Joaquim-Andreu Monzón Graupera
Universitat de Barcelona
Puede consultarse esta edición por medio del siguiente enlace:
Fuente de la foto:
http://goo.gl/SJc7gX
1. COMENTARIO SOBRE ESTA EDICIÓN
Tal como advertí cuando edité en este blog un comentario sobre la obra de Luis Alberto
Machado "La revolución de la inteligencia" (entrada 232.) de modo
similar cabe decir que el contenido de la obra del Dr. Arsenio Pacios está más
alejado de lo que debería, de los conocimientos medios del profesor
que imparte enseñanzas de tipo más técnico que humanístico.
Dicho más llanamente: a pesar de que en el campo formal y de
eficacia docente nos afecta de lleno, muchas veces los profesores cuyo objeto
material no es la Educación como materia docente e investigadora, solamente
leemos obras de didáctica, pedagogía, metodología y educación cuando revisten
un fin práctico, como por ejemplo, la redacción de un proyecto docente. No
debería ser solo en estos casos, pero hasta donde yo sé, así es.
El campo abarcado en esta obra por el profesor Pacios, se refiere a la forma
del proceso y la transmisión de los conocimientos; y en general, a la dinámica
del cuadrángulo educación-enseñanza-aprendizaje-instrucción; asimismo de
asuntos conexos como la metodología del conocimiento y la lógica, para lograr
la máxima eficacia en el desarrollo los procesos de transmisión de nuestro
conocimiento.
La lectura de esta obra, a pesar de que es de extensión relativamente breve, no
resulta fácil. Pero creo que es muy conveniente para cualquier profesor. Compré
este libro en una librería de viejo y en seguida conecté con sus contenidos
técnicos. De la ideología del autor hablaré al final de la entrada.
Si el profesor necesita conocer perfectamente su materia -y campos
colaterales para darle sentido y alcance- a efectos de la transmisión efectiva
de los conocimientos, es preciso conocer los procedimientos de comunicación
efectiva de éstos.
La obra de Pacios no resuelve plenamente este problema, pero ayuda
bastante a interesarse por esta problemática y anima a iniciar y mantener
mejoras en la dotación pedagógica del profesor. El hecho de ser consciente de
un problema, es el primer paso hacia su solución.
En aras a la agilidad y amenidad en la lectura, he modificado en
algunos casos la redacción de párrafos, pues el profesor Pacios era tributario
de un estilo gongoriano muy culto, pero algo difícil de leer. He eliminado
muchas comas, pasando a encajar las oraciones subordinadas entre paréntesis o
entre guiones y he introducido muchos puntos y aparte que en la obra son puntos
y seguido.
2. LA OBRA
El profesor Pacios explicitaba en las páginas 10 y 11 de la
obra editada en esta entrada del blog, los siguientes extremos:
"En todo estudio hay que adoptar una perspectiva, y una sola, si queremos
abordar el tema de que se trata con un mínimo de coherencia interna y de
lógica. También es obvio que el que aborda ese estudio debe hacerlo desde los
presupuestos fundamentales en que se mueve y de acuerdo con los cuales vive,
siempre que los crea justificados. En el fondo, el estudioso no se sustrae a la
necesidad de contemplar la realidad de acuerdo con su concepción del mundo y de
la vida. Obrar de otro modo no sólo demostraría una total carencia de verdadera
educación intelectual, sino que delataría una peligrosa ruptura en la
estructura de su personalidad. En todo caso no serían de esperar frutos
aceptables de una incoherencia fundamental entre la persona y su concepción del
mundo, y el tratamiento científico que diese a los temas
estudiados".
Por ello -concluye- el punto de partido adoptado en su trabajo y
su orientación a la hora de escribirla es la doctrina filosófica y religiosa
tradicional, la aristotélico-tomista. Eso sí: declara que no sería totalmente
sincero si no admitiera que con frecuencia su punto de vista está teñido por
una actitud "no solo espiritualista, sino positivamente religiosa".
Cuando leí la obra me fijé en los aspectos más técnicos, dejando de lado -en lo
posible- los ideológicos. Siempre hay que procurar aprender del que sabe sobre
un tema, orillando los aspectos en los que no hay concordancia de pensamiento,
salvo que específicamente se trate de confrontar el propio con el
del autor, en busca de su pulimento o refrendo.
Recuerdo el acento que
el profesor Pacios realizaba sobre la necesidad de que el discente aplique
altas dosis de concentración y de persistencia en su propio aprendizaje, para
que éste sea efectivo. Con este acento estoy totalmente de acuerdo, tanto si se
tilda como un enfoque progresista como si se hace como reaccionario (más bien
actualmente lo segundo).
Dicho de otro modo:
milagros, no hay. Tal vez en la presente época en la que lo inmediato y
superficial predomina sobre lo duradero y profundo, en la que parece que hay
que liberar al educando de cualquier esfuerzo para conseguir un resultado, no
sea popular lo que dice el profesor Pacios. Pues lo siento. Ni que Pacios sea
aristotélico-tomista y de pensamiento reaccionario: en esto estoy totalmente de
acuerdo con él. Y eso que nuestro autor no tuvo que lidiar en las clases con
desconcentraciones mentales sistemáticas, basadas en los teléfonos móviles y en las
tablets, ni con googlelizaciones diversas, ni con WhatsApp ni Facebook, ni con
Messenger ni Instagram...
3. EL AUTOR
Sobre el Dr. Arsenio Pacios López existe poca información en
Internet. Por ejemplo, la foto que aportamos es la única que hemos hallado; procede de la toma de posesión de su sucesor en la estructura del Ministerio de Educación como Inspector General de Enseñanza Media. El Dr. Pacios nació en 1911 y falleció en 2001, a los 90 años de edad.
Según leemos en la
página web "Pedagogos españoles del siglo XX" fue un pedagogo leonés
de orientación católica, profesor, Inspector central de Enseñanza Media y
Catedrático de Didáctica de la Universidad Complutense de Madrid. Sus obras
principales: "Ontología de la educación", "Filosofía de la
Educación" y la obra que es objeto de la presente entrada, "Introducción
a la Didáctica". En resumen, uno de los referentes principales de la
Universidad española en la época franquista.
Según el profesor José Joaquín Arrieta de la Universidad de Oviedo, el Dr.
Pacios ganó la primera Cátedra de Didáctica en la Universidad española (dotada
en la Universidad Complutense de Madrid) y tomó posesión en 1950. Fue discípulo
de Víctor García de la Hoz, padre de la pedagogía franquista.
Arsenio Pacios fue el primer Doctor en Filosofía y Letras (Sección de
Pedagogía) de la Universidad española. En 1944 ocupó la cátedra de Pedagogía
Experimental y Diferencial en la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad de Madrid. Fue director del Instituto de Pedagogía del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (C.S.I.C.), hasta 1981.
4. LA APORTACIÓN DE ARSENIO PACIOS A LA MODERNIZACIÓN DE LA ENSEÑANZA MEDIA ESPAÑOLA
Angel Lorente Lorente, en la revista de pedagogía "Bordón", publicó en 2006
un artículo titulado "Arsenio Pacios López y los primeros inspectores de
enseñanza media del Estado" en cuyo abstract se lee: "Hace cincuenta años [en
los '50] tomaron posesión de sus destinos los primeros inspectores del Cuerpo
de Inspectores Enseñanza Media de España.
"Con este artículo se pretende reconstruir el contexto
histórico, educativo y pedagógico en el que surgió la Inspección de
Bachillerato en una etapa en la que el régimen franquista se propuso modernizar
el sistema educativo vigente, y se exponen las primeras actuaciones
profesionales de una nueva Inspección, creada al amparo de una Ley que reformó
la Enseñanza Media en 1953".
"En esta primera promoción de inspectores destacó don Arsenio
Pacios López, inspector general de Bachillerato y primer catedrático de
Didáctica de la universidad española. Su polifacética figura pone de relieve la
relación que hubo entre la pedagogía oficial de la época, la recién creada
Inspección de Enseñanza Media y los intentos por modernizar los Institutos y
acometer la formación pedagógica del profesorado de Bachillerato".
Por otra parte, en 2011 apareció la "Historia de la Enseñanza Media de Aragón", que puede consultarse aquí:
257. b. http://goo.gl/GkURvj
En dicha obra se publicó por parte del mismo autor el artículo: “El papel de la inspección de educación en la
extensión de la Enseñanza Media y en la mejora de los Institutos antes de la LGE
de 1970”, pág. 673-692. En él, Ángel Lorente escribió:
"El primer inspector general de Enseñanza Media [En España] fue don Francisco Poggio
Mesorama (1955-1956) pero pronto dejó el puesto y el entonces director general,
Lorenzo Vilas, no dudó en llamar a don Arsenio Pacios López, para ocupar
el puesto de inspector general de Bachillerato, cargo que ocuparía entre
1956 y 1965. Este nombramiento fue muy importante para el papel que iba a
jugar la Inspección en la modernización del Bachillerato, como expondremos
en la tercera parte de esta Comunicación". Y sigue:
"En efecto, en la primera promoción
de 1955 hubo una serie de inspectores que marcarán su impronta en la
Inspección de Enseñanza Media en los años sucesivos, pero, sin duda, brilló
con luz propia don Arsenio Pacios López por su lúcida visión de lo que tenía
que ser esta nueva Inspección. Fueron muy valiosas sus
aportaciones en las reuniones de los inspectores-jefes de distrito universitario
en Madrid, según testimonia el inspector de la primera promoción, Fernández Aguilar.
Por eso, en otro lugar (Lorente, 2006 [artículo ya citado más arriba aparecido en la revista Bordón]) nos hemos ocupado de cómo
dejó Pacios su impronta en la recién creada Inspección de Bachillerato, al integrar
en su trayectoria las facetas de docente (maestro de primaria, catedrático
de Filosofía de Enseñanza Media y profesor de Escuela Normal de Magisterio),
inspector, pedagogo, investigador y posteriormente, primer catedrático de
Didáctica de la universidad española".
5. IDEOLOGÍA POLÍTICA DEL PROFESOR PACIOS
Valoro la ideología del profesor Pacios como muy conservadora, aunque para su época, Lorente destacó su capacidad renovadora y actualizadora de los arcaicos sistemas educativos de España. Probablemente fue más progresista en la Didáctica que en sus ideas políticas. Una muestra: Según indica el antes
mencionado profesor Arrieta, a pesar de la libertad de voto que otorgó a los
fieles de la Iglesia Católica, la Comisión Permanente de la Conferencia
Episcopal Española firmó un manifiesto contra la promulgación de la
Constitución Española de 1978, pidiendo el voto negativo en el referéndum (conjuntamente
con -entre otros- su mentor Víctor García de la Hoz) "por no haber en
ella el reconocimiento explícito de la autoridad de Dios como referente de la
norma jurídica". El manifiesto acusaba al proyecto de Constitución
Española de 1978 de "propalar el totalitarismo laico".
Como el lector puede comprender, he obtenido la información de
contexto que aporto en esta entrada, después de leer el libro en su día y de
preparar la edición para el blog.
La ideología de Pacios y la mía están a años-luz. Pero no
considero que este hecho sea óbice para guardarme bajo el brazo esta entrada al
blog. Primero, porque los años me han hecho ser más tolerante con la ideología
de los demás, siempre que, conociéndola, pueda descontarla de las conclusiones
de cada aportación que esté bajo análisis, si ésta tiene valor técnico.
Por otra
parte y volviendo al profesor Pacios, cuando releo de nuevo la edición y la
selección de párrafos que realicé, veo que más bien se orienta a cuestiones
definitorias, taxonómicas y metodológicas y no a aspectos ideológicos, que
ahora observo que soslayé. Por ello he decidido finalmente publicar esta entrada.
6. LA DIDÁCTICA Y LA PEDAGOGÍA EN LA TRANSICIÓN Y LA DEMOCRACIA
A quien le resulte de interés qué vida llevó la didáctica y la pedagogía en España, en manos de los herederos intelectuales de los pedagogos del franquismo (como Pacios), le puede resultar de interés una amplia entrevista publicada en la revista Con-Ciencia Social con el profesor Ángel I. Pérez Gómez, que puede hallarse aquí:
257. c. https://goo.gl/ZoJAU9
Pérez Gómez fue contratado como joven PNN (Profesor no Numerario) en la Complutense de Madrid por el maestro de Pacios, el ya mencionado antes Víctor García de la Hoz, en la época del indescriptible ministro de Educación nombrado por Carrero Blanco en junio de 1973, Julio Rodríguez Martínez(1) quien implantó el llamado jocosamente "Calendario Juliano" (hubo solo una edición, durante el curso de 1974, pensado para finalizar en diciembre de aquél año, pero que acabó en junio. Y además en la Universidad el nuevo calendario solo se implantó en el primer curso de la Universidad); un hipotético curso académico de enero a diciembre, contrario a toda normalización internacional. Para que luego digan que los españoles están reñidos con la innovación... :)
Bien, pues el profesor Pérez Gómez explica que el profesor Víctor García de la Hoz no le renovó el contrato (probablemente por sus tendencias políticas), pero pocos meses después, él y otros jóvenes profesores como Pepe Gimeno, fueron renovados por la Universidad, gracias a las propias disfunciones provocadas por el calendario juliano.
Según afirma el profesor Pérez Gómez, el panorama de la pedagogía en España durante el franquismo fue un auténtico desierto. Parece que este profesor realizó un periplo por diversas universidades españolas (entre ellas Valencia y Barcelona) tras su doble licenciatura en 1971 y no halló nada de interés. "Halló la luz" en un viaje durante 1976, al Instituto de Educación de Londres.
Recomiendo esta entrevista, ya que de un modo descriptivo-histórico y desde una perspectiva personal, cubre el hueco entre la pedagogía que representaban García de la Hoz y Pacios, y un determinado prisma de la transición española y de la situación actual.
_____________
(1) Julio Rodríguez Martínez ascendió a tan alta jerarquía, puesto que (según parece) a Franco, como Ministro de este sufrido ramo, le recomendaron al profesor Luis Sánchez-Agesta; pero, o se le olvidó finalmente el apellido (Sánchez... Rodríguez... tanto da), o Carrero Blanco, quien formaba Gobierno, hizo un cambiazo en el último momento... cuando el motorista franquista entregó la misiva al susodicho personaje nombrándole, ya era demasiado tarde. Tras la muerte de Carrero Blanco en un atentado el 20 de diciembre de 1973, Julio Rodríguez Martínez fue cesado el 3 de enero de 1974. Mientras tanto, los estudiantes tuvieron, no tres, sino seis meses de vacaciones. Le sucedió en el cargo Cruz Martínez Esteruelas, tan miembro del Opus Dei como Julio Rodríguez Martínez...