Joaquim-Andreu Monzón Graupera
Universitat de Barcelona
EDICIÓN
Puede consultarse el documento mencionado en el título, mediante el enlace siguiente:
Dicho documento recoge algunos párrafos que me interesaron de una de sus obras, por lo que no puede considerarse en absoluto representativo de la aportación global del profesor John Desmond Bernal cuya obra fue de una vastedad torrencial; más que por el volumen, por la amplitud de los temas que trató (historia, historia de la ciencia, ciencia e industria, estudio del marxismo, filosofía de la ciencia, sociología, física, cristalografía, química, biología, ensayo, etc.).
Del artículo "El marxismo de los años treinta" escrito por José María Laso Prieto, cuyo enlace se aportará después, me ha parecido interesante la extracción de algunos párrafos que ayudan muy bien a situar el papel de "La libertad de la necesidad" (ayudándose de la opinión de Daniel Lacalle) en la obra global de Bernal y también en el contexto de los estudios marxistas europeos:
“Cuando, en 1970, tuve la
oportunidad de leer la Historia Social de la Ciencia, del profesor John D.
Bernal, me produjo una gran impresión que reforzó la imagen muy favorable que
tenía de los marxistas británicos de la década del 30" […]
Más tarde, leí la obra “La
libertad de la necesidad”, también de John D. Bernal, en cuya nota previa a la
edición en español, precisa muy bien Daniel Lacalle: “La libertad de la
necesidad, se compone de una serie de artículos en revistas especializadas y de
divulgación, conferencias, charlas radiofónicas y contribuciones a simposios,
escritos por el profesor John Desmond Bernal entre 1929 y 1947, si bien la
mayoría corresponden a la época 1939-1947.
Es decir, cubren la omnicomprensiva
labor de investigación, divulgación y militancia que van desde la preparación
de "La función social de la ciencia" (primera edición en 1939), probablemente el
más importante estudio global del tema, no solamente cuando apareció, que
supuso un giro copernicano en el enfoque de las relaciones entre la ciencia y
la sociedad, incluso hoy en día, en 1975, hasta el comienzo de sus estudios
sobre la historia de la ciencia, que culminaron con la monumental e inigualada "Historia social de la ciencia”.
“En este
aspecto, “La libertad de la necesidad”, cuidadosamente seleccionada, preparada
y corregida por el propio profesor Bernal para su publicación, marca
perfectamente la génesis de las dos obras citadas, así como la transición de
una a otra y, por lo tanto, aparece como una pieza fundamental para la
comprensión de las interacciones ciencia-técnica-sociedad a lo largo de la
historia” .
AUTOR
John Desmond Bernal nació en Irlanda en 1901. La familia de su padre era de origen judío sefardí. John se nacionalizó inglés y murió en Londres en 1971. Estudió en Cambridge (ingresó en Emmanuel College con una beca, a los 18 años) se licenció en Matemáticas y Ciencias a los 21 y se especializó en Ciencias Naturales. Su conocimiento enciclopédico ya le valió en Cambridge el sobrenombre de "El Sabio". Sin más. Trabajó en los Laboratorios Davy-Faraday (1923-27), efectuando estudios de postgrado bajo la supervisión del Premio Nobel de Química de 1915, Sir William H. Bragg. Obtuvo un máster y el doctorado.
Logró la plaza de Lector de Cristalografía estructural en la Universidad de Cambridge en 1927, siendo nombrado Director Adjunto de Investigación en Cristalografía en 1934 en la misma Universidad.
Sir William H. Bragg Fuente de la foto: https://goo.gl/Gu7waB
En 1924 en los Laboratorios Davy-Faraday, Bernal había determinado la estructura molecular del grafito. Los miembros de sus grupos de investigación (primero en Londres y luego en Cambridge) obtuvieron varios años después algunos Premios Nobel en Física y Química (por ejemplo su discípula y luego coautora, Dorothy Crowfoot-Hodgkin, pero también Max Perutz, Aaron Klug, Rosalid Franklin, John Kendrew, Francis Crick, James Watson, Maurice Wilkins, etc.) por investigaciones en Cristalografía y en biología molecular, incluída la determinación de la estructura del ADN).
