presidente de la Junta de Andalucía (Griñán), hay todo un muestrario interesante.
En
los últimos tiempos, el poder territorial del PSOE ha quedado tan
escorado al Centro-Sudoeste español (Andalucía, Extremadura y ahora
Castilla la Mancha), que actualmente se responsabiliza de las tres
Autonomías más pobres.
La
cultura política del PSOE andaluz es muy singular y prefiero no describirla.
Simplemente comentaré que el irresistible ascenso de Susana Díaz es
un ejemplo de alfombra roja a una dirigente
profesional de la política (nunca ha trabajado en otra cosa), con escasos conocimientos, muy
protegida, con verborrea vasta, basta y contundente que intimida y que da
la cara para que su entorno y su región tengan recursos y
reconocimiento. Una especie de gallina que protege a sus polluelos, pero que no aguantaría ni diez minutos de debate a un dirigente de otro partido con auténtica talla. Tener mucha verborrea no es equivalente a la posibilidad de ganar por KO técnico a un contrario capaz. Y menos de negociar en plano de igualdad un acuerdo razonable con un contrario que sepa de lo que habla.
En
Andalucía y todo el centro-oeste español, tras la transición tenía
que haberse encarado la Reforma Agraria, y no se abordó. Los
partidos de izquierda eran de contextura demasiado tierna y
el poder de la clase dominante -que tiene grandes predios rurales allí- era
(y es) demasiado fuerte. Y para mí ésta es la señal más clara de que en el largo período de democracia formal que llevamos, continúan mandando bajo cuerda los mismos que durante el franquismo.
En
Andalucía no se ha efectuado ninguna revolución industrial. Y eso
se nota muchísimo en el desconocimiento de las reglas de negociación
entre patronos y obreros y en la búsqueda de elementos desencadenantes de una buena industrialización. Hay industria, pero su peso es escaso y
disgregado. La gran reconversión industrial de los '80 se llevó por
delante muchos de los Astilleros de Cádiz.
Quedan: Abengoa -mientras dure- y CASA en Sevilla; Opel no, pues se fue de Cádiz; una buena industria alimentaria basada en el campo; y Málaga-ciudad como Centro de Servicios empresariales de bajo coste (muchas empresas han situado allí centros administrativos y de gestión, buscando sueldos más bajos que en Madrid o en Barcelona). Y una predilección extrema por la construcción y el turismo, lo que equipara a Andalucía con otras partes de España que han seguido la misma vía fácil de generación de renta, casi en plan monocultivo, compartido en el Sur con la agricultura intensiva.
Quedan: Abengoa -mientras dure- y CASA en Sevilla; Opel no, pues se fue de Cádiz; una buena industria alimentaria basada en el campo; y Málaga-ciudad como Centro de Servicios empresariales de bajo coste (muchas empresas han situado allí centros administrativos y de gestión, buscando sueldos más bajos que en Madrid o en Barcelona). Y una predilección extrema por la construcción y el turismo, lo que equipara a Andalucía con otras partes de España que han seguido la misma vía fácil de generación de renta, casi en plan monocultivo, compartido en el Sur con la agricultura intensiva.
La
Junta de Andalucía ha obtenido siempre ventaja en el reparto de los
fondos territoriales de base fiscal, en atención a su manifiesto
subdesarrollo. También Andalucía se ha beneficiado de fuertes
chorros anuales de fondos estructurales europeos, que en los últimos tiempos han disminuido
bastante, al quedar la renta per cápita andaluza por
encima de un promedio de la UE que bajó significativamente con la entrada
masiva de varios países del Este de Europa en la Unión Europea.
En
más de 35 años de democracia, tras la simpática política de un Catedrático de Derecho Administrativo andaluz, que fue nombrado por Suárez Ministro de Administraciones Territoriales (Manuel Clavero
Arévalo, que al principio de la "España de las Autonomías"
logró imponer durante el gobierno de UCD la política de "café
para todos" en el plano territorial) los fondos adicionales
logrados por Andalucía, que ha mejorado bastante su renta per
cápita anual con subvenciones procedentes de otras regiones
más desarrolladas, pienso que no se han invertido bien, pues según
tengo entendido no han servido demasiado para aumentar la formación, iniciar y perseverar en una productiva senda de I+D+i, implantar industria nueva y de futuro
y efectuar inversión pública.
La
obra civil de comunicaciones viarias, mayoritariamente la puso el Gobierno central, con
gran calidad pero a la vez con muy poca ocupación. Los hijos y nietos de andaluces que viven en
Catalunya y van de vacaciones de verano a la tierra de sus mayores,
se enfadan seriamente cuando comparan la calidad de las
infraestructuras gratuitas del Sur, con el estado agónico, anticuado e
intensamente baqueteado de la infraestructura de comunicaciones viarias catalana.
Por
favor, que aquí nadie piense en los fondos gastados en el proceso
independentista catalán, pues demostraría una escasísima cultura
para la valoración de las proporciones económicas de gasto público
global y per cápita, que ningún lector formado se puede
permitir. El repaso de la entrada 115. de este
blog, podría serle útil.