En total unos 10 premios Nobel adicionales, otorgados a científicos que continuaron o culminaron empíricamente las investigaciones que había empezado Bernal. Premio Nobel que también pudo haberlo obtenido él mismo, si no hubiese sido por "un pequeño detalle" que se explica más adelante.
Véase un interesante comentario sobre la aportación de su discípula: "Dorothy C. Hodgkin, científica excepcional":
443. b. https://goo.gl/tRKZKX
El autor de este interesante post, Bernardo Herradón, escribe: "Bernal está
considerado como uno de los científicos británicos más brillantes del siglo XX.
Un científico capaz de trabajar en múltiples temas. Durante su estancia en el
grupo de Bernal, Dorothy Crowfoot aprendió que no hay fronteras entre las
ciencias, que se puede realizar una investigación entre la química, la
bioquímica, la física y la cristalografía".
Crowfoot, tras leer su tesis en 1934, se estableció en Oxford y realizó importantes investigaciones sobre la insulina, entre otros campos. Véase la siguiente imagen, tomada del post mencionado del prof. Herradón, del CSIC:
También es útil leer la siguiente ficha sobre la aportación de la profesora Crowfoot:
443. c. https://goo.gl/bR3hkW
Recomiendo leer la sucinta y bien escrita página que en Wikipedia se dedica al profesor John D. Bernal en castellano, así como la página Vikipèdia en catalán, enfocada de forma distinta, pero asimismo correcta. De todos modos, tiene mucho más detalle la página Wikipedia en inglés, que merece ser leída con mucha atención por los interesados en la obra de Bernal:
443. d. https://goo.gl/VNs3zs
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No desde el punto de vista docente, sino en el de dedicación y escritura, Bernal fue el típico caso del científico especializado en su juventud, que progresivamente va ampliando el foco de sus intereses de estudio. Digo típico caso, pero es poco frecuente hacer esta evolución con éxito: se requieren demasiadas dotes intelectuales para abordar una tarea científica tan exigente. Del profesor Bernal podemos decir que insistió en esta línea, hasta convertirse en una especie de Hombre del Renacimiento de su época.
El "pequeño detalle" que hemos mencionado más arriba como impedimento para lograr el Premio Nobel, fue su decidida adscripción comunista. Militó en el Partido Comunista de Inglaterra de 1923 a 1933. Según su biógrafo Maurice Goldsmith, Bernal dejó de militar porque "se le olvidó pagar la cuota".
Pero no por ello Bernal dejó de ser marxista. Muchos conocedores de la trayectoria de Bernal acuerdan que su adscripción política fue el motivo de que se le negara siempre el Premio Nobel. Perteneció a un selecto grupo de científicos naturales y sociales marxistas británicos de alto nivel, como el biólogo evolutivo John S. B. Haldane, el novelista Aldous Huxley y el economista Maurice Dobb. Desde luego, aparte de Sabio, podemos destacar que Bernal fue un auténtico visionario (en el sentido anglosajón) y un pacifista. Y tanto el ejército británico como el alemán le reconocieron como un estratega militar de primerísimo orden, sin ser militar (lo que suponía un mérito enorme...).
No consigno la portada de la biografía escrita por Goldsmith, pero sí me refiero a la biografía descargable en Kindle escrita por Andrew Brown: "J. D. Bernal: The Sage of Science", de 2005. La parte que se puede leer gratis, ya demuestra que es una obra muy interesante:
443. e. https://goo.gl/ddwxEq
Dos muestras de la genialidad de Bernal. Más adelante se exponen tres más:
i) En 1929 propuso la "Esfera de Bernal" (una especie de asteroide hueco de 16 km. de diámetro, capaz de contener 30.000 personas, que se usaría como "hogar de larga duración en misiones de colonización del espacio"). La aplicación directa realista de la Esfera de Bernal, fue la construcción de estaciones espaciales orbitales, que ya no son ciencia-ficción, sino realidades.
ii) Durante la II Guerra Mundial fue uno de los principales expertos británicos en Operations Research (campo del conocimiento teórico-aplicado que exige el uso de las matemáticas para ayudar a la toma de decisiones; en este caso, bélicas). Bernal reunía todas las cualidades para serlo: visión estratégica, pensamiento global, dominio absoluto de las matemáticas y del pensamiento racional...
Al acabar la Segunda Guerra Mundial, volvió en 1945 al Laboratorio Davy-Faraday hasta 1948, año en el que ingresó en el recién creado Biomolecular Research Laboratory, en Torrington Square, Londres.
Su vinculación universitaria posterior a la época de Cambridge, se centró en el Birkbeck College de la Universidad de Londres, donde Bernal se desempeñó como Catedrático de Física desde 1937 a 1963 y Catedrático de Cristalografía desde 1963 a 1968, año en que se jubiló. Parece ser que su iconoclastia, el largo y desordenado cabello que lucía y su adscripción marxista no le permitieron ser nombrado "Fellow" en la Universidad en la que estudió, Cambridge. De todos modos, él necesitaba concentrar en Londres sus actividades docente (Birkbeck...) y científica (laboratorios..).
Es muy curioso que Bernal explicara largos años y acabara su carrera explicando Cristalografía, una subrama de ciencia especializada en la que había investigado hondamente en su etapa inicial como científico, teniendo en cuenta que su compás de intereses científicos e investigadores se había abierto cada vez más.
En cuestiones más logísticas y operativas, también le encontramos en primera línea del frente:
iii) La tercera muestra de genialidad de Bernal: fue uno de los autores de los puertos prefabricados "Mulberry" para instrumentar durante la Segunda Guerra Mundial el desembarco de los aliados en Normandía, al que Bernal colaboró decisivamente, dado su profundo conocimiento de la zona. Era civil y marxista (por lo que debió aguantar una desconfianza total del poder y del stablishment, más profunda si cabe por conjugarse en su persona las cualidades de sabio y de heterodoxo político).
iv) Cuarta muestra de genialidad: El Ejército inglés necesitaba usar de forma ágil sus conocimientos. Por ello hubo de ser nombrado Comandante militar, para que su dominio del terreno en el que se efectuó el desembarco contra los nazis tuviese inmediata aplicación. No era geólogo, pero se hizo con el conocimiento acelerado necesario de Geología para efectuar un estudio profundo de la zona. Como ahora dirían nuestros jóvenes: sencillamente, era un "crack".
La aversión general inglesa hacia el comunismo era de tal magnitud, y los servicios de Inteligencia británicos eran tan cuadriculados, que se dio la siguiente situación estrambótica, recogida en la publicación de ECYT-AR consultable en la útil entrada 443. f. (negrita añadida):
"Imbecility Service"
"En uno de los momentos más cruciales de su historia, ante la inminencia de un colapso, desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña movilizó toda su inteligencia. Bernal fue incorporado como asesor directo de Lord Mountbatten, autoridad máxima del almirantazgo británico. En un determinado momento, para completar una de las valiosas investigaciones fundamentales para la defensa frente al arrollador avance germánico, Bernal solicitó a su jefe que se le adscribiera a un joven colaborador que había trabajado con él en la Universidad de Londres. El tiempo pasaba y el joven no llegaba... Bernal protestó y Lord Mountbatten hizo suya la protesta: reclamó enérgicamente ante el Intelligence Service, que aparecía como la instancia que se oponía inflexiblemente a la designación solicitada. Lord Mountbatten exigió razones en forma perentoria y la explicación que le dieron fue que si bien el joven investigador no tenía ninguna mancha en su expediente, desde el punto de vista de la seguridad nacional había un punto oscuro en su hoja en cuanto había sido, en tiempos de paz, colaborador de un peligroso profesor comunista, J. D. Bernal. La anécdota muestra cómo el Intelligence Service puede devenir en un Imbecility Service, aún en latitudes menos proclives a tales degeneraciones que la nuestra".
Bernal fue miembro fundador del World Peace Council, del que fue presidente 7 años, hasta 1965. También obtuvo el Premio Lenin en 1953. Ya desde 1937 era Fellow de la Royal Society de Londres, un reconocimiento inusual para alguien tal joven (36 años). Tuvo tantas distinciones, que la lista aburriría al más animoso.
OBRA
John Desmond Bernal es autor de conceptos muy reveladores, como el antónimo natural de la palabra "Philosophy": "filosofía": "Phobosophy", es decir, "antifilosofía", "miedo al conocimiento", o "temor al pensamiento abstracto". Dicha aportación la realizó en la obra que aquí hemos tomado para editar ("La Libertad de la Necesidad", en su tomo 2, pág. 392, de la edición inglesa de 1949). Cuando veo a cada vez más gente jactarse de saber pocas cosas o nada (buscando el aplauso de su público inmediato) como si dicha deplorable situación fuera un adorno positivo de su persona, más razón le doy a John Desmond Bernal.
Una relación de la producción literaria y científica de tipo histórico y metodológico de Bernal, es la que sigue (he señalado en negrita las obras que me parecen más importantes):
The World, the Flesh & the Devil: An Enquiry
into the Future of the Three Enemies of the Rational Soul (1929).
Aspects of Dialectical Materialism (1934) con E. F. Carritt, Ralph Fox, Hyman Levy, John Macmurray y,
R. Page Arnot.
The Social Function of Science (1939). "La función social de la ciencia", 1967.
Science and the Humanities (1946)
(panfleto).
The Freedom of Necessity (1949). "La libertad de la necesidad", 1975
The Physical Basis of Life (1951).
Marx and Science (1952)
Marxism Today Series N° 9.
Science and Industry in the Nineteenth Century (1953).
Science in
History (1954),
en 4 volúmenes. Editado en castellano como Historia social de la ciencia, en 2 volúmenes, tanto en Barcelona como en México.
World without War (1958).
A Prospect of Peace (1960).
Need There Be Need? (1960)
(folleto).
The Origin of Life (1967).
Emergence of Science (1971).
The Extension of Man. A History of Physics before
1900 (1972).
On History (1980)
conjuntamente con Fernand Braudel.
Engels and Science,
folleto publicado en la revista Labour Monthly.
After Twenty-five Years.
Peace to the World,
folleto del British Peace Committee.
La fuente de esta información bibliográfica -y de otras varias, muy interesantes, por lo que se recomienda vivamente su lectura- es la página dedicada a Bernal en ECYT-AR (Enciclopedia de Ciencias y Tecnologías de Argentina). Uno de sus apartados es "Bernal, según Daniel Goldstein":
443. f. https://goo.gl/GwLH4f
A continuación comentaré algunas de las obras de Bernal. La primera de ellas, es la que dio lugar a la quinta genialidad detectada en las aportaciones de este autor.
v) Su primer gran ensayo (publicado en 1929) fue un opúsculo de unas 40 páginas titulado "The World, the Flesh and the Devil: an Inquiry into the Future of the Three Enemics of Rational Soul". Parece ser que se trata del escrito que -en proporción- ha generado más ideas para relatos posteriores de ciencia ficción. El autor de "2001, una odisea del espacio" (Arthur C. Clarke) quedó hechizado por el torrente de ideas que, generadas por Bernal, consideró aprovechables para la literatura de ciencia-ficción.
Por ejemplo, para el film dirigido en 1968 por Stanley Kubrick, Oscar Miguélez en un post denominado "John D. Bernal, científico y comunista" de 2014, indica que Clarke tomó de Bernal la idea del monolito negro (de hecho en la película salen 4 monolitos...) monolito de dimensiones {fondo, ancho, alto} proporcionales al cuadrado de cada uno de los 3 primeros números naturales (1, 2, 3 ---> 1, 4, 9) que simboliza la existencia de una civilización extraterrestre superior, o de la Razón, o de Dios.... o cualquiera sabe. Esta capacidad para poner bases creíbles para la imaginación de la historia del futuro (no es otra cosa la literatura de ciencia-ficción) para mí fue la quinta muestra de genialidad de Bernal.
Dicho primer gran ensayo que Bernal publicó con 28 años, puede consultarse aquí:
443. g. https://goo.gl/xSQg8t
A partir de este opúsculo se escribió un guión sobre el que se filmó una película, muchos años después, en 1959:
443. h. https://goo.gl/u9y9i3
Y, ya que hemos abierto el camino dialéctico de la película de Kubrick "2001..." indicaré que hay un artículo publicado en la revista "Jot Down" escrito magníficamente por Emilio de Gorgot en 2014, mediante el que este especialista explicó a los que nunca hemos entendido del todo la película "2001..." las claves del argumento, a partir de la ayuda de la novela que Arthur C. Clarke escribió tras rodarse y presentarse la película (título del documento: "2001: una odisea del espacio, explicada paso a paso"). Véase aquí:
443. i. https://goo.gl/wj7wrt
__________________
Antes de que empezara la Segunda Guerra Mundial, Bernal publicó "The social function of Science" (1939), obra que se ha calificado como "posiblemente, el primer texto de filosofía de la ciencia nunca escrito". En 1967 se publicó por Ediciones Península su versión castellana ("La función social de la Ciencia") con traducción a cargo de Juan-Ramón Capella, excelente profesor del área de Derecho en el grupo del profesor Manuel Sacristán Luzón y discípulo de éste. A continuación la portada de una reedición inglesa de 2010:
La obra original entera en inglés (editada en 1939 por George Rouledge & Sons, Londres) según la quinta reimpresión de 1946, puede hallarse usando el enlace siguiente:
443. j. https://goo.gl/EhDCAi
"The social function..." fue -y continúa siendo- una obra importantísima. Es "Ciencia sobre la Ciencia". Bernal la dividió en dos grandes partes: "Lo que hace la ciencia", y "Lo que la ciencia podría hacer" (clásica separación de enfoques descriptivo y normativo, como puede verse). En la parte normativa, la más creativa y novedosa, Bernal estudió sucesivamente: "La formación del científico", "la reorganización de la investigación", "la comunicación científica", "las finanzas de la ciencia", "la estrategia del avance científico", "la ciencia al servicio del hombre", "la ciencia y la transformación social" y "la función social de la ciencia".
Esta obra fue un terremoto intelectual en su época, pues subvirtió la visión de la investigación científica como obra de algún científico trabajando en solitario para buscar el conocimiento de forma individual y abstracta, en favor de la idea moderna de la investigación científica como actividad organizada y social que ha de ser tutelada, planificada y financiada por los organismos públicos, si se quiere que la investigación llegue a ser un bien social.
Su biógrafo Andrew Brown comenta que con la obra mencionada Bernal reconoció la importancia del grupo científico para el avance de la Ciencia, en detrimento del trabajo del científico individual. Además, Bernal creía que la Ciencia debía avanzar para mejorar la vida de las personas (en su opinión, el principal agente de cambio de la sociedad) y que hay mucho que hacer para optimizar las formas organizativas de la Ciencia.
El profesor Bernal propuso soluciones para hacer más eficaz la comunicación científica, la evaluación y el archivo de los diferentes hallazgos científicos. No era partidario de la publicación de artículos en revistas científicas, sino en Repositorios controlados públicamente, mediante microfotografías.
Bernal lamentó claramente que en épocas de preguerra o de guerra (y siempre hay alguna guerra futura en el horizonte...) los avances científicos se exigían en primer término para crear mayores coeficientes de destrucción, al objeto de vencer al enemigo.
Reconocía que la Guerra Mundial (a la que el Reino Unido se vería abocado en 1939) provocaría exigencias militares que acelerarían la tasa de innovación, en forma directa por el compromiso financiero que significaba; e indirectamente, por la prima a la innovación que reportaba enfrentarse al enemigo con artilugios bélicos no sospechados antes. Que luego los avances científicos obtenidos a presión mediante recursos militares mejoraran la vida de las personas tras el conflicto bélico, no consolaba demasiado a Bernal.
Según indica Daniel Goldstein en su ya citado magnífico documento, "Bernal desnudó ante el mundo el carácter medieval de la estructuración de la actividad científica". También denunció "las monstruosidades ecológicas resultantes de la falta de planificación industrial y agraria".
Y el tercer punto importante que resalta Goldstein de la obra de Bernal fechada en 1939, es que "los problemas materiales del mundo pueden ser resueltos por la Ciencia, pero los factores que impiden el desarrollo racional de las soluciones científicas, son de orden extracienfífico (políticos, sociales y psicológicos, entre otros) y no técnicos en el sentido material. En un siglo en que todo es físicamente posible -sostenía Bernal- la política se convierte en el arte de encontrar razones para no hacerlo. La aplicación adecuada de la ciencia -concluía- para resolver los problemas humanos, requiere primero un sistema social adecuado".
Probablemente casi 80 años después, no podríamos estar de acuerdo del todo con Bernal. Pienso que actualmente las limitaciones de la tecnología a costes moderados son más que evidentes, en un mundo que ha saturado sus posibilidades, entre ellas las derivadas del destrozo del medio ambiente, fenómeno que no creo que Bernal hubiera predicho con claridad.
Por último, creo que es de mucho interés la breve retrospectiva escrita por Roger Pielke Jr., al cumplirse el 75º aniversario de la publicación de esta obra de Bernal, en 2014. Obliga a reevaluar si las ideas de Bernal pueden considerarse vigentes 75 años después. Se trata de un documento muy corto. En él se discute sobre la rivalidad y la diferencia de ideas entre John Bernal y Michael Polanyi, un químico húngaro de enorme nivel con el que el primero polemizó varias veces, dado que Bernal representaba la visión ortodoxa soviética y Polanyi estaba totalmente distanciado de ella:
Oscar Miguélez indica que en los países capitalistas la obra de Bernal ha sido salvajemente
censurada, combatida e ignorada. Sin embargo, después de su muerte, en 1989, se
celebró en Hamburgo un Simposio al más alto nivel para conmemorar el 50
aniversario de la publicación de su obra pionera "La función social de la
ciencia".
Como puede verse en cada aniversario importante la obra de Bernal no es olvidada, sino sacada otra vez al escaparate y reevaluada, no dejando a nadie indiferente.
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Otra obra importantísima de Bernal: "Science in History" (1954), fue traducida al castellano para la Ed. Península, como "Historia social de la ciencia". Puede consultarse mediante el siguiente enlace el impresionante capítulo III, "Agricultura
y Civilización" de la mencionada traducción al español:
443. l. https://goo.gl/LzgUJ6
De la misma obra, publicada en español en dos tomos por Ediciones Península, en 1964 y 1967, también es de sumo interés la siguiente parte, denominada "La ciencia en el mundo actual", procedente del tomo II:
443. m. https://goo.gl/YqQ6kE
La Editorial Nueva Imagen de la UNAM de México también publicó una versión castellana de "Science in History" en dos tomos denominados "La Ciencia en la Historia" y "La Ciencia en nuestro tiempo". Una parte de dicha traducción española (concretamente el capítulo XII
, "Las ciencias sociales en la Historia") puede consultarse aquí, en una edición más antigua que la que aparece en las portadas anteriores:
443. n. https://goo.gl/2KEFNX
También puede consultarse parte de la traducción de la obra que estamos mencionando "Science in History", denominada en español "Ciencia en nuestro tiempo" (12ª reimpr., 1997) que recoge la versión entera de la parte VI, "La ciencia en el siglo XX", gracias al Sistema de Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara (México):
443. o. https://goo.gl/W3hWt5
En la web www.marxists.org puede encontrarse un archivo-página recopilando 12 escritos del profesor Bernal, mantenido/a por Andy Blunden, entre los que consta el ensayo publicado en 1938 que fue el germen de la obra "The social function of Science" comentada antes; y "The World..." (1929) mencionada al principio de este análisis de la obra de Bernal. Véase aquí la mencionada página:
443. p. https://goo.gl/vC8y5R
En este momento no tengo a la vista la obra objeto de esta presentación en español ("La libertad de la necesidad", 1975); "The Freedom of Necessity" editada originalmente en 1949.
Véase la diferencia entre la fecha de edición inglesa (1949) y la de edición española (realizada muriendo Franco, 1975). Sucede con otras muchas traducciones de las obras de Bernal.
Como trabajos que hablan desde distintos ángulos de la aportación de J. D. Bernal, me han gustado los siguientes:
1) Robert Young, "The relevance of Bernal's Questions":
443. q. https://goo.gl/CXMSq1
2) También es interesante un artículo publicado inicialmente en la revista "Utopías" y luego en ecumenico.org, escrito por José María Laso Prieto (en el que ya nos hemos apoyado arriba para comentar la edición de la obra "La libertad de la necesidad") titulado: "El marxismo en los años '30", presentado al Congreso de Historia Social de la Ciencia, la Técnica y la Industrialización". Es interesante, ya que pone en contexto a J. D. Bernal entre los ensayistas marxistas de aquella época. Ver:
443. r. https://goo.gl/xT4oDb
3) Asimismo creo de interés el trabajo de la profesora Elena Ausejo, de la Universidad de Zaragoza, sobre la posibilidad real de uso de la magna obra de Bernal "Historia social de la Ciencia", como manual de referencia para la enseñanza de la historia de la ciencia en el nivel superior, al menos hasta principios del siglo XX. También intenta profundizar en la contradicción entre la evidente influencia de la obra del profesor Bernal en España y su aparente poca presencia en términos bibliométricos. Véase:
443. s. https://goo.gl/2nqrD5
Pienso que una explicación de esta contradicción reside en el probable veto intelectual a Bernal en la España de la Dictadura, tal como hemos indicado; pero mejor es leer las hipótesis de la profesora Ausejo, que también cree que Estados Unidos no ha hecho nada por apoyar la relevancia de la obra del profesor Bernal, más bien todo lo contrario. Piénsese que no es lo mismo una investigación técnica sobre cristalografía (bastante neutral políticamente, salvo que se quiera otra cosa), que otra investigación sobre filosofía y metodología de la ciencia, o sobre historia de la ciencia, campos en que la aplicación del materialismo dialéctico marxista por parte de Bernal escocía muchísimo.
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Por último creo interesante facilitar el acceso a la página de Bernal en WorldCat Identities, donde puede calibrarse la tremenda cantidad de ediciones de cada una de sus obras a nivel mundial, en multitud de idiomas.
Un detalle de verificación empírica al alcance de todos, consiste en observar la dificultad de hallar en venta obras de Bernal en librerías de segunda mano con oferta en Internet; y los ejemplares que hay, son inusualmente caros. Por tanto, hay un clarísimo mercado de demanda, al que tal vez las editoriales que poseen los derechos de traducción y de edición deberían responder.
443. t. https://goo.gl/paUQVT
¿Otras obras? podríamos escribir 5.000 palabras más y aún parecerían pocas para abarcar la producción "comprensible" de Bernal (porque de cristalografía de Rayos X o de biología evolutiva... ya tal, como diría "el otro Sabio".
Tres pinceladas: escribir una obra de historia con Fernand Braudel ("autor de la Historia de las Civilizaciones") no era cosa menor. De todas formas dicha obra apareció en 1980, años después de la muerte de Bernal.
Por otra parte "El origen de la vida" es una obra que escribió Bernal tras su propia traducción al inglés de la obra del mismo nombre del científico ruso Oparin, que se conocía a duras penas en Occidente. Se trató de una excursión a un campo colateral, en el que solo pueden rendir y tener éxito grandes mentes.
En tercer término, reseño una monografía "Ciencia e Industria en el siglo XIX" publicada en inglés en 1953 y traducida para Martínez Roca en 1973.
Quisiera remarcar la importancia y la dificultad del trabajo global de John Desmond Bernal. No solamente mucha gente reconoció su merecimiento del Premio Nobel por haber abierto campos de gran innovación en Cristalografía de Rayos X y en Biología Molecular que otros colegas remataron con éxito (eso significa estar en la punta de investigación de una rama enormemente difícil, años y años); toda su producción complementaria de Filosofía de la Ciencia, Historia de la Ciencia, ensayo, etc., la escribió a pleno rendimiento en sus años maduros, mientras explicaba e investigaba en Fisica y en Cristalografía.
Hay que tener una capacidad casi sobrehumana para ser muy bueno en ambas grandes áreas y destacar tremendamente en todas las áreas y subáreas trabajadas. Tal vez era feliz explicando (e investigando en) física y cristalografía, pero me temo que los recelos de los profesores e instituciones oficiales en Filosofía, Sociología Historia, etc., no colaboraron en que movieran un dedo para atraerlo a sus Facultades o Colleges, al objeto de que pudiera ampliar y potenciar sus grandes aportaciones intelectuales en los últimos veinticuatro años, antes de jubilarse (1945-1968). Igual Bernal mismo no quería, pero se me hace raro.
Me temo que las razones políticas e ideológicas pesaron mucho. O el hecho de tildar de parvenu a quien no forma parte del entorno correcto, del entorno "que cuenta". Por más que deje sin efecto o supere muchas de las teorías aceptadas hasta entonces.
Si pensamos en el significado de la obra de Thomas S. Kuhn "La estructura de las revoluciones científicas", pienso que se puede admitir que la obra global de Bernal rompió varios paradigmas científicos.