En
el dilema de cuál había de ser la primera línea del AVE, la
elección era: o bien Madrid-Sevilla o bien Madrid-Barcelona. Las
formas normales de enfocar el análisis de prioridades eran de tipo
económico-social y esencialmente se circunscribían a dos. Una:
mejor Madrid-Sevilla primero, para ayudar al desarrollo de una región
subdesarrollada como Andalucía, que además había asumido -o lo iba
a hacer- la Expo-92. Otra: mejor Madrid-Barcelona primero, con una
tasa diferencial adicional muy importante de tráficos y servicios y
por lo tanto, con una tasa de retorno económico y social muy
superior. Barcelona también tenía un gran evento en las mismas
fechas, y mucho más importante que Expo-92: Los Juegos Olímpicos.
Todo
el mundo sabe cuál fue la prioridad aplicada. ¿Criterio? totalmente
político, como saben perfectamente Felipe González y Alfonso
Guerra. Cabe decir también que los edificios de la Expo en Sevilla
son ahora una infraestructura agonizante sin ningún uso. Eso es
inadmisible, pero se tolera.
He
escrito estas frases, pues estoy todavía subyugado por un par de
intervenciones de Susana Díaz, tan demagógicas e ignorantes sobre
Catalunya en plena reciente campaña electoral (después parece que la han callado) que son absolutamente
inadmisibles. Si Susana va a sustituir a Pedro Sánchez -que es un líder
débil, poco cultivado y muy demagógico y con poquísima cintura; en
parte porque no la tiene y en parte por los ominosos límites que le
puso el último Comité Federal del partido y le van recordando continuamente Felipe González y Susana Díaz- lo único que puedo
decir es que la situación territorial española irá a peor; y
Catalunya tendrá un incentivo adicional para irse por la ventana lo
más rápidamente posible.
Hay
que saber cuándo se debe dejar de apretar el gaznate; algunos se
han sentado encima del estómago catalán, para hacerlo de forma más efectiva.
El malestar de cientos de miles de andaluces o de hijos y nietos de
andaluces que viven en Catalunya es tan potente, que la cúpula
política del PSOE en Andalucía -que después de unos meses de desierto
gubernativo manda porque le deja Ciudadanos, tras un humillante trato, obligando a Griñán y a Chaves a entregar el carnet- debería reflexionar con equilibrio.
Sobre Andalucía a mí me resulta de interés la lectura de los post del "corresponsal en Andalucía" del Blog "La Lamentable", Jesús Páez Narváez. Hay alguno, absolutamente demoledor, sobre Susana Díaz, que puede buscarse en esta url:
En el último post del mencionado blog (fechado a final de mayo), Jesús Páez habla de la difícil vida de los andaluces, a causa de las estrecheces económicas, a pesar de la sensación externa de que allí se vive muy bien. Estoy de acuerdo. La situación económica es muy difícil para cientos de miles de familias.
El problema es que actualmente se pagan las consecuencias de una política-cigarra mantenida durante muchos años. Pienso que en su momento no se hizo aplicación de una proporción consumo/inversión que fuera productiva a largo plazo; y este error, conjuntamente con la política manirrota del gobierno central para los fines que le convienen y que no son sociales precisamente, hace que la evolución de la renta andaluza no sea nada favorable. Tampoco lo son las rentas del Mezzoggiorno italiano, el Algarve portugués y las de Grecia, en general. Son demasiados siglos de retraso, como para recuperarlo en una o dos generaciones.
Es un problema global del sur de Europa, para el que hay que buscar soluciones ligadas al emprendimiento y la iniciativa. Y mediante una profunda critica global del angustioso trato a los países más subordinados de la UE por parte del Banco Central Europeo y el Bundesbank. Andalucía debería fijarse más en la cara de Ángela Merkel y menos en la del Presidente de la Generalitat de Catalunya, si quiere buscar un culpable máximo de la situación andaluza. Y más también en la gestión de la propia autonomía y de sus recursos, que es Manifiestamente Mejorable (como se decía de los latifundios) en los días de vino y rosas que ya se acabaron.
Muchos de sus votantes naturales ya han percibido el olor a casta que el PSOE desprende. Es un gran fracaso que los casi 200 diputados que logró el PSOE en 1982, ahora haya de compartirlos con Podemos. La nueva política, por tanto, ha perjudicado mucho más al PSOE que al PP, sencillamente porque los votantes naturales del primero en muchos casos han acabado profundamente decepcionados.
.....
Entre tanto disfrutemos del espectáculo del segundo intento para formar gobierno, y de la explosión de mentiras que en campaña electoral se han dicho y que van a ser fosfatinadas por la realidad posterior. La "solución Monti" puede acabar siendo la única posible, tras dos intentos electorales frustrados seguidos.
Hay pocos Mario Monti en España. Pero si se escoge esta vía, apuesto por mi colega de la Facultad, el actual Presidente del Círculo de Economía de Barcelona, Antón Costas. Tiene conocimientos, autoridad moral, sensibilidad social y capacidad de persuasión y negociación. Y que se callen ya de una puñetera vez los incompetentes y los corruptos. Eso sí: Monti quedó totalmente asqueado; y cuando por responsabilidad personal quiso presentarse a nuevas elecciones y repetir, no le dejaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario